Argentina: Susana Malcorra ocultó abusos sexuales cometidos por Cascos Azules

Resumen Latinoamericano/Misión Verdad, 27 de abril 2017.

El ciclo de violencia política y caos contra Venezuela inició el 4 de abril de 2017, un día después de que una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA diera la luz verde. Hoy 26 de abril la misma secuencia tiende a repetirse, con los mismos objetivos.

La sesión del Consejo Permanente de la OEA del día de hoy (26 de abril), a pedido de 16 países para convocar una reunión de consulta de cancilleres para evaluar la situación venezolana, tuvo a la canciller argentina Susana Malcorra como protagonista. Durante sus dos intervenciones en medio de la sesión, además de atacar a las instituciones del país y sus legítimas autoridades, recalcó su intención de que desde la OEA se active un proceso de tutelaje en Venezuela, en franca violación de su soberanía política.

El agresivo tono marcado por la canciller Malcorra en el Consejo Permanente no se diferencia del que Luis Almagro y el Departamento de Estado de Estados Unidos en sus comunicados contra Venezuela han promovido con insistencia. En ese marco no sólo se plantea como política hemisférica el hostigamiento diplomático a Venezuela, en los espacios multilaterales de influencia de las corporaciones estadounidenses, sino la decisión de romper cualquier canal de entendimiento con el Estado venezolano, promoviendo en la arena internacional su desconocimiento como interlocutor en beneficio de actores no estatales (ONGs, partidos políticos del antichavismo, empresas transnacionales, etc.).

La sesión del Consejo Permanente vuelve a marcar un antecedente negativo en este sentido al no contar con la aprobación de Venezuela para discutir de sus asuntos internos.

Lo que marca el pulso entre ese objetivo y sus tácticas es la extorsión de las “elecciones generales”, “el canal humanitario” y la liberación de políticos incursos en actividades criminales (a Malcorra sólo le faltó el guiño al Comando Sur de EEUU), por donde también, dicho sea de paso, buscan lograr elegantemente el mismo fin: que sea el Gobierno venezolano, tras un aumento en el asedio internacional, quien agreda la Constitución y su marco institucional. Quien asuma sus costos fundamentales y deje la mesa servida para una inyección letal contra el tejido político, económico, social y estatal del país.

El país (Argentina) que asume como foco crítico de su política exterior el tema venezolano, reafirmando su estatus de aliado incondicional de EEUU, ya está recibiendo esa misma dosis letal mediante las gestiones de Mauricio Macri.

Otro oscuro antecedente

A este nuevo precedente negativo marcado por la OEA, se le suma el oscuro prontuario de su canciller Susana Malcorra cuando trabajó con el ex secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en distintas funciones administrativas.

Una investigación del medio Foreing Policy reveló cómo Susana Malcorra encubrió decenas de casos de abusos sexuales cometidos contra niños de distintos países por las fuerzas de paz de la ONU, conocidos como Cascos Azules. Nada más en Haití entre 2004 y 2007, durante la incursión de estas fuerzas de paz multilateral, se realizaron 2 mil denuncias sobre abusos sexuales a menores de edad, vinculando a 134 Cascos Azules de Sri Lanka (y de otros países como Uruguay, Brasil y Bangladesh) con violaciones de este tipo. Estos efectivos fueron desincorporados y no sometidos a juicio en medio de la gestión de Malcorra dentro de la burocracia de la secretaría general.

Un informe de la ONU de 2016 (ya Malcorra había abandonado la ONU para convertirse en canciller de Argentina) confirmó que existen al menos 99 denuncias de abuso sexual y explotación en 10 de sus misiones de pacificación en varias zonas de conflicto durante 2015, tiempo en que Malcorra fue jefa de gabinete de Ban Ki Moon.

Un mes después, una portavoz especial de la secretaría general aseveró que 29 de esos casos conciernen a la misión en la República Centroafricana (Minusca). Otros siete casos corresponden a las misiones de República Democrática del Congo, dos de Haití y otros de Costa de Marfil, Mali y Sudán del Sur. 44 denuncias más por atropellos sexuales en otros países fueron procesadas y 39 fueron atribuidas a los Cascos Azules.

Malcorra nunca se refirió a estos casos ni activó los mecanismos jurídicos para defender a estos niños y personas que fueron abusadas sexualmente por los Cascos Azules de la ONU, mientras fue jefa de gabinete de Ban Ki Moon.

Es la misma burócrata, implicada directamente en ocultar graves violaciones a los derechos humanos a escala global, la que afirma que el Gobierno venezolano no cumple con su Constitución. Una ironía que todavía sigue contando víctimas por su responsabilidad. Ya sabemos a qué se refiere con pacificar países y hacerlos volver a la democracia.

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