Los 50 gigantes empresariales de Estados Unidos ocultaron 1,6 billones de dólares en paraísos fiscales

Intermón Oxfam señala en un informe a empresas como Pfizer, Goldman Sachs, General Electric, Chevron, WalMart y Apple.

Por Enric Llopis / Resumen Latinoamericano / 26 de abril 2017.- El pasado 23 de enero el presidente de Estados Unidos, Donald Trum, mantuvo una primera reunión con dirigentes empresariales en la Casa Blanca. Les anunció una “masiva” rebaja fiscal y una desregulación de los mercados. A los líderes de compañías como Lockheed Martin, Ford, Tesla, Under Armour, Dell y Johnson & Johnson les dijo que la regulación del mercado se reduciría en un 75% y los impuestos  a las corporaciones pasarían del actual 35% a entre el 15 y el 20%.  El encuentro de Trump con una decena de próceres empresariales en el salón Roosevelt contrasta con la conclusión de un informe de Intermón Oxfam de abril de 2017: las 50 mayores empresas de Estados Unidos ocultaron 1,6 billones de dólares en paraísos fiscales en 2015. La cifra supone un incremento de 200.000 millones de dólares respecto a 2014. Entre las compañías señaladas, gigantes como Pfizer, Goldman Sachs, General Electric, Chevron, WalMart y Apple.

El informe “Una reforma tramposa” destaca que las 50 mayores empresas de Estados Unidos se apoyaron para sus prácticas elusivas en una red “oculta y opaca” de 1.751 filiales en paraísos fiscales durante 2015, es decir, 143 filiales más que el año anterior. La evasión y la opacidad “offshore” no es azarosa ni proviene de unas leyes naturales de la economía. Todo lo contrario, sostiene el documento de Intermón Oxfam, ya que las 50 principales corporaciones invirtieron grandes sumas en la labor de lobby: cerca de 2.500 millones de dólares en el periodo 2009-2015. El dinero destinado a los grupos de presión rinde beneficios. Según el documento de la ONG, cada dólar invertido en actividades de lobby fiscal supone 1.200 dólares en exenciones. Además hay un grupo de corporaciones que destaca especialmente en este tipo de inversiones, el formado por General Electric, Verizon Communications, Comcast, AT&T y Exxon Mobil. Entre las cinco sumaron el 25% del capital dirigido por los 50 gigantes a ejercer influencia.

En el documento la ONG matiza que no “acusa” a ninguna de estas grandes compañías de transgredir la ley, aunque el análisis de las cifras -ofrecidas por las empresas- muestra cómo “el actual sistema fiscal les permite eludir miles de millones de dólares en impuestos dentro de los márgenes de la ley”. Pese a los estratosféricos beneficios, mediante diferentes mecanismos evasivos han podido pagar impuestos por tipos efectivos del 25,9%, según Intermón Oxfam, cuyo informe subraya que se trata de las estimaciones más conservadoras (el tipo nominal en Estados Unidos se sitúa en el 35%). En el periodo 2008-2014 el porcentaje del pago efectivo alcanzaba el 26,5%. Otras investigaciones citadas por la ONG agrandan el agujero fiscal. Por ejemplo, un estudio de 2017 de Citizens for Tax Justice señala que las empresas destacadas por la revista Fortune –las 500 mayores de Estados Unidos- pagaron una media del 21,2% en el impuesto de sociedades federal (14 puntos por debajo del tipo nominal).

“Cada año los individuos y empresas que eluden el pago de impuestos roban a Estados Unidos cerca de 135.000 millones de dólares en ingresos fiscales”, afirma el responsable de Fiscalidad y Sector Privado de Intermón Oxfam, Miguel Alba. El diario The New York Times denunció durante la campaña electoral norteamericana que Trump podría ser uno de los responsables de estas prácticas, al declarar pérdidas por negocios fallidos en la declaración fiscal de 1995. De ese modo, según el rotativo, el hoy presidente habría evitado el pago del impuesto sobre la renta por un periodo de 18 años. Ante estas informaciones, Trump respondió en las redes sociales: “Conozco nuestras leyes tributarias mejor que ningún otro candidato y soy el único capaz de mejorarlas”. Otra de las prioridades de Donald Trump es el gasto militar. El pasado 27 de febrero anunció un “histórico” aumento de 54.000 millones de dólares (10%) en este capítulo, el mayor desde los atentados contra las “torres gemelas” de 2011, con un objetivo expreso: “Volver a ganar guerras”.

La revista Forbes resalta cada año en sus listas a las mayores compañías de Estados Unidos. Encabeza el listado de 2016 Berkshire Hathaway (Servicios de Inversión), con unos beneficios de 24.100 millones de dólares; le siguen JP Morgan Chase (23.500 millones); Wells Fargo, del sector de la banca (22.700 millones); Apple (53.700 millones); la petrolera ExxonMobil (16.200 millones); Bank of America (15.800 millones); AT&T, del negocio de las telecomunicaciones (13.200 millones); Citigroup, centrada en los servicios financieros “diversificados” (15.800 millones); Verizon Communications (18.000 millones) y la corporación de tiendas y almacenes WalMart (14.700 millones). El orden establecido no considera sólo los beneficios, sino también otros criterios como activos o valor del mercado.

La mayor fortuna de Estados Unidos en octubre de 2016 era, según Forbes, el líder de Microsoft, Bill Gates. Acumulaba un patrimonio neto de 81.000 millones de dólares. En segunda posición dentro de los diez magnates del país se situaba Jeff Bezos, cabeza visible de Amazon.com (67.000 millones); la lista continuaba con Warren Buffet (Berkshire Hathaway), 65.500 millones; Mark Zuckerberg (Facebook), 55.500 millones; Larry Ellison (Oracle), 49.300 millones; Michael Bloomberg (Bloomberg LP), 45.000 millones; Charles y David Koch, “capitanes” de la industria con un patrimonio de 42.000 millones de dólares; Larry Page (Google), 38.500 millones y Sergey Brin (Google), 37.500 millones. Donald Trump figuraba en la lista, pero en el número 156, con un patrimonio neto de 3.700 millones de dólares. Tan significativo como el elenco resulta la valoración de la revista, de la que se hizo eco la Agencia Efe: “Las 400 mayores fortunas de Estados Unidos son más ricos que nunca, acumulan en su conjunto un total de 2,4 billones de dólares y poseen como promedio 6.000 millones de dólares, en unos niveles que nunca antes se había visto”.

Los informes que periódicamente publica Intermón Oxfam ponen de manifiesto la otra cara de los paraísos fiscales y la evasión impositiva. En enero de 2017, al tiempo que se reunía en el Foro de Davos la elite política y empresarial del planeta, se difundía la investigación “Una economía para el 99%”. El documento señala que ocho personas poseen la misma renta que otros 3.600 millones (la mitad más pobre de la población mundial). La desigualdad es una de las realidades más sangrantes, comprobable a la luz de la estadística. Entre 1998 y 2011, los ingresos del 10% más pobre del planeta han mejorado, constata la ONG, pero sólo tres euros anuales; sin embargo, los ingresos del 10% ubicado en la franja superior de renta aumentaron 182 veces más. El documento también pone el acento en el impacto de los paraísos fiscales, y la lacra que suponen para los países del Sur. De hecho, los ardides impositivos de las multinacionales privan a estos países de un mínimo de 100.000 millones de euros anuales. Es, agrega el informe, “dinero suficiente para financiar servicios educativos para los 124 millones de niños sin escolarizar o la atención sanitaria que podría evitar la muerte de al menos seis millones de niños cada año”.

El uso de los territorios “offshore” no resulta exclusivo de las grandes empresas de Estados Unidos. En marzo de 2017 Intermón Oxfam y Fair Finance Guide International revelaron que los 20 principales bancos europeos –entre ellos el Banco Santander y BBVA- registraron el 26% de sus beneficios (cerca de 25.000 millones de euros) en paraísos fiscales. En el detalle, la investigación ofrece ejemplos abracadabrantes del año 2015. Así, la entidad financiera francesa BNP Paribas alcanzó unas ganancias de 134 millones de euros libres de impuestos en las Islas Caimán. Y lo hicieron sin contar con personal. El Deutsche Bank mostró balances dispares en 2015: beneficios magros e incluso pérdidas en los mercados principales, mientras en las zonas “offshore” ganó cerca de 2.000 millones de euros. La investigación agrega que dos plazas concentran el 29% de los beneficios obtenidos por los bancos en paraísos fiscales durante 2015: Irlanda y Luxemburgo. Tal vez la casuística produzca escalofríos. La veintena de principales bancos europeos amasaron ganancias por valor de 4.900 millones de euros en Luxemburgo, por encima de la suma del Reino Unido, Suecia y Alemania. Respecto a Irlanda, los entidades bancarias del viejo continente tributaron a un tipo efectivo que no superaba el 6% (la mitad del tipo legal). Sin embargo, Barclays, RBS y Crédit Agricole no abonaron más del 2%.

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