Gustavo Petro: “La Colombia Humana significa transformaciones para la sociedad”

Resumen Latinoamericano / Colombia Informa / 29 de abril de 2017

El exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, dictó una conferencia en Cúcuta el pasado 27 de abril, titulada “Economías Humanas en el Cambio Climático”, en la cual abordó el tema del cambio climático desde las dinámicas políticas y económicas actuales en Colombia y el Mundo. El líder del movimiento progresista, le concedió la siguiente entrevista a Colombia Informa.

Colombia Informa: Recientemente varios municipios del país han tenido la oportunidad, a través del voto, de decidir sobre el extractivismo en sus territorios. La mayoría ha dicho que NO y eso evidencia la evolución del poder poblacional sobre el medio ambiente y su territorio. Sin embargo, si el gobierno decide pasar por encima de esta decisión popular, la democracia fracasaría una vez más y las herramientas electorales serían poco funcionales ¿Qué se puede hacer al respecto, cómo se puede defender un territorio cuando incluso las vías legales y legítimas tampoco funcionan?

Gustavo Petro: El camino para el ejercicio del poder constituyente es un proceso que tendrá avances y lamentablemente retrocesos provocados por las grandes fuerzas poderosas en su contra. Los colombianos deben ejercer ese poder constituyente, que es la capacidad de decisión de la ciudadanía en temas fundamentales que afecten su territorio, no a escala nacional como se recogió en la Constitución de 1991 con una Asamblea Constituyente centralizada en Bogotá, sino que en una etapa descentralizada, con carácter vinculante, y en todos los elementos que componen el territorio como el agua, la minería, las medidas de tipo cultural, la segregación social y sus alternativas de superación; adaptación al cambio climático, adopción a tecnologías coherentes con la sostenibilidad del lugar en donde habitan y muchos más factores determinantes del ejercicio del poder constituyente, donde el pueblo, a escala  municipal, pueda tomar las decisiones respecto a su territorio. Esas determinaciones ciudadanas normativamente deben ser cumplidas.

C.I: En un Estado que prioriza el modelo de muerte (extractivismo, contaminación; asesinatos, desplazamiento) sobre un modelo de vida, ¿qué debe hacerse para dar el primer paso hacia una Colombia Humana?

G.P: Participar en la acción política, que no es simplemente votar por el politiquero de turno y hacer el cursillo de corrupto, sino en la acción política directa y cotidiana. Cuando un joven se sube en una bicicleta como modo alternativo de transporte, está generando una política de sostenibilidad de la vida en el territorio. La generación de cultura, defensa de diversidades de todo tipo, empoderamiento de la mujer, las discusiones sobre si es el agua o el oro lo que importa, etc.

C.I: ¿Hacia dónde va dirigido el mensaje ambiental que ha estado llevando al ámbito nacional?

G.P: El cambio climático es producto directo de las sociedades industrializadas con economías capitalistas, por su producción extensiva, inusitada y exponencial del petróleo y el carbono, provocando trastornos dramáticos en el medio ambiente, cuyos principales afectados son las clases más pobres de la sociedad. A partir de esto los temas de justicia, segregación y grandes desigualdades sociales adquieren mayor intensidad, dándoles paso al intento balbuceante que hacen ahora para hacer ejercicio de su poder constituyente, no dejando de afectar a los responsables de dichas transformaciones negativas del ambiente, pero cuyas reacciones se dirigen hacia guerras por petróleo y agua.

La escala latinoamericana y colombiana presentan situaciones cada vez más dramáticas hechas visibles, por ejemplo en Mocoa, que influyen directamente en las políticas porque las sociedades cada vez entienden más, y mi intención es crear a gran escala esa toma de consciencia.

C.I: ¿Cuál sería el discurso progresista para alcanzar una Colombia Humana?

G.P: Tenemos tres ejes articulados con los que buscamos lograr transformaciones sociales y políticas:
1. Superación de la segregación social.
2. Lucha por adaptar a la sociedad al cambio climático y mitigarlo.
3. El empoderamiento de lo común y público.

C.I: ¿El progresismo tiene la intención de entrar en la carrera electoral de 2018?

G.P: El gobierno de Santos, especialmente su candidato Vargas Lleras, está buscando todas las formas posibles para impedirlo, pero tenemos la decisión de hacerlo. La idea es que el espacio generado a partir de la Colombia Humana represente transformaciones en la sociedad a nivel territorial y nacional.

C.I: ¿Han pensado en alianzas políticas?

G.P: Hemos propuesto una gran confluencia, sin exclusiones, alrededor de un programa que queremos construir colectivamente. Lo que hay que lograr es que la fuerza alternativa de la sociedad pueda converger en torno a objetivos comunes.

C.I: ¿Es el progresismo la alternativa para generar una recuperación de la democracia en el país?

G.P: No se puede recuperar lo que no se ha tenido. Es un proyecto de construcción democrática de la sociedad en los territorios, que implica no solamente temas de superación de la segregación social, sino también de fortalecimiento de lo común: bienes comunes del poder público y necesariamente la búsqueda de un equilibrio entre economías, sociedades y ecosistemas, eso es el progresismo.

C.I: ¿Cómo ve el progresismo a las fuerzas políticas en los escenarios de los acuerdos de paz?

G.P: Hemos llegado a la conclusión de que la política no debe dividirse entre derecha e izquierda, son términos europeos, debe dividirse en políticas de la vida o muerte, desde estos filtros puede resultar que sectores de izquierda están inscritos en políticas de muerte, como pueden estar en las de vida, y viceversa. Cada acción de un gobernante determina si se está en las políticas de la vida o de la muerte; si un alcalde permite corridas de toros o permite un Plan de Ordenamiento Territorial agenciado por especuladores de agencias inmobiliarias, está evidentemente en la política de la muerte. Para acabar una guerra se necesita hacer una política de vida. No hacerla, bajo cualquier argumento, es sin duda una política de muerte. El esfuerzo de Colombia por salir de sus guerras casi eternas es sin duda un proceso que se enmarca en las políticas de la vida.

C.I: Teniendo en cuenta que la crisis venezolana, afecta directamente el desarrollo social, económico y político de Colombia, específicamente en la ciudad de Cúcuta, ¿Cómo se puede lograr un equilibrio fronterizo?

G.P: Implementar lo que denomino la biopolítica, que indica una separación entre las economías nacionales y el petróleo que, a través de su uso intensivo por vías económicas capitalistas, es el gran transformador del cambio climático. Su uso excesivo ha causado repercusiones como el efecto invernadero que alteran el planeta y ponen el clima  de tal manera que representa un peligro para la vida. Tenemos dos economías (más la venezolana y menos la nuestra) que giran alrededor del petróleo, yo creo que la crisis fronteriza se deriva de esos dos grandes esquemas económicos por ambas partes, porque la economía del petróleo ha significado un mundo de rentas, en lugar del trabajo productivo, que  rigen diversas actividades rentísticas como contrabando, drogas, etc. La solución es desligarse de ese tipo de economía; si Venezuela y Colombia hicieran el esfuerzo de construir un aparato productivo, ya no rentístico, ni petrolero; una transición indudablemente difícil, pero que debe lograrse, la región podría adquirir una connotación productiva e industrializada ajena, cada vez más, a economías ilegales. Es decir, la aplicación de la biopolítica significaría un desarrollo social y sostenible completamente diferente al que hoy vemos.

CI AP/DM/29/4/17/12:37

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