Marruecos. Un análisis de la situación política y las tareas de la izquierda

Resumen Latinoamericano / Marouaneest / 5 de junio de 2017

Uno de los principales atractivos de Marruecos es una mano de obra barata y flexible. Pero también ha realizado fuertes inversiones públicas para desarrollar sus caminos, sus ferrocarriles, aeropuertos y puertos.

Marruecos está cada vez más sometido a la política imperialista de la Unión Europea y los Estados Unidos y las instituciones globales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC). Atraviesa una amplia reestructuración de su economía en beneficio de las corporaciones multinacionales y los grandes capitales locales dominados por el holding real.

Dominio del capital extranjero y de la monarquía de la economía

La Unión Europea es el principal socio comercial de Marruecos. Hay una crisis de crecimiento importante. Sus empresas externalizan cada vez más segmentos de su producción. La implantación de las empresas europeas en Marruecos (especialmente de Francia y España) se expande y cubre todas las áreas: procesamiento de alimentos, automotriz, aeroespacial, banca, seguros, farmacéutica, telecomunicaciones, equipos eléctricos y electrónicos, etc. La celebración de la COP22 en Marrakech fue una oportunidad para atraer más inversiones en las áreas del medio ambiente y la energía. Las empresas estadounidenses están tratando de ponerse al día en comparación con las de la UE. También las empresas chinas compiten para ampliar sus áreas de intervención en el país.

Uno de los principales atractivos de Marruecos es una mano de obra barata y flexible. Pero también ha realizado fuertes inversiones públicas para desarrollar sus caminos, sus ferrocarriles, aeropuertos y puertos.

La firma de una serie de acuerdos de libre comercio (con 55 países) facilita aún más la penetración del capital y los bienes extranjeros. Marruecos es el único país africano con el que los Estados Unidos tienen un tratado de libre comercio. La UE está negociando con Marruecos un nuevo Tratado de Libre Comercio (TLC) que complementa y profundiza el acuerdo ya existente para incluir otras áreas más rentables, homogeneizar la normativa marroquí con las normas europeas, y proteger jurídicamente las inversiones.

La inversión extranjera responde a esta antigua estrategia del gran capital de deslocalizar los nichos de la producción a países con menores costes. Este es el caso de las plantas de montaje de los grandes fabricantes de automóviles y de la industria aeroespacial que se instalan en las zonas francas de Tanger o Casablanca. No proporcionan un valor añadido para la exportación y no permiten la transferencia de tecnología. Son más bien carteras de inversión y empresas subcontratistas relacionadas con la privatización de las empresas públicas y de los servicios y a concesiones dentro de las estrategias del sector público. Sin embargo, el proceso de producción del país depende de insumos industriales y tecnológicos importados que constituyen casi la mitad de sus consumos intermedios. Marruecos está cada vez más obligado por los países industrializados en el marco de la división internacional del trabajo, por un lado, a seguir exportando productos primarios (fosfatos, mariscos, tomates y cítricos) y productos manufacturados de bajo valor agregado y, por otro lado, a la importación de productos industriales de alto valor añadido, tecnologías de punta y alimentos. Su dependencia estructural está aumentando. Su déficit comercial también. la repatriación de los beneficios de la inversión extranjera y la fuga de capitales están aumentando inexorablemente. La deuda pública externa e interna sigue aumentando.

El holding real domina muchos sectores de la economía marroquí, especialmente en el sector inmobiliario, la construcción, la banca (el Banco Attijariwafa es el mayor grupo bancario y financiero del Magreb y de África), las telecomunicaciones, la energía, la industria, el comercio minorista, la minería, la agricultura, los periódicos, la radio, el turismo, etc. Los negocios del rey se entrelazan con los de las multinacionales y las potencias occidentales aprecian la estabilidad del régimen como una excepción en la región árabe y en África, para engrasar la maquinaria de sus negocios.

A nivel internacional, la monarquía continúa siendo un aliado político del imperialismo, ofrece sus servicios a la OTAN y Estados Unidos en la “lucha contra el terrorismo” y está trabajando con los países del Golfo para sofocar las luchas de los pueblos de la región. La cuestión del Sahara es un elemento esencial de la política exterior del país. La monarquía conduce una ofensiva diplomática intensa paralela a sus esfuerzos para consolidar su posición económica y política en África. Marruecos intenta jugar su papel como plataforma del imperialismo para las diferentes regiones de África en términos de comercio, inversión y conquista de los recursos africanos.

La monarquía alimenta un sistema de clientelismo y corrupción en favor de una minoría de familias que se aprovechan de su control sobre la maquinaria del Estado para aumentar sus fortunas. Tratan de adaptarse al contexto de las transformaciones neoliberales para expandir su monopolio. Las otras capas de la burguesía se someten a este favoritismo en favor del clan real y sus asociados, que les abruma. Exigen transparencia en los contratos de negocios, incentivos fiscales y facilidades financieras. Pero en el plano político, sus iniciativas son muy débiles y están históricamente vinculadas a la monarquía como garante de la estabilidad política para garantizar su participación en las ganancias ante la amenaza de una explosión social violenta. La ira de algunas capas pequeño burguesas que proliferan especialmente en el sector informal tiene su expresión en el fundamentalismo islámico, con variantes que se oponen radicalmente a la monarquía.

La legitimidad reforzada de la monarquía

La muerte de Hassan II permitió a la monarquía un nuevo aliento, culpándole de la represión más dura y cediendo de forma inteligente en una serie de cuestiones importantes: el código de la familia, el pasado de la represión, la cuestión amazigh, etc. La monarquía ha logrado cooptar a las principales organizaciones de mujeres y amazigh activas sobre estos temas. Esta “transición” se ve facilitada por el consenso de los partidos políticos históricos de la oposición burguesa y las burocracias sindicales. El nuevo rey está tratando de impulsar directamente programas sociales, como la Iniciativa Nacional de Desarrollo Humano (INDH), para mejorar las condiciones de vida de la población mediante el desarrollo de infraestructuras sociales y el fomento de la creación de pequeños proyectos de generación de ingresos para los jóvenes y las mujeres en particular. O la iniciativa real “un millón de carteras” para impulsar la educación de los niños de familias pobres, el apoyo real para la alimentación de los más necesitados durante el Ramadán, etc. Los medios de comunicación y los partidos de oposición institucionales elogian estas iniciativas reales. La red asociativa se esfuerza sobre todo para convertirse en socio y servir como correa de transmisión para la cooptación de las élites locales.

La situación actual en la mayoría de los países de la región árabe, el apoyo de las potencias imperialistas y el reflujo del Movimiento 20 de febrero (M20) permite a la monarquía consolidar su legitimidad. Las elecciones parlamentarias del 7 de octubre de 2016 demuestran la estabilidad de las instituciones representativas otorgadas por la monarquía a las fuerzas políticas que aceptan la participación en el juego democrático. Las elecciones fueron ganadas por el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), que obtuvo el 32% de los asientos. Los partidos afines a Palacio sumaron el 47% d escaños, siendo el principal el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), creado en 2008 por el amigo más cercano y asesor oficial del Rey (Fouad Ali El Himma), que obtuvo sólo el 26%. La tasa de abstención fue de hecho alta (sólo un 43% de participación) y refleja el amplio desprecio por los ciudadanos por este juego, que carece de oportunidades políticas reales. El PJD es un canal político para controlar un segmento del movimiento islamista e incorporarlo al mecanismo político de la monarquía, como autoridad religiosa suprema (Comendador de los fieles). En el gobierno durante casi 5 años, el PJD ha sido el instrumento para aplicar medidas violentas dictadas por los centros imperialistas de decisión. La monarquía apoya este papel con un nuevo mandato.

El contexto de la crisis global del capitalismo y la liberalización de la economía marroquí necesitan avanzar más en la aplicación de las políticas neoliberales. Estas son reducir los costes de mano de obra y aumentar los incentivos y exenciones fiscales para las empresas.

El pago de la deuda pública exige más austeridad: el desmantelamiento del fondo de compensación, los sistemas de pensiones, la generalización del CDD en el sector público y la privatización de los servicios públicos (salud, educación, distribución de agua y electricidad, transporte urbano, etc.). Todas estas medidas conducen a una expansión de la pobreza, el desempleo y precarias condiciones de vida para la mayoría de la población.

La ofensiva también se lleva a cabo en el campo de las libertades civiles (libertad de asociación, libertad de expresión, de demostración, sentadas, etc.) con una represión cada vez mayor ante cualquier forma de protesta.

Pero los movimientos sociales continúan. Se encuentran dispersos y no se insertan en una dinámica de unidad y solidaridad. Las organizaciones de lucha son pequeñas y no ofrecen horizontes creíbles a estas luchas.

La crisis del movimiento obrero y la izquierda radical

La clase obrera marroquí sufre una baja tasa de sindicalización. En el sector privado, los sectores productivos están dominadas por pequeñas y medianas empresas que se encuentran en crisis y se oponen ferozmente al sindicalismo. Es el mismo espíritu que reina en los grandes grupos privados, que se instalan cada vez más en las zonas francas, ayudados por las burocracias y las autoridades que están allí para defender una paz social propicia para la inversión de la Unión Europea.

En cuanto al sector público, que ha sido históricamente el bastión del sindicalismo marroquí, el trabajo sindical está cada vez más amenazado por la reforma violenta de la administración pública que incluye la CDD, las pensiones, la redistribución de personal, retiros voluntarios, etc. En general, la misma serie de ataques contra los derechos y conquistas de la clase obrera que han continuado desde que el programa de ajuste estructural de la década de 1980 erosionase profundamente la credibilidad de los sindicatos.

El movimiento sindical está muy dividido (hay más de una veintena de sindicatos). Las burocracias sindicales han consentido las principales medidas dictadas por las instituciones financieras y comerciales internacionales y han reforzado su adhesión a la monarquía. Todas ellas se opusieron al amplio movimiento de revueltas y luchas populares que estalló en 2011 alrededor del M20. Alabaron la nueva Constitución otorgada por la monarquía en julio de 2011, que era una concesión farsa y donde el Rey sigue apropiándose de todas las prerrogativas como monarca absoluto de derecho divino.

Asimismo suman sus esfuerzos para neutralizar cualquier tendencia sindical militante que pudiese desarrollar la resistencia en una situación social explosiva. De hecho, las grandes movilizaciones del M20 habían empujado a una gran parte de las bases sindicales a buscar otros espacios alternativos de expresión y de iniciativas a la asfixia burocrática que prevalece en los sindicatos existentes. Así, han surgido corrientes democráticas sindicales. La más significativa es una escisión de la Unión Marroquí del Trabajo (UMT) en la primavera de 2012. Afectó a tres federaciones – las de agricultura, educación, y administraciones locales – y creó una coordinación nacional de la Corriente Democrática con la Unión Sindical de Funcionarios. Esta corriente crítica la falta de democracia en la UMT, la capitulación de la dirección de la UMT y ha llamado a la movilización amplia como única manera de defender los derechos conquistados. Consiguió organizar dos manifestaciones en febrero de 2013 y febrero de 2014 y participó en diversas movilizaciones sociales. La Corriente Democrática crece y encarna la esperanza de un sindicalismo combativo.

Dos grandes tendencias dominan las discusiones dentro de ella:

-Una quería profundizar esta necesidad objetiva de varios sectores sindicales de una alternativa sindical combativa, la construcción de la Corriente Democrática como una agrupación de todos los sindicalistas democráticos en todos los sindicatos, y no duda en ir a una ruptura organizativa con la UMT. Esta es la posición de nuestra corriente marxista revolucionaria Al-Mounadil, indirectamente apoyada por otros militantes de algunas pequeñas corrientes de la izquierda radical.

-El punto de vista alternativo, defendido por la organización Vía Democrática (VD), el principal componente de la izquierda radical, es no cortar con la UMT y tratar de negociar con la burocracia las condiciones para un retorno honorable al sindicato. La VD utiliza su posición mayoritaria en la Corriente Democrática para imponer su línea a veces por métodos antidemocráticos. Desde el comienzo de 2015, la Corriente Democrática ha llevado a cabo negociaciones con la Secretaría General de la UMT a través de las federaciones de agricultura y administraciones locales, que en realidad no han abandonado en sindicato. En cuanto a la Federación de Educación, que se constituyó en sindicato independiente, permanece al margen, con una mayoría que rechazó cualquier idea de negociar con la burocracia de la UMT. Al impedir la discusión en las instancias de la Corriente Democrática, VD ha socavado los cimientos de un contrapeso a la burocracia, que exige la liquidación pura y simple de esta corriente, el alineamiento con las posiciones oficiales de la dirección sindical y la sumisión al funcionamiento de la organización existente. El 11º Congreso Nacional de la UMT de de marzo de 2015 ha fortalecido a la burocracia y ha debilitado a la Corriente Democrática. La Corriente Democrática ha sido cooptada por la burocracia. La Federación de Enseñanza continúa sola. Su último congreso en abril el año 2016 refleja este callejón sin salida y las presiones de los militantes de VD para volver a la UMT. El sindicato está experimentando actualmente una gran erosión y dimisiones en sus secciones más militantes.

La Corriente Democrática dentro de la UMT está prácticamente liquidada. Lo que ha provocado una gran decepción en la vanguardia sindical en general. La experiencia de corrientes democráticas, especialmente en el segundo mayor sindicato, la Confederación Democrática del Trabajo CDT, han nacido muertas. El sindicato también atraviesa un estado muy alarmante de deterioro. Su liderazgo ha capitulado por completo.

Nuestro corriente Al-Mounadil ha intentado luchar contra esta abdicación de VD en las reuniones de la Corriente Democrática. Ha enviado cartas abiertas que explican nuestro punto de vista. Nosotros insistimos en la necesidad de continuar la lucha para construir una central sindical democrática y combativa que sea una herramienta práctica de la lucha. Invocamos las líneas de un programa de acción que responda a las aspiraciones de la clase obrera a movilizarse contra la ofensiva de clase y contra la política de compromiso y paz social de la burocracia sindical. Consideramos que el contexto del M20 ha creado posibilidades reales para el inicio de corrientes democráticas que se implanten en todos los sindicatos para construir una unidad sindical de lucha. Pero no tenemos la fuerza suficiente para llevar a cabo iniciativas concretas, a pesar de nuestra presencia en algunas secciones regionales e incluso en el Sindicato Nacional de Pescadores.

Las perspectivas de una corriente sindical de lucha son muy oscuras. Varias luchas se desarrollan fuera de los sindicatos, que las ignoran: la coordinación nacional contra la reforma de las pensiones, las luchas de los profesores en formación contra la separación de la formación y la contratación, la lucha de programa de los 10.000 cuadros por su contratación, diferentes categorías de estudiantes (médicos, enfermeras, ingenieros, etc.) y de los licenciados en paro, etc. El problema reside en la confluencia de estas resistencias para construir una relación de fuerzas a la altura de la ofensiva burguesa.

La izquierda radical ha perdido una oportunidad política para construir un sindicato alternativo creíble. Se necesitará tiempo para recuperarse. Vamos a continuar nuestros esfuerzos para intervenir en la dinámica de los conflictos actuales e iniciar la coordinación concreta sobre el terreno de la lucha de clases.

La lucha contra la globalización

Los partidos de la oposición institucionales y las burocracias sindicales justifican la mundialización capitalista, aceptan los dictados de las instituciones financieras internacionales y de los gobiernos de los países imperialistas. Adoptan el programa neoliberal. Las asociaciones afiliadas al régimen han logrado su control sobre muchas iniciativas como el Foro Social de Marruecos, la migración, las mujeres, la justicia climática, etc.

La Vía Democrática se considera antiimperialista y contra la globalización liberal. Pero sus acciones son insuficientes. No da suficiente importancia a las campañas contra los acuerdos de libre comercio, la cuestión de la deuda, especialmente después de la capitulación del partido Syriza en Grecia, con el que VD estaba tratando de forjar alianzas. VD no ha logrado mantener viva su propia asociación, que creó después de no poder imponer su control sobre Attac Marruecos durante los primeros años de su existencia (2000-2005). La lucha contra la globalización en Marruecos sigue siendo prácticamente el coto de la corriente de Al-Mounadil, a través de ATTAC-CADTM Marruecos, que sigue sus propias iniciativas en contra de las políticas de las instituciones internacionales y por la cancelación de la deuda, y se integra en diversas movilizaciones globales contra la globalización capitalista con un espíritu internacionalista.

El peligro de las fuerzas fundamentalistas

Las organizaciones fundamentalistas islámicas continúan polarizando a la mayor parte de la juventud radicalizada y a grandes sectores populares desfavorecidos, sobre todo en los suburbios de las grandes ciudades y centros urbanos pequeños. La organización Justicia y Caridad (Al Adl Wa Ilhssane), no reconocida legalmente, es la organización política y religiosa principal y tiene gran capacidad de organización. Su radical oposición a la monarquía le permite rentabilizar potencialmente cualquier explosión social en Marruecos. Al Adl salió del M20 en un momento crucial. Actualmente está tratando de recuperar su credibilidad mediante su participación en algunas movilizaciones sociales (licenciados en paro, la coordinación de los profesores en formación, etc.) e incluso en algunos sindicatos. Si su enfoque islámico les facilita su contacto con las bases, su actitud más conciliatoria en las luchas les resta audiencia.

Las diversas formas de luchas obreras y populares iniciadas por el M20 continúan y muestran claramente las posibilidades reales de una iniciativa renovada de la izquierda radical. Pero el componente más importante de esta izquierda – DV – está actualmente consolidando su alianza con Al Adl.

De hecho, VD considera que el contexto mundial está marcado por el resurgimiento de las guerras imperialistas de intervención y que las oposiciones islamistas se encuentran objetivamente enfrentadas al imperialismo en varios países. El papel de la izquierda radical es ayudar a la transformación de estas oposiciones que rechazan por razones religiosas la globalización en corrientes que se opongan a la globalización capitalista imperialista que amenaza nuestra identidad. El Islam político se ha convertido en una fuerza dominante y tiene un fuerte atractivo en los medios populares. La alianza de la izquierda con estas corrientes independientes del imperialismo y la monarquía, y que no utilizan la violencia, podría profundizar sus contradicciones y hacer evolucionar estos partidos a posiciones de lucha popular. La transición democrática en Túnez es el fruto de esta alianza de la izquierda y los islamistas. La Vía Democrática aceleró su alianza con Al Adl con la participación de sus líderes en las actividades internas de Al Adl y la organización de debates públicos y diálogos comunes.

Nuestro corriente Al-Mounadil considera esta alianza peligrosa, ya que confunde los programas y oscurece el hecho de que los fundamentalistas son enemigos de clase. Podemos luchar juntos, pero el desafío es desarrollar una crítica de su proyecto y disputar su hegemonía con un programa de reivindicaciones transitorias claras. Este es un debate que interesa a todas las corrientes de la izquierda radical en nuestra región y en otros lugares, y que requiere que se le preste especial atención.

Una oposición burguesa muy mediocre controlada por la monarquía

La oposición burguesa histórica – Partido Istiklal (PI) y el Partido de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) – está totalmente ligada a la monarquía. Se integra en las instituciones y a las órdenes del gobierno. Está completamente desacreditada. El fracaso de la USFP como gran oposición socialdemócrata y su total mutación social-liberal ha dejado espacio para el surgimiento de partidos que quieren jugar su papel de antaño. Este es el caso del Partido Socialista Unificado (PSU) y del Partido de Vanguardia Democrático (PADS), que han formado una alianza electoral denominada Federación de la Izquierda Democrática (FGD). FGD obtuvo dos diputados en las últimas elecciones parlamentarias en octubre de 2016. Sin embargo, su línea política es muy liberal y su influencia política es limitada.

El estallido de la Confederación Democrática del Trabajo y su capitulación total son una de las peores consecuencias de la integración de la USFP.

Las protestas sociales continúan

A finales de 2015 y principios de 2016 se ha producido un aumento de las protestas sociales en todas las categorías sociales: los graduados en paro, los estudiantes, el campo, los jueces, las mujeres, los jóvenes urbanos, el movimiento amazigh, el movimiento de derechos humanos, los presos políticos, etc. Adoptan diferentes formas: sentadas, marchas, manifestaciones, reuniones en las calles, huelgas de hambre, etc. El ministro del Interior dijo que en Marruecos sabía 50 manifestaciones cada día. Podemos enumerar algunas:

-Las protestar contra el alto costo de vida en el norte de Marruecos. En octubre de 2015, estalló la “revolución de las velas” en Tánger y otras ciudades en el norte de Marruecos contra la sociedad francesa Amendis, una filial de Veolia Group, responsable desde el 1 de enero de 2002, de la gestión delegada del saneamiento y de la distribución de agua potable y electricidad en Tánger y Tetuán. La gente recibió unas facturas desorbitadas y salió en masa a las calles durante días, exigiendo la salida de la empresa. El gobierno intervino para calmar las cosas sin tocar el fondo del problema.

-Los estudiantes de medicina. También en octubre, miles de estudiantes de medicina se manifestaron en Rabat contra un proyecto de ley para crear un servicio médico obligatorio de dos años en las zonas rurales después de la graduación, sin ninguna garantía de empleo en el servicio público. Después de reprimirla, el estado ha prometido revisar el proyecto de ley.
Los maestros en prácticas se manifiestan por miles desde 2015 en Rabat y en ciudades de todo Marruecos para pedir la retirada de dos decretos del Ministerio de Educación. El primero pone fin a la integración automática en el servicio público correspondiente (en vigor desde hace décadas). En lugar de ello, se ha establecido una oposición para el acceso a la educación pública. El segundo decreto redujo a la mitad sus salarios mensuales, pasando de 2.454 dirhams (230 €) a sólo en 1.200 (112 €). En abril de 2016, se firmó un acuerdo con el gobierno que prevé la contratación de toda la promoción. Sin embargo, muchos miles de maestros se han manifestado el 29 de de enero de 2016 en contra de la eliminación de 150 de sus compañeros de las pruebas de admisión.

-Las enfermeras se manifiestan contra el desempleo. Las enfermeras en paro han salido a la calle en febrero de 2016 delante del Ministerio de Salud para solicitar la creación de más puestos de trabajo en el presupuesto y su contratación en los hospitales, que están desesperadamente cortos de enfermeras y médicos.

– Las luchas de las diferentes categorías de licenciados en paro. Los licenciados en paro han estado casi a diario en las calles para exigir su derecho al trabajo a pesar de la crisis del movimiento estudiantil que alimenta sus filas. Desde principios de 1990, las luchas de los licenciados en paro se canalizan a través de la Asociación Nacional de Licenciados en Paro de Marruecos, ANDCM, que era muy combativa y tenía una implantación real en la mayoría de ciudades y pueblos. A finales de 1990, surgieron otras coordinaciones por categorías (doctorado, maestría, licencia, etc.), cada una reclamando su derecho al empleo. Este movimiento diverso se encontraba todavía al margen del movimiento obrero, y no estaba dentro de las prioridades de la dirección de los sindicatos. Sufre represión, la falta de instalaciones, la falta de recursos financieros y de solidaridad.

-Las protestas sociales por infraestructuras básicas (clínicas, escuelas, carreteras, etc.) y para una vida mínimamente decente se están expandiendo en diferentes áreas marginales de Marruecos. Los residentes de las grandes ciudades también protestan para exigir a las autoridades mayor seguridad y protección contra el aumento de la delincuencia, la violación y el robo.

-En cuanto a la coordinación de las luchas contra el alto costo de vida, que se han extendido a la mayoría de las ciudades en 2008, han puesto de manifiesto la persistente discrepancia entre el potencial objetivo de las masas y la incapacidad de la izquierda radical y de los activistas revolucionarios para construir movimientos sociales.

Es evidente que la sumisión y aceptación del status quo ya no es la regla, las movilizaciones sociales se oponen a los diversos ataques de los poderosos. En este contexto, el Movimiento 20 de Febrero fue un catalizador que duró más de un año y que obligó al régimen a hacer concesiones importantes.

La situación objetiva es ahora más favorable que en el pasado para la construcción de una alternativa radical. Los factores clave que estaban detrás del proceso revolucionario en la región persisten: deterioro de las condiciones sociales, económicas y culturales, ataques a las libertades políticas, etc.

La capacidad de la izquierda radical de influir en las luchas sigue siendo baja. Somos parte de esta debilidad. Y a pesar de las dificultades, continuamos nuestros esfuerzos de clarificación política para convencer a la vanguardia de las luchas sociales de la necesidad de un proyecto de sociedad revolucionaria. Ello implica una profunda implicación en las luchas obreras y populares diarias, el fortalecimiento de los sindicatos, y la defensa de la perspectiva de la lucha de clases. Pero también la creación de formas de organización de las mujeres y los jóvenes en diversas instituciones educativas y las universidades.

Marouaneest es el heterónimo de un militante de la corriente marxista marroquí Al-Mounadil.

Fuente: http://www.afriquesenlutte.org/afrique-du-nord/maroc/article/maroc-quelques-elements-de-la

Traducción: Enrique García

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