Uruguay: Delegación de altos dirigentes del PIT-CNT visitó “Israel” y elogió su comportamiento “democrático” /Rechazaron el boicot del BDS y se niegan a reconocer que hay Apartheid

DECLARACIONES QUE OFENDEN LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO

A continuación publicamos declaraciones del Presidente y altos dirigentes del PIT-CNT que a su regreso de un viaje a Israel invitados por la Histadrut (Confederación General de trabajadores, con importante presencia sionista) realizaron declaraciones que avergüenzan a la militancia de izquierda antiimperialista y por ende defensora del pueblo palestino y su resistencia a la ocupación.

Haciendo caso omiso a las múltiples declaraciones de entidades de derechos humanos y organizaciones populares de todo el mundo que convocan a incrementar el boicot al Estado Terrorista de “Israel”, los dirigentes del PIT-CNT no solo elogian el estilo de vida “democrático” de Israel sino que abundan en piropos a un régimen brutal que somete a la cárcel y tortura a miles de palestinos y palestinas.

Muy sueltos de cuerpo y evidentemente “felices”por el viaje realizado, los dirigentes uruguayos alegan que “Israel dirime sus cosas en forma democrática y del otro lado de la frontera uno ve regímenes… que no tienen nada que ver con la izquierda”. Uno de los viajeros, el sindicalista bancario y secretario de Relaciones Internacionales de la Central uruguaya, Fernando Gambera sostiene: “Cualquier país que se precie de democrático dirime las cosas como lo hace Israel, eso también está constatado en este intercambio”.

Luego atacan duramente al boicot a productos israelíes por inconducente, niegan que haya un apartheid, elogian la modernidad y los adelantos tecnológicos israelíes y “comprenden” la necesidad de la defensa armada por parte de sus jóvenes.

Sin duda, la lectura de esta entrevista es un ejemplo de como trabaja el sionismo cooptando no solo dirigentes gremiales sino también figuras de la música, el teatro y otras actividades artísticas que son invitadas a viajar a lo que en realidad debería denominarse “Palestina ocupada”, y luego terminan elogiando a sus anfitriones sin querer ver ni por asomo la brutal realidad del pueblo palestino. Muchos de ellos se llenan la boca, como lo hacen los visitantes de la central uruguaya con la consigna: “dos pueblos, dos estados”, cuando la realidad marca claramente que se trata de una salida elegante para ocultar una insana admiración que deriva, en la práctica, en ponerse de rodillas frente al sionismo.

Otra de las visitantes, Tatiana Antunez (del Partido Comunista uruguayo) lanza una frase que golpea toda racionalidad cuando se habla del país que avala la tortura y mantiene en prisión a mujeres, hombres y niños sólo por ser palestinos. Dice Antúnez: “También hemos visto que en Israel conviven diferentes culturas en forma pacífica y ordenada”. Le faltó decir, “en las mazmorras del régimen, en los cementerios, o hacinados en los campos de refugiados”. 

Las preguntas que surgen después de leer este compendio de palabras destinadas a salvarle la ropa a un estado opresor es: ¿qué pensarán los trabajadores y  trabajadoras uruguayas de los dichos de estos dirigentes? ¿El resto de la dirigencia del PIT-CNT avala esta posición claramente elogiosa para quienes indisimuladamente vienen maltratando al pueblo palestino, al que invadieron a sangre y fuego hace casi siete décadas? ¿O por el contrario, saldrán a decir como es muy común frente a este tema tan doloroso, que quienes critican a estos “dirigentes” lo hacen desde posiciones antisemitas, cumpliendo así el manual utilizado por quienes los invitaron a “Israel”?

(Nota de la Redacción: Para saber un poco más qué es y cuál es el funcionamiento de la Histadrut, ver artículo debajo de esta entrevista)

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Entrevista con delegación del PIT-CNT: resumen de su visita a Israel

La central fue invitada por la Histradut, la Confederación General de Trabajadores.

Por Ana Jerozolimsky
09.04.2017

 

El jueves último, pocas horas antes de su partida de regreso a Uruguay, conversamos con la delegación del PIT-CNT que visitó Israel, invitada por la Histadrut, Confederación General de Trabajadores local. Fue una entrevista conjunta con el presidente Fernando Pereira, el Secretario de Relaciones Internacionales Fernando Gambera, el presidente de Fuecys Fabio Riverón y Tatiana Antúnez, secretaria del Departamento de Jóvenes.

Les solicité esta entrevista para evaluar vuestra visita a Israel. Y quisiera plantear ante todo algo muy de estos últimos días, en los que en algunos lados, también ciertos círculos en Uruguay, señalaron la “Semana del Apartheid”, acusando a Israel de aplicar esa política a los palestinos. Fernando Gambera, como Secretario de Relaciones Internacionales ¿qué opinión te merece esa acusación?

Fernando Gambera: Eso lo he dicho con toda claridad, con más razón estando acá, no es comparable el apartheid, donde había claramente por razones de raza o de color una exclusión de una mayoría, incluso, de todo el sistema democrático, de todo el sistema de decisión y participación, ni hablar de la represión, la cárcel y demás, con esto. Es una comparación que desde el punto de partida es equivocada. Lo digo con toda claridad. Si uno parte de una comparación que es injusta, factiblemente el resultado es otra injusticia.

APORTES QUE SERVIRÁN A URUGUAY

Fernando Pereira, como Presidente del PIT-CNT ¿cuál es tu resumen de la visita? Entiendo que se van con elementos muy concretos.

Ese es el sentido de haber tenido jornadas muy intensas, a veces de doce horas, todos estos días. Es que en una visita así, el PIT-CNT tiene objetivos. En general los cambios tecnológicos a Uruguay llegan más tarde de lo que llegan a los países que están altamente especializados en tecnología. Y sabemos que Israel es uno de los países que más ha avanzado en los últimos 30 años. Esta es una experiencia de la que, creo yo, nos llevamos varias pistas para Uruguay, así como hemos tomado otras de Alemania, Finlandia y otros países.

Uruguay es creador y exportador de software y tiene que preparar miles de puestos de trabajo para un sector que demanda conocimiento y talento. Si ese va a ser el movimiento sindical del futuro son nuestras organizaciones las que tienen que estar pensándolo y anticipando el problema. No se trata de ir a mirar cuando el fuego esté prendido, sino de ir cuando todavía se esté acomodando la leña, cuando uno puede evitar males mayores y generar condiciones de trabajo aceptables.

Fabio Riveron: Creo que ese es uno de los deberes que nos llevamos, cómo logramos que en la relación entre el PIT-CNT y Fuecys con la HISTADRUT se genere un vínculo donde la información se traspase mucho más rápido y que nos ayude a nosotros a bajar a tierra algunas cosas que acá las toman como mucho más naturales. Yo veía algunas de las cuestiones que nos plantearon en una de las recorridas, los avances tecnológicos, y yo pensaba que tratar de hacerles entender a compañeros nuestros del movimiento sindical la velocidad con la que van avanzando estas cosas, tratar de llevarlo allá y que lo comprendan.

Porque aparte el tema es ver si hay forma de hacer esa adaptación al progreso sin pensar que eso necesariamente se traduce en pérdida de puestos de trabajo.

Fabio: Ahí la principal situación que seguramente tengamos en Uruguay es que no se visualice esto como un arrasar con los puestos de trabajo o con los derechos laborales. Teniendo claro que esas dos cosas no van a pasar va a ser mucho más fácil. Ahora, el cómo hacer ese proceso es claro que siempre es mejor tomarlo de compañeros que ya lo han hecho, en este caso acá en Israel con la HISTADRUT. Me parece que ahí es donde hay que fortalecer.

Vuestro anfitrión fue la Histadrut, la Confederación General de Trabajadores de Israel. ¿Vieron cosas en ese campo que les gustaría poder aplicar en Uruguay, que sean buenas para los trabajadores?

F. Pereira: Vimos la organización de nuevos sectores, por ejemplo cómo se organizan lugares como McDonald’s o la cadena local de hamburguesas Burger Ranch y eso para nosotros es un aditivo. Nosotros hemos logrado llegar a una filiación nunca antes vista en Uruguay que es de 410.000 trabajadores, más o menos tenemos la misma afiliación sindical que la que tiene Israel en relación a su población económicamente activa, pero hay sectores a los que no hemos logrado llegar. Uno de esos sectores, claramente, tiene que ver con estas cadenas de comida rápida, que tienen trabajadores muy jóvenes cuyos derechos nosotros necesitamos defender. Y en Israel lo han logrado, así que esa es una experiencia que me parece que le va a venir bien al Departamento de Jóvenes del PIT-CNT y a la central, porque debe ser una política total.

Otro aspecto que no me pareció menor es cómo puede haber legislación positiva que castigue a aquellos empresarios que no permiten la afiliación sindical o que incluso la obstaculizan. Y esa es una herramienta que seguramente en Uruguay cause pavor, pero en Israel se está aplicando y no vi a nadie tan asustado ni al pueblo tan alzado en armas. Simplemente es una norma legal. Nos la van a mandar traducida y puede ser una herramienta de lucha; esta y varias cosas más vinculadas a los convenios colectivos, a la participación de los jóvenes en los recambios sindicales..

Más allá de los puntos concretos que has mencionado ¿se puede hacer una evaluación general sobre la situación de los trabajadores en Israel? Lo planteo sin olvidar que como en todos lados, hay rubros y niveles muy variados.

F. Pereira: Yo diría que hemos visto un país que ha logrado niveles estándar de calidad de vida aceptables para sus trabajadores, que tiene convenios colectivos por aquí y por allá, que ha logrado -a pesar de los distintos cambios que se produjeron en Israel- tener una organización potente en muchos sectores de la sociedad. Y yo parto de la base de que si analizás con tranquilidad y claridad el mapa del mundo, donde hay sindicatos potentes hay derechos laborales, a la seguridad social, de los jóvenes, hay derechos humanos.

En realidad, no sería una gran sorpresa, ya que los vínculos con la Histadrut no son nuevos ¿verdad?

F. Pereira: Hay históricamente un buen trato que el movimiento sindical uruguayo ha tenido con la HISTADRUT. No olvidemos que acá vienen dirigentes de la central sindical previo a los años 70, y venían dirigentes que son nuestros héroes, los compañeros que después tuvieron que estar en la prisión, los que sufrieron el exilio, los que murieron en la lucha contra la dictadura. Esa amistad entre la HISTADRUT y el PIT-CNT ha permanecido en el tiempo, con mayor o menor fortaleza. Nosotros tenemos la convicción de que hay que fortalecer no el vínculo entre el PIT-CNT y el Estado de Israel, sino el vínculo entre el PIT-CNT y el HISTADRUT.

Y acá lo central es que en estos días hemos obtenido algunas herramientas que pueden ser muy importantes para construir una organización sindical todavía más potente que la que el PIT-CNT tiene en Uruguay. No son pocas cosas.

Creo que nos llevamos un informe importante para Uruguay, que tiene claroscuros como todos los informes que hacemos, pero parto de la base de que el PIT-CNT terminará en algún momento teniendo un convenio colectivo con la HISTADRUT en el que con acuerdos de temas tratemos de volcar todos nuestros conocimientos a esa trayectoria, que es que los sindicatos, en cualquier parte del mundo en la que se encuentren, estén conquistando derechos para la gente.

O sea que de este viaje también pueden salir cosas prácticas que ayuden a la labor del PIT-CNT.

F. Pereira: Una bien práctica es que hay una normativa que hemos encontrado acá que castiga, incluso con prisión, a aquellos empresarios que evitan construir sindicatos, y de hecho en Uruguay asistimos más de una vez a personas que se presentan, incluso ante el Ministerio de Trabajo, diciendo que han despedido a trabajadores precisamente porque no quieren que haya sindicato. Si eso pasara en Israel, si ese empresario se animara a presentarse y decir eso, podría ir preso o pagar una multa alta. De hecho, ya hay algunas cosas que podemos empezar a impulsar, no digo llegar y automáticamente hacerlo, los compañeros del instituto internacional de la HISTADRUT se han comprometido a mandarnos las leyes en inglés o español. Ya hay otras herramientas que podemos manejar.

O sea que han podido ver mucha cosa….

F. Pereira: Es que naturalmente acá pudimos caminar libremente, nadie nos movió ni nos impidió hacer las cosas que quisimos hacer.Y para mi estas son las cosas que el movimiento sindical tiene que hacer, no solo con Israel. Una experiencia parecida fue la que tuvimos en Finlandia y seguramente Fernando (Gambera) tiene otras de otros lados. Con cositas de aquí y allá enriquecemos nuestra labor que es, finalmente, tratar de que los trabajadores uruguayos tengan una mejor calidad de vida, generar jóvenes que tengan derechos, condiciones, capacidad de estudio. Y si nos damos cuenta de que para llegar a puestos de trabajo cada vez se requiere más educación formal y mayor formación profesional, si nos damos cuenta de que los puestos de trabajo del futuro requieren de determinados niveles de conocimiento, y de dirigentes sindicales que se amolden a ese nuevo modelo de trabajador, es necesario hacer los cambios para tener políticas de futuro. Es decir, es adelantarse al futuro, porque no van a ser las decisiones del futuro las que cambien la realidad, las decisiones que tomemos hoy son las que van a incidir en el futuro del trabajo en Uruguay. Seguramente cuando nosotros ya no estemos en el mundo va a haber cambios, que ojalá se hayan hecho en tiempo y forma, para que los nuevos trabajos y los nuevos trabajadores estén organizados bajo un sindicato de clase, combativo, con presencia en todo el país y que entiende que hay una sociedad que puede ser superadora de la actual, pero eso hay que construirlo día a día, momento a momento, segundo a segundo.

VISIÓN JUVENIL

Tatiana, Fernando habló mucho de los jóvenes , que son tu campo. ¿Cómo has vivido esta experiencia en Israel, qué te ha aportado?

Tatiana Antúnez: Veníamos con algunas expectativas, capaz que hasta con preconceptos de algunas cuestiones que nos podíamos encontrar, fundamentalmente con lo que está vinculado más a los elementos de la guerra. No nos deja de impresionar ver jovencitos y jovencitas armados que hacen un servicio militar obligatorio, que eso también pone en un primer plano, en función de la política del Estado, la necesidad que hay en cuanto a la defensa. Pero, a la vez, esto entreverado con la educación en diferentes valores que tienen que ver con la comunidad, la solidaridad, que son las cosas que nosotros como jóvenes nos queremos llevar y queremos transmitir.

Me parece que también está bueno poder transmitir a mis compañeros que cada vez más se hace necesaria la paz, y que cuando uno ve los informativos también valora lo que tiene en su casa, que es todo lo contrario, más allá de las realidades en las que vivimos, en las que obviamente nos toca ver miserias humanas como en todos lados.

¿Qué cosas te han impactado?

Tatiana: Estuvimos por ejemplo en el Museo del Holocausto y realmente salimos muy conmovidos. Te diré que personalmente, esa fue la primera vez que vi banderas nazis en vivo y en directo. Y fue ver todas las cuestiones que de repente uno estudiaba en los libros de historia o se acercaba por el mundo del cine o por amigos que también tuvieron familiares que vivieron eso, familiares que tuvimos en Uruguay que vivieron la dictadura, que si bien no es comparable con esto sí tiene que ver con una forma que ha elegido el hombre históricamente para ejercer el dominio por sobre otros.

También hemos visto que en Israel conviven diferentes culturas en forma pacífica y ordenada.

Y vimos lo necesario también que se hace también transmitir esos valores del respeto y de la convivencia para no repetir esto.

Cuando de jóvenes se trata, volviendo a tu campo específico ¿has visto algo que te haya parecido especialmente interesante , por ejemplo en cuanto a cómo lidiar con delincuencia juvenil, un tema muy serio hoy en Uruguay?

Tatiana: Me han explicado que un adolescente antes de llegar a una cárcel pasa por diferentes momentos que de alguna manera intentan sacar la respuesta punitiva como primera opción. También hemos conversado más que nada sobre el tema de los niños o las familias que de repente pasan hambre y lo que nos dicen acá es que es difícil que haya una persona que no tenga dónde comer o dormir, también por cómo es la cultura. Eso no solo tiene que ver con cómo se organiza la sociedad en ese sentido sino también con cuestiones culturales que se transmiten entre generaciones. Esto lo vimos cuando tuvimos un encuentro con los jóvenes de la organización de estudiantes y trabajadores, que también era muy interesante ver la solidez de esos educadores para pararse frente a un montón de adolescentes, eran como 4000 adolescentes que estaban pasándola bien sin ningún tipo de problema, uno piensa que esto en Uruguay no sería muy posible actualmente, y esas son las cosas que además vemos que evitan o trabajan en clave de evitar… desde muy chicos están trabajando en comunidad, adquiriendo valores, aparte el valor del trabajo y del estudio, que son los caminos que hay que transitar para lograr eso, tener sociedades más justas.

VIENDO DESDE CERCA

Fabio ¿cómo compararías las expectativas con las que venías -que me imagino que estaban influenciadas con la información internacional- y lo que viste en el terreno?

Fabio : Yo no sé si se puede decir que nos llega información que no sea cierta, pero lo primero que descubrí es que llega información carente de muchos datos de los que te enterás acá, sobre todo de cómo viven algunos de los países vecinos de Israel. Me parece que eso es lo principal. Nos vamos con una inquietud referida a ese tema puntual que es cómo hacemos para transmitirle a nuestros compañeros en los diferentes lugares para realmente ponerlos en conocimiento de todo ese escenario, con las complejidades que tiene.

El escenario es más complejo que lo que sale en el noticiero.

Fabio : Exacto. A veces uno lo pierde cuando dice: Israel está en guerra en la Franja de Gaza. Está bien, ¿pero qué hay en la Franja de Gaza? Israel tiene problemas en la frontera con Jordania, ¿y qué hay en Jordania?

Y cuando hablás de Gaza , gobernada por el grupo fundamentalista Hamas, yo me permito decir: es un régimen reaccionario.

Fabio: Te encontrás con esas cosas, que te das cuenta de que en Uruguay faltan muchos datos sobre eso que ayudarían a entender bastante más la situación y a visualizar que la mayor preocupación que tenemos que tener es cómo ayudamos a estas civilizaciones, en virtud de que uno vive por suerte en un escenario de otro tipo de paz, para construir esa paz necesaria para que puedan seguir avanzando en la región. Esos son los contrastes más grandes que visualizamos.

Nos llevamos mucha pregunta en el aire, necesitamos capaz que más tiempo para poder construir mucho más, pero hay toda una experiencia avanzada en varias áreas , por ejemplo de cómo trabajan en todo lo que tiene que ver con la educación, eso también es una cuestión. Y hay un elemento esencial por la preocupación que nos atraviesa, sobre todo en sectores como el que tengo yo. Yo soy el presidente de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (Fuecys) en Uruguay y el mundo del trabajo viene avanzando a pasos agigantados. Hay mucho de lo que decía Fernando anteriormente, pero es eso, es cómo logramos que nuestros compañeros y compañeras vayan entendiendo que hay que prepararse para un mundo que cambia rápidamente.

CIUDADANOS JUDÍOS Y ÁRABES

Un tema de otra índole, que te quisiera plantear a vos Fernando Gambera. ¿Cómo viste el tema judeo árabe entre los propios ciudadanos israelíes? Recordemos que el 20% de la ciudadanía son árabes y que por cierto también los trabajadores árabes están afiliados a la Histadrut.

F. Gambera: Yo comenzaría a responderte haciendo referencia a algo más grande. Sé que el objetivo puede parecer ambicioso, incluso utópico, pero está bien ponerse el horizonte para caminar hacia ahí. El objetivo más ambicioso sería que frente a cualquier situación que aquí en Israel se diera con una empresa que tiene una filial, o lo que sea, en alguno de nuestros países, hubiera una reacción inmediata con medidas, no solo declaraciones de solidaridad sino medidas que tuvieran fuerza en cada uno de los países para revertir situaciones de este tipo. Ver en Israel cómo culturas tan diversas, por lo menos vistas desde allá, pueden estar y convivir en una misma central sindical, pueden dirimir democráticamente -ahora en pocos días tienen elecciones en HISTADRUT- y que, por ejemplo, visitemos al presidente de un distrito en el sur y que es candidato a reelegirse y reeditar un período en la dirección de la HISTADRUT junto con los otros trabajadores judíos y árabes…

Ese objetivo final llevado a una sociedad y a un Estado y un país como este, en donde empieza a darse esa convivencia, de alguna manera se está encaminando a ese objetivo final. Palpar eso, verlo desde acá y no tanto tenerlo por versiones y conversaciones que sí podemos tener allá en Uruguay con amigos y demás, me parece que es algo que ahora llevamos vivenciado y que tenemos que poner de nosotros para intentar transmitir eso que vivenciamos para que no solo quede en un informe sino también en poder transmitirlo.

Es cierto, nosotros venimos de un país en el que no hay varias naciones, todos somos hijos de inmigrantes, todos formamos parte de una sociedad que se conformó de esa forma, de diversas olas migratorias, y no quedaron, lamentablemente, ni naciones indígenas que pudieran ser experiencias que nos dieran vivencias propias, estos son aprendizajes que bien vale la pena atesorar y tratar de transmitir. Hacen a ese objetivo final, antes que nada, seas de la religión que seas, de la pertenencia política que puedas tener, sos trabajador, tenés intereses en común por los que tenés que pelar, y antes que nada tenés que tratar de juntarte y mantener una unidad, una unidad de acción, además.

NO AL BOICOT

Hace un año hubo una gran polémica a raíz de un comunicado de Fuecys exhortando a no consumir productos israelíes. Fernando, como Presidente , dijiste en su momento que si bien cada sindicato tiene su autonomía para hacer pronunciamientos, eso no refleja la posición de la central obrera toda en el sentido que el PIT-CNT se opone a los boicots. Dejaste en claro que la postura es a la fórmula de dos Estados , o sea la creación de un Estado palestino independiente junto a Israel, pero diste el “no” al llamado a boicot. Y quisiera preguntarte Fabio, que sos justamente de ese sindicato, cómo ves aquello que ocurrió, justamente ahora que desde Israel ves que las cosas son más complejas de lo que se percibe desde Uruguay .

Fabio: A esas cosas es a lo que yo me refería cuando decía que faltan elementos y uno a veces termina resolviendo en virtud de los elementos que llevan. Y claro, a veces para poder expresarse sobre determinada situación uno tendría que tener más elementos o por lo menos la mayor cantidad de ellos. Hoy acá está claro que en realidad ese llamado, que este año se volvió a hacer, al famoso boicot a la situación de productos que vienen de Israel a Uruguay, con eso, como movimiento sindical nos estamos poniendo en contra quizás de los intereses de los trabajadores organizados en Israel. Uno se encuentra acá con que también en cierta medida se está poniendo en contra de los trabajadores organizados en Palestina, si el verdadero fin de esto es tratar de solucionar ese conflicto que tienen en realidad. En una de las jornadas que tuvimos nos hablaban de que 4.000 trabajadores de Palestina pasan diariamente para trabajar en Israel, entonces uno se pregunta: ¿si yo genero una situación de boicot, a quién favorezco, a quién perjudico? Teniendo claro que el objetivo nuestro tiene que ser el que te decía recién, cómo desde el movimiento sindical uruguayo ayudamos a que estos pueblos encuentren la paz necesaria para poder seguir desarrollándose.

F. Pereira: Yo las experiencias que he visto de boicot han sido todas negativas. Porque quién paga finalmente no es el que tiene el capital, que de alguna manera u otra, va a reorientar su problema. El que lo termina pagando es el eslabón más débil, que no se puede mover, que lo único que tiene es su trabajo como centralidad de vida. Si el trabajo para los trabajadores es el salario, es el orgullo de poder llevar el fruto de su trabajo a su casa y compartirlo con su familia, es el trabajo de su esposa, es la construcción de una familia alrededor de una situación. Nosotros en el Uruguay defendemos dos pueblos, dos estados, y no nos vamos a mover de esa posición internacionalista.

Ese no es el tema en discusión.

F. PEREIRA: Claro, nosotros vamos y hablamos la HISTADRUT y nos dice: “nuestra posición es dos pueblos, dos estados”.

Claro, toda la oposición lo apoya. Dentro de la coalición hay quienes no, pero el propio Netanyahu ha dado el sí a esa fórmula. El tema es que sin que se sienten nuevamente a negociar, no se concretará.

F. Pereira: En todo caso, si el estado israelí tuviera una posición diferente, yo vengo a reunirme con mis compañeros de la HISTADRUT no con Netanyahu. Distinto sería si hubiera una reunión de Estado, que seguramente la tendría que llevar adelante Tabaré Vázquez.

F.Gambera: Respecto a aquel tema del boicot, además de salir Fernando, salimos varios públicamente, pero ¿cómo se terminó laudando? El Comité Central Israelita, en la persona de su Presidente Lito Buszkaniec, fue el PIT-CNT, se reunió con nosotros, salimos juntos en declaraciones públicas, y cada cual con su libreto aclaró sus tantos, y se solucionó -como decimos a veces- a la uruguaya, ¿no?

Claro, hablando. Pero yo quisiera plantearles nuevamente otro elemento, preguntar si acaso habiendo estado unos días en Israel y habiendo visto cosas de cerca , también creen hoy que es injusto llamar a un boicot de productos israelíes.

Fabio: Termina siendo injusto, desde nuestro punto de vista, con los trabajadores organizados y con el pueblo de Israel. Una de las cosas con las que nos encontramos es que la mayor parte de la población, por lo menos con los que hemos hablado, y todos nos dicen lo mismo, está de acuerdo con la instalación de dos Estados en este lugar. Entonces, desde ese punto de vista [lo que hay que buscar] es cómo ayudamos, desde el movimiento sindical uruguayo, desde el pueblo uruguayo en general, incluso tratando de llevar un planteo formal hasta el propio gobierno, para la instalación de los dos Estados y la construcción de una paz que dure en el tiempo. Ese es el objetivo.

Ir a un boicot, ¿ayuda a esa construcción? No. Nuestro planteo es claro: tratar de colaborar en esa situación de la paz que dure en el tiempo. No hay mucho más que eso para decir, el boicot no va a ayudar en ese sentido, ni a los trabajadores organizados, ni al pueblo de Israel ni al palestino a resolver el gran dilema que tiene hoy que está, sobre todo, instalado en la frontera.

F. Gambera: Lo que hemos constatado es que hay una división de la sociedad israelí casi en 50% y 50%, tanto en la política interna como en el posicionamiento respecto a los conflictos con los vecinos y demás. Cuando nosotros hemos planteado uno de los temas más cuestionados, los colonos y el muro, quienes han estado con nosotros nos han dicho que opinan lo mismo que nosotros. Entonces, cuando vos te planteás [un boicot] sería injusto que tomemos una medida que termina repercutiendo y siendo dura con quienes piensan igual que nosotros. Esto no es la primera vez que nos pasa, en muchos estados nosotros vamos y encontramos gente que opina igual que nosotros y gente que opina diferente, con toda naturalidad nos juntamos con los que opinan igual para seguir acumulando fuerzas y aplicando, lo que mejor podemos hacer, convencer a otros de que nuestra posición es la mejor. En Israel nos pasó lo mismo que en cualquier otro país: encontramos gente que opina igual que nosotros y gente que no, nos gustaría convencer a estos últimos, el boicot no es el camino.

Pero hay algo más allá de eso, porque más allá de que es legítimo discrepar con tal o cual política del gobierno de turno, Israel dirime sus cosas en forma democrática y del otro lado de la frontera uno ve regímenes… que no tienen nada que ver con la izquierda.

F.Gambera: Cualquier país que se precie de democrático dirime las cosas como lo hace Israel, eso también está constatado en este intercambio.

Una de las cosas que me parece que nos da esta experiencia es que se afirma la presencia y convivencia aquí de gente , algo que hemos podido vivenciar inclusive en reuniones en las que participamos. Se reafirma que esa sería una línea por la que puede pasar una solución, la convivencia. Es muy fácil enunciarlo verbalmente y más desde Uruguay, y vivir en Israel y padecer, es otra cosa. Me di cuenta que hay una realidad que impone que estén a la defensiva y que se cuiden.

Pero el que haya colonos y un muro que ha dividido familias, visto desde afuera por alguien como yo, es una actitud ofensiva, no defensiva.

¿Viste personalmente cosas que de afuera uno no puede imaginar o cree que son distintas?

F.Gambera: Te lo voy a decir con toda sinceridad. Uno ve un campamento de jóvenes como el que vimos, que duermen a la intemperie, y seguro no es un problema de recursos para tener una carpa, y entiende que evidentemente es una preparación para el servicio militar obligatorio que vendrá tiempo después. Uno tiende a inferir que tiene algo que ver. Entonces..uno puede decir que cada movimiento social de alguna forma prepara a su gente para una realidad que les toca vivir. Sería necio no admitirlo y no darse cuenta. En eso vi reflejada la obligación que tienen ellos de estar a la defensiva.

Y de lejos, todo eso no se puede entender.

Los cuatro hemos coincidido en que esto sólo se ve si uno está acá. Y los cuatro tenemos el privilegio de haber estado acá. La síntesis de la información a la que tenemos acceso con las grandes cadenas internacionales, siempre es la parte más jorobada y más cruel del asunto, para un lado o para el otro. Y jamás aparece algo que hemos visto acá como por ejemplo que la Histadrut le devuelve a la central obrera palestina parte de la cotización de los trabajadores palestinos que trabajan en Israel.

Y la normalidad de la vida diaria aún en medio del conflicto…

Yo además de lo que veo de una sociedad que sigue creando, viviendo, sintiendo, haciendo las compras como yo hago en mi país, la gente con los cochecitos de bebé, vida normal.

¿Esto me cambia mi opinión de que el muro no aporta porque tal vez polariza más o que puede ser un problema que haya colonos? No, no me cambia esas convicciones que tenía. Pero sí me cambia muchas de las percepciones que tenía, de cómo imaginaba que era la vida cotidiana aquí .Eso sí.

 

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Histadrut, el “sindicato” racista de Israel

Electronic Intifada /Rebelión

17 marzo 2009

Histadrut siempre ha sido una criatura extraña. En la mayor ía de los países uno se afilia a un sindicato que est á a su vez afiliado a una federaci ón nacional de sindicatos. En Israel uno se afilia primero a Histadrut y despu és es asignado a un sindicato. Es solamente fuera de Israel que Histadrut es visto como un sindicato común, el equivalente israelí del Congreso de los Sindicatos británico o el Movimiento Americano de Sindicatos AFL/CIO. Menos conocido es el hecho de que Histadrut, una organización de la clase trabajadora de colonos judiós, fue la organización sionista clave responsable de la formación del Estado de Israel. Como observ ó la anterior Primer Ministra israelí Golda Meir: “Entonces[1928] fuí puesta en el Comit é Ejecutivo de Histadrut en tiempos en los que este gran sindicato no era solamente una organización sindical. Era una gran agencia de colonización.” [1]Pinhas Lavon, como secretario general de Histadrut, llegó a describirlo en 1960 como “una organización esencialmente general. No es un sindicato …”[2] El primero de los Primeros Ministros israelíes, David Ben-Gurion, mantuvo que si no fuera por Hasdrut, “Dudo si habríamos tenido un estado.”[3] Histadrut es hoy una sombra de lo que era antes. De ser el segundo empleador mas grande, siendo due ño mas del 25% de la industria Israelí, vi ó en los 80 y los 90 la privatización de casi todas sus industrias. La Ley Nacional de Salud de 1995, que cortó los lazos entre Kupat Holim(El Servicio Nacional de Salud de Israel) e Histadrut, le dió el golpe final. La afiliación a Histadrut cayó en picado de 1,6 millones en 1994 a 650.000 en 1996 y sus 150.000 afiliados árabes decayeron a menos de 50.000.[4] Políticamente, Histadrut operaba como un brazo de la política exterior Israelí y Norteamericana. En 1958, se cre ó e l Instituto Internacional para el Desarrollo, Cooperación y Estudios Laborales como un medio para favorecer los intereses occidentales en el tercer mundo. La mitad de sus graduados venían de Á frica y otro 40 por ciento de Asia. [5] Y en 1960 Histadrut formó el Instituto Afro-Asiático de Estudios Laborales y Cooperación, financiado por la CIA através del AFL-CIO. Operaba en nombre de Estados Unidos en paises africanos como Zaire y Kenia. [6] Hasta los sindicatos socialdem ócratas mas de derechas se opusieron al apartheid. Histadrut fué el único que colaboró con el estado sudafricano. La empresa de acero Iskoor, cuyo 51 por ciento pertenecía a las Industrias Koor de Histadrut, y el 49 por ciento a la Corporación Sudafricana de Acero, fabricó acero para las Fuerzas Armadas de Sudáfrica. Acero parcialmente terminado fue enviado de Israel a Sudáfrica, permitiendo que estado de apartheid se librara de los arancéles.[7] Otras empresas de Histadrut como Tadiran y Soltam fueron igualmente cómplices al suministrar armamento a Sudáfrica. [8] Histadrut también ayudo a construir el muro electrónico entre Sudáfrica/Namibia y los estados africanos vecinos con el fin de mantener fuera a las guerrillas. [9] Fue un precursor del muro de Israel en Cisjordania.

Mientras que su importancia económica ha declinado, el rol político de Histadrut ha crecido en importancia. Histadrut es reconocida por la Confederación Internacional de Sindicatos como el representate de los trabajadores israelíes. Es visto como en las izquierda de la sociedad israelí, a favor de la reconciliación y la paz y sus delegaciones en el extranjero siempre incluyen al menos un maleable miembro árabe. Por ello resultó chocante que Histadrut apoyó el ataque a Gaza: “Israel no tenía otra opción que responder a los repetidos ataques y agresiones como un acto de autodefensa justificada.” [10]

Antes de 1948

Histadrut fundó la Haganah, el grupo terrorista sionista, en 1920, que mas tarde se convertiría en las Fuerzas Armadas de Israel, y el Mapai, el Partido Laborista Israelí, un partido anti-socialista cuyo valor supremo consisti ó en la necesidad de el estado jud ío [11] David Ben-Gurion, el primer secretario general del Histadrut, se convirtió en 1935 en presidente de la Agencia Judía, el gobierno sionista provisional, y en 1948 Primer Ministro del Estado de Israel. Histadrut fue formado en 1920 como la Confederación General Hebrea de Trabajo por los dos principales partidos sionistas, Hapoel Hatzair(Juventudes Trabajadoras) y Achdut Ha’Avodah(Unión del Trabajo). Desde su inicio exluyó la mano de obra árabe, es decir desestim ó la solidaridad con los trabajadores en favor de un exclusivismo nacional. El rol principal de Histadrut no fue la defensa de los salarios y condiciones de sus afiliados sino la colonización de Palestina. A falta de una burguesía israelí, se tuvo que convertir en la burguesía. Como lo describió el difunto William Frankel, editor de The Jewish Chronicle (L ó ndres), Histadrut era un sindicato capitalista. [12] Sus empresas incluían Tnuva(productos lácteos), Solel Boneh( Construcci ón y Edificaci ón), Koor(Manufacturas ), Hamashbir(Cooperativa alimentaria) y el Banco Hapoalim. Estableció una empresa de participación, Hevrat Ovdim, para administrar todas las empresas e incluso después de 1966, continuó siendo controlada al cien por cien por judíos.

Histadrut: un sindicato de apartheid

A medida que el desempleo crecía en la economía sionista en Palestina en los años 20, Histadrut lanzó una campaña para promover la mano de obra judía( Avodat Ivrit ) y los productos judíos( Totzeret Haaretz ), lo cual era esencialmente un boicot a la mano de obra y productos árabes. David HaCohen, anterior Director General de Solel Boneh, describió lo que esto significaba: “Tenía que pelearme con mis amigos sobre el tema del socialismo judío defendiendo que no aceptaría árabes en mi sindicato, el Histadrut; defendiendo la predicaci ón a las amas de casa para que no compraran en tiendas árabes; defendiendo el hecho de que montábamos guardia en las huertas para evitar que los trabajadores árabes consiguieran trabajo en ellas… y rociar con queroseno los tomates árabes; atacar a las amas de casa judías en los mercados y romperles los huevos árabes que acababan de comprar… comprar docenas de dunams [de tierra] a los árabes estaba permitido pero vender, Dios no lo quiera, un solo dunam judío a un árabe estaba prohibido;hacer pasar a Rothschild, la encarnación del capitalismo por un socialista y nombrarlo el “benefactor” — hacer todo eso no fue fácil.” [13] En 1944, “el simple rumor de que un café en la ciudad exclusivamente judía de Tel Aviv había contratado a unos pocos trabajadores árabes provocó una protesta multitudinaria de miles de personas. … Cada miembro de la Federación de Sindicatos Sionistas — El Histadrut [sic] — tenía que pagar dos impuestos obligatorios: (1) ‘Para la mano de obra judía’ — fondos para organizar piquetes, etc… contra el empleo de trabajadores árabes, y (2) ‘Para los productos judíos’ — para organizar el boicot de productos árabes.'” [14] Fue Histadrut que marcó la ruta que el proyecto sionista seguiría en Palestina. Desde el comienzo excluyó a los palestinos, primero de la economía y después de la tierra misma. La lucha de clases fue redefinida como la lucha contra la mano de obra árabe, cuando Ben-Gurion hizo campaña contra “el mal de la mezcla de la mano de obra” [15] Ben-Gurion les explicó a aquellos que mal interpretaron el rojo de las banderas de Histadrut como socialismo que “Nada está mas lejos de la mente del trabajador judío que crear disputas que traen consigo pérdidas políticas y materiales. Por ello, el privilegio supremo de nuestra generación es la reconstrucción y la Aliyah [Inmigración a Palestina]. … Es un privilegio sin sentido sin la mano de obra judía.” [16] Con una condescendencia típicamente colonial, Ben-Gurion habl ó de los trabajadores árabes adquiriendo “nociones de cultura” al mezclarse con trabajadores judíos. [17] El rol de la clase trabajadora fue un rol nacional, construir el estado judío; “El socialismo nunca fue un objetivo en si mismo, sino una herramienta para el avance de los objetivos nacionales.” [18] Fue Ben Gurion quien “acuñó el eslogan de la clase a la nación … ambas perspectivas vieron el rol de la mano de obra como un rol nacional. ” [19]

El sionismo seguía un paciente transcurrir. Todos los proyectos de asentamiento colonial, por ej. el camino de los Boer de Sud á frica y la colonización de America comenzaron como emprendimientos colectivos. El capital privado solo podría operar una vez que la amenaza de la población indígena hubiera sido eliminada. Como explicó Arthur Ruppin, el padre de los asentamientos en Palestina y un ferviente creyente en las ciencias raciales: “Puedo decir con absoluta certeza: Esas empresas en Palestina que tienen mayores beneficios para los empresarios son casi las menos beneficiosas para el esfuerzo nacional, y en cambio muchas empresas, que son menos beneficiosas para los empresarios son de alt í simo valor nacional. ” [20] Allí d onde la mano de obra exclusivamente judía no era posible, como era el caso del empleo gubernamental, Histadrut hizo campaña, como sus hom ólogos sudafricanos, por mayores salarios para los trabajadores judíos. Aunque los británicos rechazaron esta petición, en la práctica se desarrollaron cuatro tasas salariales para trabajadores no cualificados dependiendo de si el trabajador era jud ío o árabe . [21] Ernest Bevin, lider del Sindicato Británico de Trabajadores Comunes y de Transporte y anterior Secretario Británico de Asuntos Exteriores, se mostraba empático: “No, nosotros estar íamos completamente en contra de dos tipos de salarios.” [22] Pero para Berl Katznelson, el segundo en funciones en la jerarquía del laborismo sionista despu és de Ben-Gurion la igualdad “era solamente un látigo con el cual azotar el concepto de la mano de obra judía.” [23] El Sindicato de Trabajadores de Ferrocarriles, Correos y Telégrafos(URPTW) era un bastión de la izquierda política con una afiliación mixta de árabes y judíos. Histadrut trat ó de incorporarlos con el fin de escindir a los trabajadores árabes en una sección nacional separada. [24] Los trabajadores árabes que se unieron a esta sección árabe se opusieron al sionismo de Histadrut, y no menos a su política de mano de obra judía. En una reunión en Haifa en 1924, el activista sindical Elias Asad describió como los trabajadores árabes “vieron en los carnés de afiliaci ón las palabras ‘Federación de Trabajadores Judíos’ y no entienden cual es el propósito de esto. Llamo a todos los camaradas a borrar la palabra ‘Judíos’, y estoy seguro que si están de acuerdo existirá un fuerte vínculo entre nosotros y todos los árabes se unirán. Yo seré el primero en rechazar unirme a una organización laboral nacionalista …” [25] Irónicamente, cuando al final de 1923, los líderes del Club Árabe de Trabajadores de Ferrocarriles presentó una petición al Gobierno del Mandato Británico para establecer una organización de trabajadores, la Sociedad de Trabajadores Árabes Palestinos(PAWS), Histadrut ejerció presiones contra su reconocimiento, lo denunció por ser separatista y exclusivo y por consiguiente contrario al espíritu de solidaridad entre los trabajadores! [26] En 1936 los trabajadores árabes de Palestina declararon una huelga general que duró seis meses, una de las huelgas mas largas de la historia del trabajo. Esto permitió a Histadrut reemplazar a los trabajadores árabes en huelga con mano de obra judía. Con el apoyo de la autoridades británicas, la Agencia Judía e Histadrut establecieron Tel Aviv como un puerto alternativo a Jaffa, paralizado por la huelga. Lejos de ser un sindicato, Histadrut era una organización de esquiroles. El liderazgo del Histadrut y del laborismo sionista se mostraban a si mismos como si fueran unos nobles idealistas, incorruptibles. En realidad Ben-Gurion y los otros líderes vivieron la vida de una elite laboral, con vacaciones en el extranjero y grandes apartamentos. No solamente eran sus salarios much í simo superiores a los de los trabajadores comunes sino que obten ían grandes préstamos personales de los fondos de Histadrut, los cuales fueron silenciosamente cancelados en 1926. [27] La deuda de Ben Gurion era igual al salario anual de un trabajador común. Histadrut era gobernado por una elite que se auto perpetuaba y evitaba elecciones. Pasaron cuatro años entra la segunda y tercera convención de Histadrut, seis entre la tercera y la cuarta y nueve años entre la cuarta y la quinta en 1942. Como planteó Zalman Aranne, un miembro del ejecutivo de Histadrut de 1936 a 1947 y posteriormente Ministro de Educación, la norma “es no celebrar elecciones durante años, e incluso cuando se celebren elecciones, nosotros no votamos. Es una especie de comité designado el que hace la votación.” [28] Incluso hoy en día, en su convención septuanual, menos del 10 por ciento de los delegados son elegidos directamente. Como observó Frankel, la designación de los delegados para las Convenciones de Histadrut son de listas partidarias, principalmente de los partidos sionistas. Ellos eligen a los líderes y “en elecciones nacionales, los votantes no tienen voz sobre que individuos serán elegidos para representarles.” [29]

Histadrut despu és de 1948 Entre 1948 y 1966, los palestinos que vivían en Israel fueron sujetos a la ley marcial. Debido a la afiliación cercana de Histadrut a la administración militar de los gobiernos del Mapai, Histadrut no era popular entre los trabajadores árabes. Los miembros árabes son vistos en la actualidad como oportunistas y colaboracionistas. [30] En 1959 la Convenci ón de Histadrut decidió admitir a miembros árabes. Sin embargo fueron confinados a la sección árabe(hipócritamente llamada mas tarde el Departamento de Integración) capitaneada por un judío. En 1966, Histadrut cambió su nombre a la Confederación General del Trabajo en la Tierra de Israel. “Tierra de Israel” es un eufemismo para la tierra bíblica de Israel, que incluye como mínimo toda la Palestina histórica. Una resoluci ón de Rakah, el Partido Comunista Israelí que pretendía cambiar el nombre a Federación General del Trabajo en Israel, fue derrotada. Los palestinos en la Cisjordania ocupada y en la Franja de Gaza ni siquiera pueden afiliarse a Histadrut, a pesar de que ellos viven en lo que los israelíes consideran parte de la “Tierra de Israel.” [31] Sin embargo, muchos palestinos trabajaron para la empresa de construcción de Histadrut, Solel Boneh, la cual construyó la mayor parte de los primeros asentamientos. [31] Trabajadores inmigrantes de las Filipinas y otros países tampoco pueden afiliarse a Histadrut.

La lucha de clases siempre fue un anatema para Histadrut, antes y después de que Israel fue creado. En la huelga de marineros de 1951, los huelguistas fueron llamados a filas por el ej é rcito con el apoyo de Histadrut. Como sus predecesores en las brigadas de trabajadores de Gdud Avodah en los años 20, algunos de los trabajadores mas militantes rompieron con el sionismo. Gdud Avodah fueron sometidos por hambre por Ben-Gurion en los años 20. [33] Pero esto fue la excepción, no la regla. La huelga de marineros fue la huelga de este tipo mas violenta en Israel, con barcos que eran comandados y usados contra las fuerzas del estado. En la huelga de 1969 de los trabajadores del puerto de Ashdod, Histadrut acusó a los trabajadores judíos de ser igual que agentes de Fatah, la principal facción de la O.L.P, por ej. “terroristas” y “saboteadores”. Pero el juicio de los militantes en un tribunal de Histadrut fracasó y fue cerrado sin alcanzar un veredicto. En Febrero de 1976, miles de ciudadanos árabes de Galilea se manifestaron por sus derechos a la tierra y en contra de las confiscaciones. En Marzo de 1976, el liderazgo árabe llamó a una huelga general. En respuesta, el Consejo Laboral de Haifa se opuso activamente a la huelga. Seis palestinos fueron muertos a tiros por la policía y el ejército, un evento que marcó cada 30 de Marzo para los palestinos como el Día de la Tierra.

Cuando Histadrut era uno de los principales empleadores, los árabes no eran empleados en sus industrias de seguridad, por ej. armas, petróleo, química, electrónica, aviación, navegación, compañías aéreas, electricidad, gas, telecomunicaciones — ya que el servicio militar era un requisito para el empleo. Eran vistos como una “amenaza a la seguridad”. Esta discriminación racial sistémica continúa en la actualidad. [34] Esto se reflejaba en el hecho de que solo 0.8 por ciento de los empleados de las empresas gubernamentales son árabes y en 2004 solo el 5.5 por ciento de los funcionarios públicos eran árabes, de los cuales un 56 por ciento trabajaban solamente en el ministerio de salud. [35]

La exclusión de los trabajadores árabes de secciones completas de la industria israelí equivale a una barrera racial. Histadrut conscientemente no invirtió ni creó fábricas en poblaciones o aldeas árabes. Lejos de ser su sindicato, Histadrut fue una de las principales causas del desempleo y la pobreza árabe, una situación que continúa en la actualidad. Según el Instituto Nacional del Seguro, el 52 por ciento de los ciudadanos árabes israelíes viven por debajo de la linea de la pobreza, en contraposición con el 16 por ciento de los judíos israelíes. [36] Casi la mitad de los árabes con empleo trabajan en los sectores de baja remuneración de manufacturas, construcción y comercio. En 1985 el Plan de Estabilización de Yitshak Shamir y Shimon Peres, que permitía “flexibilidad” en el mercado laboral, preparó el camino para la globalización mientras que Estados Unidos e Israel firmaban un acuerdo de libre comercio. Industrias Koor, una empresa de participación para cientos de empresas de Histadrut, fue vendida en 1991 para reducir la deuda de Histadrut. La elecci ón de Haim Ramon como secretario general en 1994 condujo a la desaparición de Hevrat HaOvedim, que era dueña de las industrias de Histadrut. [37] En 1994, Histadrut pasó a llamarse Nueva Histadrut. Histadrut nunca ha apoyado la lucha de los trabajadores árabes contra la discriminación racial, como en el caso de los despidos multitudinarios de árabes que ocurrieron tras el estallido de la segunda intifada palestina en el 2000 o en la disputa laboral entre empleados árabes y judíos con el Hotel Nirvana en el Mar Muerto en 2003 cuando un directivo árabe fue despedido porqué se negó a prohibir a sus trabajadores que hablaran árabe enfrente de turistas, a pesar de que el árabe es una de las lenguas oficiales de Israel. Tampoco hizo nada en torno a la decisión de pol ítica de McDonalds Israel de no permitir que se hable árabe en sus restaurantes ni cuando en un edificio en construcción en terrenos del Parlamento en 2004 los cascos de los obreros árabes fueron marcados con una X roja, para facilitar su asesinato por franco tiradores en caso de emergencia. [38]

La ocupaci ón, Histadrut y los trabajadores palestinos La explotación de los trabajadores palestinos de los territorios ocupados fue institucionalizada por una decisión del gabinete israel í en Octubre de 1970, según la cual la administración militar debería supervisar su empleo. Sus salarios serían distribuidos por el departamento de pagos del Servicio Nacional de Empleo. Histadrut era partícipe en este acuerdo. La cobertura nacional de seguros solo era permitida en tres áreas: accidentes de trabajo, bancarrota del empleador y un subsidio por el nacimiento de un hijo en un hospital israelí. Diez por ciento de los salarios de los trabajadores palestinos irían a un “fondo de ecualización”, el cual se suponía que proporcionaría a la población de los territorios ocupados servicios sociales y culturales. En realidad, este dinero fue utilizado para financiar la ocupación. Los trabajadores no recibieron ni beneficios de desempleo ni de incapacidad, ni pensiones de jubilación, ni una asignación complementaria mensual por cada hijo, ni formación profesional. Adicionalmente, cada trabajador palestino tenía que pagar el uno por ciento de su salario en concepto de cuotas a Histadrut. Los trabajadores no recib ían nada a cambio y hoy una peque ña parte de este dinero ha sido devuelto, como una estratagema de propaganda, a la Federación General Palestina de Sindicatos. Cuando el servicio de inteligencia del Shin Bet usó permisos de trabajo como medio para coaccionar trabajadores palestinos a colaborar, siendo colocados en una lista negra aquellos que se negaban y sus permisos de trabajo cancelados, de nuevo Histadrut no hizo nada. [39] En la última década, nuevas organizaciones de trabajadores han surgido en Israel, como Kav La’Oved(Linea Directa del Trabajador), Compromiso, el Centro para la Ayuda al Trabajador Extranjero, Sawt el-Amel y en Centro Consejero del Trabajador. Es este sector el que puede servir como base para un nuevo sindicato, accesible a todos y no conectado con la dirigencia sionista.

Nota del Editor: Este artículo originalmente establecía que el Pacto de Estabilización tuvo lugar durante el gobierno de Benjamin Netanyahu. Este artículo ha sido corregido para reflejar que el Pacto ocurrió durante el gobierno de Yitzhak Shamir y Shimon Peres.   Tony Greenstein es un activista sindical, miembro de UNISON, el Consejo de Comercio de Brighton y de Hove y secretario de los Centros de Trabajadores Desempleados de Brighton y de Hove, donde trabaja como consejero de empleo. Dirige un blog socialista antisionista: www.azvsas.blogspot.com 

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