Paraguay: El caso de Belinda, la presa que apareció muerta en su calabozo después de ser hostigada y reprimida

22 de junio 2017.- El lunes 5 de junio aproximadamente a las 17:30 horas estando encerrada en el calabozo, se suicidó Belinda una joven de 24 años madre de tres niños. Este terrible hecho motivó el repudio e indignación de una gran mayoría de las presas e inmediatamente redactaron una denuncia pública que fue firmaba por cientos de presas.

El suicidio de Belinda tiene estrecha relación con el maltrato que sufren muchas presas que recurren a la enfermería especialmente en horas de la tarde,cuyo turno cubre la enfermera Noemí Rodríguez (quien se jacta de ser esposa de un militar de la FTC y que “nadie va poder” contra ella. Esta funcionaria ya tiene varias denuncias de chicas que sufren maltrato.
Estas denuncias fueron presentadas a la directora del penal Ana Dina Coronel, mediante escritos y planteos verbales, pero sin resultados. Estando en la situación de conmoción, tristeza e indignación por la muerte de Belinda, aún así con este ambiente la funcionaria intensificó el maltrato y tortura psicológica hacia las chicas que acuden a la enfermería porque deben consumir los medicamentos controlados. En este contexto dicha funcionaria hace su campaña, “porque no se suicidan todas”-

Por las múltiples quejas de presas se volvió a redactar una denuncia dirigida a la directora del penal, donde le exponen la situación. El texto fue firmado por 150 presas y para entregarlo se produjo una reunión en el patio del penal con la directora Coronel, y frente a ella algunas de las víctimas directas de los maltratos fueron relatando detalladamente los mismos. Posteriormente se le dio la denuncia escrita,a la que ella se comprometió a dar trámite. Pero la situacion no ha cambiado con relación a la enfermera ya que sigue actuando con su acostumbrada prepotencia.

Unos meses atrás las presas iniciaron un espacio con el Psiquiatra Agustín Barua, quien escuchó los testimonios crudos y lacerantes de varias chicas. Estas denuncias le valieron la amenaza de la enfermera y la reunión con la directora quien le condicionó su entrada al penal comprometiendole a no volver a publicar ninguna injusticia ni irregularidad contra las mujeres vulnerables.

De acuerdo a lo que informa el portal La Tinta, El Comité por la Libertad de los presos políticos y luchadores sociales de Paraguay difundió un comunicado urgente de las presas del Penal de Mujeres del Buen Pastor de Asunción, quienes sufren constantes situaciones de tortura. Piden el cierre de la celda de aislamiento. Carta de una presa política.

Las presas llevan adelante una campaña de visibilización para que las autoridades ordenen el cierre de la celda de aislamiento del penal, donde se registran innumerables violaciones de derechos humanos. Como desencadenante de estas condiciones inhumanas, una joven que permaneció allí una semana sin las más mínimas comodidades y desnuda decidió quitarse la vida.

Las presas políticas que trabajan constantemente en la campaña son el foco de la represión por parte de las autoridades y ningún medio de comunicación aún ha publicado información sobre estos hechos.

La muerte lenta o el suicidio. Son las dos opciones que tienen decenas de mujeres jóvenes detenidas en el Penal de Mujeres del Buen Pastor, a decir de los reiterados hechos que se suceden en el Penal, mal llamado Correccional.

La Convención contra la Tortura, en su resolución 39/46 del 10 de diciembre de 1984,en su art. 1 dice: “A los efectos de la presente Convención, se da a entender por término “tortura” todo acto por el cual se infrinja intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infringidos por funcionario público o una persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No será considerada torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencias únicamente de sanciones legítimas o que sean inherentes o accidentales a estas”.


Las cárceles de Paraguay y en particular la cárcel del mujeres del “Buen Pastor” usa este artículo pero el último párrafo, las torturas, maltratos y confinamiento de mujeres son derivados de “accidentes” como el caso de Belinda Solís de apenas 24 años de edad con trastos psiquiátricos como consecuencia del consumo del crack, (droga consumida por decenas de mujeres en condiciones de encierro), y la violencia sistemática del sistema represivo carcelario.


La tortura en todas sus formas es de aplicación sistemática en las cárceles.  Una de sus formas son los horrorosos calabozos de aislamiento, donde son llevadas las mujeres privadas de libertad con cualquier excusa, convirtiéndose en una práctica abusiva. Las mismas enloquecen en el lugar, a parte del aislamiento de mes retacea agua, alimentos. 

Según la información provista por el Penal, a Belinda se le aplicó “el protocolo de prevención de suicidio” porque ya ha tenido un intento. En este caso el protocolo consistió primero en el desprecio y burla de las guardiacárcel entre ella la “superior” Jorgelina que el domingo por la noche luego de mucho maltratar a Belinda la aísla por “mala” conducta. Belinda decidió luego cortarse el cuello con un vidrio que rompió de la ventana.

El código de Ejecución Penal en su sección sobre condiciones de vida, en su art 77- Restricciones reza: “No se admitirán otras restricciones a la libertad del interno que las derivadas directa e inevitablemente de la naturaleza de la pena o medida privativa de libertad y de aplicación de este Código. En toda circunstancia, se procurarán neutralizar los efectos negativos de la reclusión”.


Evidentemente aquí se reforzó el impacto negativo en Belinda y se le indujo al suicidio. Este es el tratamiento que el Estado burgués y patriarcal  le da a cientos de mujeres recluidas y aisladas en establecimientos carcelarios, una desesperante situación que el Ministerio de Justicia a toda costa trata de ocultar.


Situaciones como estas se repiten constantemente. Belinda ya no puede contar la historia, quizá Lorena sí. Lorena es la otra mujer que presenció el suicido y a quien quieren trasladar a otra cárcel para que no cuente ni testifique el asesinato cometido por esta oprobiosa prisión en complicidad de un Estado criminal y funcionarios a quienes con seguridad les quedará impune.

 

 

 

Nota publicada el 16 de junio 2017 .-

 

 

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