Colombia/Comandante de las Farc advierte los incumplimientos del gobierno

La tercera | Resumen Latinoamericano | Abril 21, 2017

En entrevista con La Tercera, Pastor Alape afirma que la guerrilla tiene la disposición de llevar a cabo lo pactado. Sin embargo, advierte que los incumplimientos en los plazos por parte del gobierno ponen en dificultad el proceso de paz.

Hace más de 35 años que Pastor Alape se sumó a las Farc. En poco tiempo se transformó en uno de los líderes de la guerrilla y en 2010 se convirtió en uno de los siete miembros de su secretariado. Este comandante, cuyo verdadero nombre es Félix Muñoz, fue uno de los hombres más buscados de Colombia con al menos 10 órdenes de captura. El Departamento de Estado de los EE.UU. todavía ofrece US$ 2,5 millones por información que permita arrestarlo.

Desde que se iniciaron los diálogos, Alape ha sido miembro de la comisión que mantiene conversaciones con el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y se ha convertido en uno de los principales voceros de la organización. Para él, “el gobierno no ha cumplido, pero tenemos que mostrar que la sociedad en sus diversas acciones va a hacer que cumpla”.
Cumplidos 100 días desde la firma del acuerdo, la guerrilla y el gobierno sostuvieron una reunión en Cartagena con el propósito de ver las fallas en la implementación del proceso de paz. Sobre el encuentro con el gobierno, el estado del acuerdo, el perdón a las víctimas y reinserción a la vida civil, conversó el comandante de las Farc en esta entrevista con La Tercera.

¿Se logró un acuerdo en Cartagena?
Partimos con la idea de identificar las dificultades y los problemas, para ver cómo los vamos a resolver. Las conclusiones están en esa dirección. Sin embargo, eso no significa que aún no haya un pulso que se mantenga. Todavía se notan líneas de negociación en el marco de la implementación, pero en general manifestamos que venimos optimistas porque se definieron rutas concretas para resolver las problemáticas en las zonas.

¿Existe peligro de que algunos de incumplimientos pongan en peligro el proceso de paz?
El compromiso que hemos hecho con el país lo vamos a mantener. El gobierno no ha cumplido, pero tenemos que mostrar que la sociedad en sus diversas acciones va a hacer que cumpla. Desde las Farc dijimos que íbamos al proceso de paz, el gobierno no tuvo las zonas listas, pero las Farc llegaron y aquí estamos. Tenemos que ir ampliando el espectro de apoyos y compromisos de la sociedad con el proceso. Dejamos las armas y entramos a la acción política con el instrumento fundamental que es la conciencia de la gente de que hay que afianzar los cimientos de la paz.

En este momento los 6.300 guerrilleros y guerrilleras de las Farc están agrupados en las 26 zonas y puntos veredales acordados con el gobierno ¿Después qué vendrá?
Sobre las zonas veredales su desmonte va a ser igual a su inicio, es decir, los tiempos no van a dar. Los hombres y mujeres de toda la comunidad guerrillera requieren un espacio donde se pueda vivir. Aquí no sólo se va a reincorporar la comunidad guerrillera, se van a reincorporar al país regiones que han sido marginadas. Ese proceso tiene que hacerse desde allí, no solamente con los guerrilleros sino con las comunidades y se empezaría con los proyectos productivos. De igual forma viene la otra fuerza, los que van a hacer actividad política concreta.
Alrededor de 3.500 muertos tuvo la Unión Patriótica en los años 80, una organización política conformada por ex guerrilleros que se desarmaron en un proceso de paz similar al de ahora

¿Creen que hoy el escenario es distinto?
Si usted se pone a analizar toda la historia, todos los procesos de paz han terminado así. En la guerra de los mil días, sus dirigentes fueron asesinados; de igual manera las guerrillas de los 50; vienen los procesos de negociación con la insurgencia, con el M19, el EPL, el Quintín Lame, el PRT, la corriente y de igual manera son asesinados varios de esos dirigentes. Por lo menos hoy estamos frente a un debate respecto a la concepción de defensa, hay una comunidad internacional más activa en exigir que los compromisos se cumplan y hay un importante número de colombianos que entienden que no podemos volver atrás. Por eso creemos que las condiciones que caracterizan esta coyuntura posibilitan desarrollar la acción en otras condiciones. Ahora, siempre está el riesgo de que nos maten, eso no se desmonta en una década.

¿Qué le puede decir a las personas de las grandes ciudades que tienen miedo a la guerrilla y que votaron por el No?
Siempre le hemos dicho que a medida que esto vaya avanzando, los integrantes de la organización entrarán a aclararle al país su visión política. En la acción directa, mejorando las condiciones de la gente en actividades concretas.

¿Y entre esas acciones políticas entra el perdón a las víctimas?
Venimos desarrollando una serie de acciones de reconciliación con las comunidades, para poder mostrar lo doloroso que ha sido el conflicto. Acciones que van desde un punto de vista ético y moral respecto a nuestra responsabilidad en la guerra, poniendo la mayor carga de energías en hechos concretos como es la limpieza o descontaminación de territorios minados. Hemos dicho que vamos a desminar el territorio y los corazones del odio.

¿Dónde se ve en el futuro?
No tengo esa capacidad ahorita con todo lo que hay. Lo que hacemos es ver cómo podemos hacer que la gente se vaya reincorporando exitosamente. Estamos más preocupados porque no pase lo que ocurrió en El Salvador o lo de Centroamérica o lo que ha pasado en procesos de paz pasados en Colombia. No queremos que ninguno de nuestros compañeros terminen en estructuras criminales, esa es la preocupación. Estos son 10 o 15 años trabajando para poder generar otras condiciones, otro ambiente político.

¿Y en un año más?
Seguramente dando vueltas aquí para la implementación del proceso de paz.

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