Cultura: La tragedia salvadoreña también es teatro

Desde la izquierda, Ruth Henríquez, Magali Lemus, Magali Henríquez, Evelyn Chileno, Marian Santamaría y Wendy Hernández, elenco de la obra ‘Si vos no hubieras nacido’. CARLOS ROSILLO

Resumen Latinoamericano, 3 noviembre 2017.-Mujeres víctimas de la violencia en San Salvador representan su experiencia en ‘Si vos no hubieras nacido’, de gira ahora en España

Magdalena Henríquez tenía 15 años cuando tuvo su primer hijo. Vestía faldas largas y no se arreglaba nunca. No tenía tiempo. Se levantaba a las cuatro de la mañana para trabajar y volvía a casa a las 10 de la noche. Su única preocupación era ganar al menos cinco dólares con la venta de tortillas de maíz para alimentar a sus hijos.

En esa espiral de pobreza y violencia machista han vivido ella y las otras cinco actrices que forman parte de la compañía teatral La Cachada. Ruth (la hermana de Henríquez), Magali Lemus, Wendy Hernández, Marian Santamaría y Evelyn Chileno actúan por primera vez en varias ciudades españolas representando Si vos no hubieras nacido, una obra que relata su experiencia de malos tratos, tristeza y penurias que les tocó vivir durante su juventud.

Nunca imaginaron subir a un avión y mucho menos pasearse por los escenarios españoles. Una campaña de crowdfunding les ha permitido cruzar el Atlántico para mostrar que la tenacidad y la solidaridad pueden cambiar las vidas y permitir tener sueños. Los suyos empezaron a fraguarse cuando decidieron dejar a sus 11 niños en una guardería de la fundación CINDE — que trabaja con los sectores sociales más desfavorecidos de El Salvador— y se apuntaron a un taller que pretendía generar más autoestima. “Si nos confesaban que en realidad era un taller de teatro, lo íbamos a ver como una pérdida de tiempo, era como hablarnos de nieve en El Salvador”, explica Henríquez. De las 25 mujeres inscritas, solo quedaron ellas seis. Y así empezó todo.

Tres años después, una de ellas, que ya tenía dos hijos, quedó embarazada otra vez. “No nos enseñaron a decidir sobre nuestro cuerpo. La mujer tiene hijos y ya”, explica Ruth Henríquez. Fue el punto de partida para generar una reflexión sobre el proceso de violencia y maternidad forzada en el que estaban inmersas. Y eso es justamente lo que quieren transmitir a la sociedad salvadoreña.

“Queremos desmontar que las cosas son así de por ley”, explica Egly Larreynaga, la directora e iniciadora del proyecto. “La Cachada ha sido una bofetada de realidad para todos los sectores de la población. Ellas representan algo muy salvadoreño, muy popular, historias a las que normalmente no se les da importancia”, apunta.

En escena, Evelyn Chileno tiene el rostro cansado. Carga con tres niños y dos bolsas de grandes dimensiones. Vende de todo: sostenes, escobas, discos. Cuando por fin llega a casa, en un autobús repleto, solo le queda gritar.

El escenario se queda a oscuras. Magali Lemus, de tez morena y embarazada, está sola en el hospital. Recuerda entonces lo que le dijeron los médicos en el paritorio: “¿Le duele? Con el marido encima seguro no te quejabas”. Le acaban de hacer una cesárea, una más. Le preguntan entonces cuándo se va a esterilizar para no tener más hijos.

La obra ha sido presentada en cárceles y comunidades rurales salvadoreñas. Las reacciones siempre difieren. Pero Marian Santamaría se ha dado cuenta de que los momentos en los que la gente se ríe son aquellos con los que se identifican más y en los cuales se ha normalizado la violencia: cuando los padres gritan o golpean a los niños o cuando un médico de un hospital señala a una mujer embarazada diciendo: “¿Esta es la violada verdad?”. Santamaría cree que en España habrá más silencios.

 

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