Chile. “El fútbol es político, no es sólo un producto que se entrega para divertir a la gente”

Resumen Latinoamericano / Carlos Alberto y Gladys Quezada, Aurora Roja / 18 de agosto de 2017

Entrevista con Danilo Mora y  Pablo Gómez, miembros del MAÑEV

El Movimiento Autónomo de Ñublensinos de Esfuerzo y Valor (MAÑEV) es una organización que nace el año 2015 y tiene su origen en torno al club deportivo Ñublense de la ciudad de Chillán. Este movimiento agrupa a pobladores, estudiantes y trabajadores que luchan por recuperar el club para los hinchas. Asimismo, se ha destacado por presentarse como la contraparte a la Sociedad Anónima Deportiva Profesional y una de sus primeras intervenciones públicas fue una carta dirigida a los hinchas, trabajadores y dirigentes del Club de Fútbol Palestino, expresando su apoyo por representar la lucha de un pueblo que ha sido víctima del sionismo internacional.

Entrevistadores: ¿Cómo definen a MAÑEV? ¿Quiénes lo agrupan y quiénes lo componen? ¿Cuáles son los objetivos de esta organización?

MAÑEV: Es una agrupación que tiene su origen en torno al club Ñublense, pero no desde una mirada deportiva, no es sólo una mirada futbolística. Entendemos que el fútbol, como todo en la sociedad, no es un ente aislado, sino que en el fútbol se expresan virtudes, defectos, problemas y luchas de la sociedad, como por ejemplo la xenofobia, el machismo, la violencia, pero también la cooperación, la persistencia, la lealtad. Lo mejor y lo peor de la sociedad se ve reflejado en el fútbol. Sentimos que es como una fotografía en la cual muchas veces se le culpa al fútbol de la violencia, pero no por sacar el fútbol, la sociedad va a ser menos violenta, entonces, entendemos esa multidimensionalidad del fútbol.

Surgió el movimiento por un hecho claro, que es por la instalación de las Sociedades Anónimas en el fútbol las cuales generan una destrucción del entramado social. Se les arrebatan ciertos derechos y deberes a los hinchas-socios. Destruyen los clubes, como entidades sociales y los transforman en empresas de divertimiento. El objetivo pasa a ser la generación de utilidades para los dueños, por medio de la venta de publicidad, jugadores, merchandising, derechos del CDF, entre otras cosas. Entonces la relación con la comunidad cambia, pasa a ser una relación clientelista, en donde se paga por un servicio, carente de derechos, instalando la misma lógica como lo ocurrido en todas las otras áreas de la sociedad, salud, previsión, educación, vivienda, etc.

EE: ¿Por qué el nombre de movimiento autónomo y cuál es la diferencia con una hinchada, con un piño o con una barra?

MAÑEV: La diferencia, al menos con la barra de ñublense – porque igual existen barras que funcionan como nosotros- es que nos juntamos más allá del fútbol y somos autónomos porque muchas veces las lógicas de las barras están supeditadas o son utilizadas por partidos políticos, candidatos, por empresas o bien, por los mismos dirigentes. Se suele dar el caso que en las barras un dirigente regala entradas y con eso mantiene a lo mejor una relación de subordinación con las barras, suele darse en algunos casos, entonces, ahí va el tema de la autonomía. De cierta forma habla de cómo nosotros queremos hacer las cosas, de forma autogestionada, con nuestros propios recursos y nuestros propios esfuerzos, sin pedirle favores a gente que tenga intereses para sacar réditos de lo que significa el club socialmente en la provincia. También hay una declaración política explícita que tiene el movimiento, en ese sentido. Hay una declaración clara de una visión de sociedad más allá del fútbol, que por lo menos en Chile, cuesta en los últimos años notarlo en las barras, sin desmerecer todo el trabajo que pueda realizar y de las potencialidades que tienen como agrupaciones humanas, pero en ese sentido, nosotros nos planteamos una visión política de la sociedad y del fútbol, clara, como una meta o como una visión de aquello.

EE: Según lo manifestado anteriormente, MAÑEV es un movimiento de hinchas que hace claros diagnósticos políticos de la situación de sociedad y, por supuesto, del fútbol. ¿Qué los diferencia de aquellos grupos que ingresan a las barras a posicionar a figuras políticas o que intentan sacar réditos de aquellas situaciones?

MAÑEV: Entendemos que el fútbol es político, que no es sólo un producto que se entrega para divertir a la gente y, aun así, sería también política. Esa es la diferencia. Nosotros entendemos que es político, las cosas que hacen, como ingresar el lienzo del nombre de un candidato es muy político o con el logo de una empresa, sigue siendo político. Yo creo que nosotros sabemos y evidenciamos eso.

EE: Su creación está en directa relación con la creación de la Sociedad Anónima Deportiva de Ñublense, y lo que nos contaron a nivel nacional es que con este paso se podría acceder a una mejor infraestructura deportiva, mejor venta de jugadores, una mejor calidad del servicio, entre otros beneficios. ¿Cuál es el mayor problema que enfrenta el fútbol hoy en día? ¿Cuál es el problema de raíz?

MAÑEV: Lo que lamentamos del fútbol de mercado – lo que más nos duele – es que de partida, está inculcado en el pueblo más marginado y a través del fútbol de mercado se perpetúan y se fomentan todos los antivalores del sistema neoliberal y capitalista, tal como el machismo, el exitismo, el individualismo. Estos antivalores se arraigan en el pueblo a través del fútbol de mercado. Pero nosotros entendemos que el fútbol es otra cosa: es comunicación, solidaridad, es comunidad. Entonces, básicamente, es un instrumento de los poderes fácticos, en el cual creemos necesario disputar.

EE: ¿Cómo se puede generar ese entramado social o esa base social de hinchas para poder volver a tener la administración del club, para fomentar esos valores y atacar los antivalores?

MAÑEV: Primero, creemos que es un camino largo y difícil porque hay mucha gente que está muy cómoda con el modelo actual, de ver el partido por televisión o ir al estadio e irse, que otros hagan la pega, que otros organicen el club. Sin embargo, a costa de eso se ha desenraizado el club – lo que es Ñublense en este caso – y ha ocurrido con muchos otros clubes. En ese sentido, el trabajo es difícil.

Segundo, nos consideramos también hinchas de Ñublense y en ese sentido no nos consideramos un grupo cerrado, un grupo aislado ni superior al resto, por ejemplo, de las barras. Creemos que nuestro trabajo tiene que ser en conjunto con ellos porque en la medida que ellos entiendan o compartan algunos elementos de nuestro movimiento va a ser mucho más fácil lograr avances en esto. No los vemos como un enemigo, un rival o algo que haya que extirpar. Porque también nosotros vamos aprendiendo de ellos muchas veces. Muchas cosas las hemos hecho con ellos como las actividades celebrando el centenario. La barra tiene una forma de trabajar que cuando está motivada es espectacular, entonces la idea es generar esa motivación y que ellos busquen aunar criterios con nosotros, ir hilando fino y también con los que no son barra. Es complejo, pero por ahí va el camino. Trabajar también el tema de la identidad, porque creemos como movimiento, es un paso previo fundamental, sentirnos parte de algo o sentir a este club que es nuestro y en ese sentido por eso muchas de nuestras actividades tiene el objetivo de recuperar la memoria histórica del club, recuperar elementos identitarios del club y masificarlo.

Yo creo que la legitimidad está en acciones como la colectivización o la participación en actividades que no tienen barrera de entrada y que buscan recuperar la identidad, como lo que estamos preparando en el Museo del Hincha Ñublensino, donde apuntamos a que la gente se conozca o tenga un viaje emotivo hacia su pasado, su niñez, o cuando fueron a ver un partido con su papá o hermano, y a partir de eso logren reengancharse. Creemos que eso no debe tener un precio, por eso no colocamos entrada para ello, por esto todo lo que publicamos como movimiento, los libros de alguna manera luego los liberamos, porque no interesa más que venderlo, que se conozca, entonces el trabajo de nosotros, la legitimidad, va por eso. Lo nuestro más allá de la popularidad, queremos hacer un trabajo más a largo plazo. Por eso creemos que el tema de la identidad es lo fundamental, y en eso sentido vamos trabajando nuestras acciones.

EE: Y si el club ya es de otros, lo administran otros, ¿por qué no levantar esa identidad en otro espacio que no sea Ñublense?

MAÑEV: Dentro de la historia nosotros hacemos una interpretación que de ni una forma es inocente. Nosotros igual rescatamos ejemplos de rebeldía dentro de la historia de Ñublense. Sin catalogarlo de, necesariamente, una rebeldía contra lo institucional, comprendemos el caso de Nelson Oyarzún como una. Quien fuese entrenador el año 1978, a pesar de tener conocimiento de su pronto fallecimiento, nunca dejó de trabajar por lo que amaba, que en este caso era entrenar a los jugadores de Ñublense. Incluso lo hizo hasta el último día. Él muere el 10 de septiembre, un día antes de jugar contra Colo-Colo y pide que el partido se juegue de todas maneras para lo cual deja las instrucciones dadas a sus dirigidos. Encontramos que eso es un acto de rebeldía súper grande porque se rebela ante la muerte, no se da por vencido. Asimismo, tenemos a Esaú Bravo que para nosotros es importantísimo y de cierta forma lo entendemos como una víctima del fútbol de mercado. Es otro ejemplo de rebeldía dentro de la historia y también como una víctima del modelo de Sociedad Anónima. Siendo jugador del club tuvo la posibilidad de jugar en otros equipos con chances de disputar grandes campeonatos, pero él decidió quedarse en Ñublense, y así también en su época como entrenador, donde cosechó éxitos y fracasos, por lo cual lo desvincularon varias veces tras generalizados insultos de la afición, pero él siempre estuvo dispuesto y a gusto de volver a dirigir a Ñublense. Se rebeló contra el ninguneo, la burla y el fracaso. Tenemos grandes frutos futbolísticos a punta de esfuerzo y rebeldía.

EE: Cuando hablan de los objetivos hablan de recuperar lo que era nuestro, volver a ser lo que era Ñublense. Entendiendo que las actividades que Uds. plantean es acercar a los hinchas por medio del concurso del centenario en 100 palabras, de pintura y también a través del libro de la historia de Ñublense sobre el cuál están trabajando. ¿Qué pudieron observar en esa mirada retrospectiva mientras realizaban un trabajo tan serio como lo es la elaboración de un libro?

MAÑEV: Primero, hay esbozos. Entendiendo que la realidad antes de la S.A. no era la panacea de la participación, sí existía un panorama mucho mejor a lo que existe en la actualidad. Existían instancias de participación clara, por ejemplo, las decisiones eran definidas por las asambleas de socios que podían decidir qué parte de la recaudación del partido fuera para beneficio de socios del club. Existía camaradería, la gente se reconocía dentro de una colectividad. Las condiciones sociales actuales no dan para recuperarlo idénticamente, pero sí para mejorar el panorama actual que claramente ha involucionado. El objetivo del Club Ñublense en el pasado era el bienestar de los socios y los simpatizantes, entonces se crearon ramas de box, de pingpong, de básquetbol, de tiro al blanco, ciclismo, palitroques, entre otras ideas que nacían de los mismos socios. Hoy, bajo la lógica mercantilista y economicista se plantea que eso no es posible, porque los recursos se priorizan, privilegiando sólo al fútbol profesional masculino y nada más. Todo esto se resume en que ya no son clubes sociales, son empresas donde se les paga a los trabajadores para que jueguen al fútbol y vender ese espectáculo, esa es la finalidad. El Ñublense de antaño poseía elementos de colectividad y prioridades que están muy lejos de lo que es el fútbol actual.

EE: Rescatando un poco lo que has manifestado en entrevistas anteriores, y en consonancia con lo anteriormente dicho, evidentemente el fútbol está cargado de antivalores dado por una correlación de fuerzas entre hombres y mujeres. Finalmente, los hinchas del fútbol son en su mayoría hombres y muchas veces el fútbol resulta ser un espacio sumamente violento para las mujeres. Tenemos la necesidad de visibilizar ciertas cuestiones que el fútbol va naturalizando como la denigración a las mujeres, la denigración al ser humano como sujeto, por diferentes motivos. ¿De qué manera creen ustedes que se pueden enfrentar esto? ¿De qué manera enfrentan estas situaciones en el quehacer diario del movimiento autónomo?

MAÑEV: Con afiches, agitación antes de un partido, es una parte de, y no solo evidenciándolo, también lo más importante al final es la interacción y la convivencia, como vamos a ir aprendiendo tanto nosotros como la otra gente que participa de las actividades y en este reconstruir el entramado social de un club. Ahí es donde más se aprende, porque desde lo abstracto es más complejo, no podemos presentarlo en un texto.

EE: ¿A qué creen que se debe, que los hinchas del futbol se sientan parte de equipos deportivos de otras ciudades, o inclusive de otros países, en desmedro de equipos locales, como es el caso de la gente de Ñuble con Ñublense?

MAÑEV: Ahí hay un tema más complejo y tiene que ver con los valores del modelo neoliberal, es decir, con el éxito. Como sociedad tenemos sobrevalorado el éxito, entonces prefieren estar en la trinchera donde puedan asegurar ser exitosos inmediatamente y ante los ojos de las otras personas, por eso prefieren ser hinchas del equipo que salió campeón en el último campeonato, hinchas del equipo de la mayoría, del equipo que tiene la superestrella. Esto hay que hacerlo notorio, sin la finalidad de que la persona se cambien de equipo, pero la persona debe ser consciente de aquello. Asimismo, respecto a la identificación con un club en particular, consideramos que el hincha que está al otro lado del estadio, alentando al equipo rival es una persona muy parecida a nosotros, e incluso, tenemos vidas más parecidas a ellos que con los dueños actuales del club. Son gente de esfuerzo, familias, con identidad por la comunidad, que vibran con el deporte y con compartir con su gente, su club. Eso nosotros lo podemos ver aunque las camisetas que utilicemos sean de colores diferentes.

EE: ¿A qué problemas se han enfrentado al plantear que el fútbol de mercado no representa a los hinchas?

MAÑEV: Hemos tenido problemas con el discurso facilista y mono-neuronal del fútbol muchas veces. Hemos tenido comentarios que han dicho que no mezclemos el fútbol con política, lo cual es una visión que es fruto de que nos tienen todo parcelado y se le ha educado en esa lógica. Hay quienes creen que el fútbol es solo para divertir y que no hay un acto político en decir eso. Esa es la primera barrera que hemos tenido. La gente siente que la política solo la hacen los partidos políticos, es la visión más arraigada para todos. Esas son las barreras de los mismos hinchas.

La otra barrera es que la S.A. nos reconoce como la contraparte de ellos, eso a nosotros no nos atemoriza ni nos hace retroceder, sino que nos valida porque yo creo que somos la única organización de hinchas que es reconocida como la contraparte de la S.A. y eso para nosotros es un logro. Pero también ha traído consecuencias personales, por ejemplo, hemos tenido que enfrentar juicios por prohibición de entrar al estadio, esto producto de que, al parecer, nos identifican como su contraparte. Afortunadamente pudimos demostrar que la decisión fue arbitraria y discriminatoria por lo que hemos vuelto a la cancha. Asimismo, hemos tenido que enfrentar una demanda por una supuesta comercialización de una camiseta del club, apuntando a dos personas de nuestro movimiento, la cual esperamos sortear. Sin embargo, los dueños del club con sus millonarias billeteras, pueden seguir usando el aparato judicial para intentar atemorizarnos, si es que ese es su objetivo, pero no lo lograrán.

Cada día nuestro movimiento se fortalece más, a pesar de no contar con los recursos que ellos tienen, hemos tenido, junto a coordinaciones y apoyo con otras personas –incluida la barra en ocasiones-, la posibilidad de convocar a un número importante de hinchas y simpatizantes alrededor de las actividades y acciones del movimiento.

EE: Finalmente, siendo el mes de aniversario del Club Deportivo Ñublense, la celebración del aniversario 101, ¿Qué va a organizar el Movimiento Autónomo de Ñublensinos de Esfuerzo y Valor para este aniversario y para adelante?

MAÑEV: Esperamos lograr a mediano plazo parar a un trabajo territorial relacionado con el fútbol y que funcione de manera permanente. A ese proyecto van a ir abocadas nuestras fuerzas, porque sentimos que disputar no solo se basa en el discurso y en actividades para hinchas de Ñublense, que apelen a esta “ñublensinidad”, sino que también debemos pelear de manera concreta contra los valores del fútbol de mercado y a través de la acción, demostrar cuáles son los valores que nosotros creemos que tiene mayor validez social y que son mejores para todos.

Por otro lado, a más largo plazo está la diputa del poder del club y este anhelo de recuperar a Ñublense para los ñublensinos, porque si el fútbol es del Pueblo, que lo maneje el Pueblo. Pero, por otro lado, necesitamos plasmar este discurso en acciones hechas carne. Nuestro anhelo es un trabajo territorial, una escuela que no forme futuras estrellas, sino que sirva para trabajar estos valores.

La evaluación hasta ahora es positiva. Hemos tenido un posicionamiento en la gente que vive en este mundo de Ñublense. Cada vez somos más conocidos y reconocidos por las cosas que hemos hecho y eso nos tiene satisfechos hasta ahora y esperamos seguir respondiendo a eso y que cada vez también la gente entienda que tampoco tienen que esperar a que nosotros hagamos las cosas, sino que ellos también pueden organizarse y que entre todos podamos tener un club para la provincia, o al menos, para la ciudad.

You must be logged in to post a comment Login