La huelga contra las políticas neoliberales de Temer paralizó Brasil

Resumen Latinoamericano/politicaymedios, 29 de abril 2017.

El gobierno del golpista intenta imponer una reforma laboral y del sistema de jubilaciones, que ataca los principales derechos de los trabajadores. La medida de protesta fue contundente y, ante las manifestaciones en las grandes ciudades, el gobierno de facto respondió con una brutal represión.

El gobierno del golpista Michel Temer debió enfrentar una imponente huelga general, que muchos analistas calificaron como histórica. Los trabajadores protestaron contra el ajuste neoliberal llevado adelante por el presidente de facto. El mandatario impulsa un plan que incluye una reforma laboral, que ataca a los principales derechos de los trabajadores, y una modificación del sistema de pensiones, que eleva la edad jubilatoria de hombres y mujeres a 65 años. Estas medias se aplican en un contexto de privatizaciones, crecimiento del desempleo, congelamiento del gasto público en salud y educación, sumados al aumento de la pobreza y la indigencia.

La huelga paralizó todas las grandes ciudades de Brasil (Rio de Janeiro, San Pablo, Brasilia, etc.). No hubo transporte terrestre ni aéreo. Docentes, médicos y trabajadores de todos los rubros se sumaron al repudio contra el mandatario golpista y sus políticas neoliberales.

En diálogo con Política & Medios, el analista de política internacional Jorge Kreyness aseguró que “las movilizaciones que se dieron en marzo y el paro general del 6 de abril en Argentina, junto con esta huelga general en Brasil y otras luchas que se están dando en continente, son el signo de un despertar popular muy fuerte. Despertar que se da para enfrentar la instalación de la derecha y de las políticas neoliberales, que el imperio quiere imponer en la región”.

“Es una reaparición en la escena del movimiento popular y, en particular, de la clase obrera”, señaló.

Kreyness afirmó que “este paro masivo, sin dudas, representa un revés muy duro para el gobierno golpista de Brasil. Temer logró algo que no se conseguía hace muchos años: unir a todas las centrales sindicales, pero en su contra”.

Por último, y en relación al crecimiento de la figura del ex presidente Luiz Inacio “Lula” Da Silva, Kreyness remarcó que “es inevitable tener en cuenta que Lula va primero en las encuestas para las elecciones presidenciales y que la derecha está tratando de proscribirlo. Con la influencia que Lula tiene en el movimiento obrero y popular brasileño, sumando al desprestigio de Temer, se evidencia la debilidad del gobierno brasileño y, a la vez, se potencia la posibilidad de una nueva oleada de gobiernos populares, no solo en Brasil, sino en toda la región”.

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