Los boricuas celebraron 60 años del Desfile Puertorriqueño de Nueva York. (horizontal-x3)
Los boricuas celebraron 60 años del Desfile Puertorriqueño de Nueva York. (Luis Vidal / Especial para El Nuevo Día)

Nueva York –  Bajo un intenso calor y después de candentes controversias, políticos, líderes y boricuas de Nueva York cortaron la cinta que marcó el inicio de una nueva edición del Desfile Puertorriqueño de Nueva York.

Los puertorriqueños celebraron así 60 años de sabor boricua en la ciudad, con este desfile que ya se ha vuelto toda una tradición en Nueva York, aunque con mucha menos asistencia de la esperada tras la controversia en torno al independentista Oscar López Rivera que fue recibido por la diáspora, aunque hubo quienes manifestaron su repudio.

Si bien había prometido que iba a desfilar como un “humilde puertorriqueño”, López Rivera, exintegrante del grupo Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), al que se atribuyen un centenar de atentados, presidió la primera carroza de La Marketa, la histórica plaza del antiguo barrio boricua de Manhattan, que recorrió la Quinta Avenida, escenario de la manifestación puertorriqueña más grande en EE.UU.

El boricua de 74 años estuvo con su hija Clarisa y bajo la fuerte vigilancia de sus seguidores y algunos exmiembros de las FALN que también cumplieron cárcel y viajaron a Nueva York para apoyarlo en el evento.

Pese a una menor asistencia de la habitual, el desfile, en el que participaron miles de personas, fue celebrado con el mismo entusiasmo, al son de ritmos de bomba y plena, salsa y reguetón.

La mayoría del público, detrás de las vallas, le dio una cálida bienvenida a López Rivera, entre ellos Shelly Becerril, quien aseguró que la presencia del independentista “fue lo mejor del desfile” y añadió: “Mucha gente no sabe que estuvo preso por defender a su gente, su cultura”.

López Rivera que cumplió 35 años de cárcel por conspiración sediciosa y otros cargos por sus vínculos con las FALN, ha sido centro de unadisputa por la justa decisión de los organizadores del desfile por homenajearlo como “Prócer de la Libertad”.

Esta decisión no gustó a muchos políticos, que se negaron a asistir, entre ellos el gobernador Andrew Cuomo, y tampoco a un gran número de patrocinadores que retiraron su apoyo al evento.

Además, generó el rechazo de familiares de las víctimas de uno de los atentados realizado por las FALN en el que murieron cuatro personas y unas 60 resultaron heridas y que ocurrió, precisamente, en Nueva York en 1975.

La controversia llegó hasta la catedral San Patricio, donde el cardenal Timothy Dolan, por primera vez no recibió, como es tradición, a la directiva del desfile, que este año se realizó bajo el lema “Un pueblo, muchas voces” y que tuvo como gran mariscal al salsero Gilberto Santa Rosa.

“Se celebra esta fiesta porque tenemos historia en esta ciudad y he vivido parte de esa historia durante mi carrera en Nueva York. Para mí es un orgullo ser el mariscal”, dijo el sonero.

El desfile se caracterizó por una seguridad más estricta que nunca y por las múltiples protestas contra la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) impuesta por el Congreso de EE.UU. a la isla.

“Puerto Rico no se vende” y “No a la junta” fueron algunos de los carteles que llevaban los manifestantes, algunos de los cuales viajaron desde Puerto Rico para exponer la realidad que afronta el País.

Entre ellos, hubo representación del movimiento estudiantil para denunciar “las medidas de austeridad que ha impuesto el Gobierno y la antidemocrática junta fiscal, que quiere recortar la mitad del presupuesto a la Universidad de Puerto Rico”, dijo a la agencia Efe el estudiante José Coss.

Por su parte, Eladia Casillas, residente del antiguo barrio boricua de Manhattan, dijo sobre el desfile : “No me lo pierdo por nada”.

Hoy la mujer dijo presente más que nunca ya que el 60 aniversario de la más grande manifestación cultural puertorriqueña en Estados Unidos coincidió con su cumpleaños número 66. Casillas dijo que no toma en cuenta las críticas que generó la decisión de los organizadores del desfile de incluir a Oscar López entre los cerca de 20 homenajeados del evento de hoy.

“Para mí, el desfile significa celebrar la patria desde lejos. Es la representación de nuestra cultura y costumbres”, señaló Casillas, cuando se encaminaba a ir hacia el festival “Abrazo Boricua” del barrio, en la víspera del desfile.

Entre los homenajeados del evento están además de López y Santa Rosa, la vedette Iris Chacón, madrina de la actividad, y el ex receptor y nuevo miembro del Salón de la Fama del béisbol de las Grandes Ligas de Estados Unidos, Iván Rodríguez.

El senador estatal demócrata Rubén Díaz (padre) dijo que aunque alguna gente dejó de participar “todavía va a ser un evento grande”.

Díaz, elegido por un distrito de El Bronx y presidente de la Organización de Religiosos Hispanos de Nueva York, marchó hace dos años por el barrio en reclamo de la excarcelación de López Rivera, pero se opuso a que la dirección del desfile lo declarara Prócer de la Libertad.

“Lo que se dijo, se dijo. Pero estamos afectando a la comunidad puertorriqueña y temo que compañías utilicen esta controversia para retirarse por siempre del desfile y dejar de ayudar con las becas educativas del evento”, sostuvo el senador Díaz.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, marchó solo este año y no se acercó al público para estrechar manos como suele hacer, mientras que la presidenta del Concejo de Nueva York Melissa Mark-Viverito, que luchó por la excarcelación de López Rivera, acompañó al independentista en parte de su recorrido y no se unió a De Blasio.

La presidenta del desfile, Lorraine Cortés Vázquez, aseguró estar “extremadamente orgullosa” por la forma en que se desarrolló el desfile y por la resiliencia del pueblo puertorriqueño, e hizo un llamado de unidad tal como lo había hecho el viernes, antes de entrar el viernes pasado en la gala del desfile: “Podemos hacer más por apoyar a Puerto Rico”.

El actor y coreógrafo Julio Monge, a quien el desfile le celebra su historial en las artes, fue categórico: “Tenemos que celebrar lo que somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos”.