Uruguay. Comunicación. Contra el periodismo chatarra y las maniobras de los servicios: Plenaria propone otra manera de comunicar.

Por Plenaria Memoria y Justicia / Resumen Latinoamericano/ 29 de Marzo 2017 .-

Plenaria propone otra manera de comunicar. Hace ya un tiempo que Plenaria ha resuelto un nuevo encare en la forma de comunicar. …

Hace ya un tiempo que Plenaria ha resuelto un nuevo encare en la forma de comunicar. Ya no damos notas directas a la prensa ni hay voceros designados. Toda comunicación de Plenaria nace y se difunde por el propio colectivo a través de nuestros espacios, y quién quiera tener la información sin filtros ni distorsiones puede acceder a ella en las redes, por nuestras publicaciones impresas o yendo a nuestras actividades que son  públicas y abiertas.

Cubrimos nuestras actividades con imágenes y crónicas en directo, damos detalles de lo que hacemos que ningún periodista podría dar. En resumen: Damos la cara sin intermediarios, de forma mucho más completa, esa es la verdad. Luego que cada cual elija si prefiere buscar información chatarra, prensa roja manipulada por la derecha y los servicios, o la que ofrecemos nosotros de primera mano al alcance de todo el mundo, transparente y directa.

En este panorama, en las últimas semanas mucha prensa ha preferido repetir falsedades y absurdos sobre Plenaria Memoria y Justicia. Primero señalándonos como protagonistas de los hechos vinculados a La Solidaria, diciendo que ese local era nuestra sede, ¡cuando los propios periodistas han visitado nuestros espacios de reunión en los sindicatos por más de 17 años!

La presencia de nuestra compañera Irma, cómo de otros integrantes de Plenaria se repite en varias situaciones de ocupaciones, marchas o conflictos  porque consideramos que el papel de una organización de DDHH que se propone enfrentar la impunidad no puede actuar desde atrás de un escritorio. Nosotros ponemos el cuerpo y la solidaridad en el lugar, pero eso no nos hace protagonistas de cada convocatoria, sino solidarios. Atentos a denunciar la brutalidad policial, y aportando la memoria de cómo lucharon nuestros compañeros y compañeras.

Y esto es otra verdad omitida. Plenaria Memoria y Justicia es una organización social abierta, a cuyas asambleas puede ir quien quiera semana a semana hace 17 años. Y se van a encontrar con hijos y familiares de desaparecidos, ex presas, sindicalistas, desocupados  y estudiantes de distintas generaciones e ideas políticas, sin dirigentes ni dirigidos. Sólo hay que tener la voluntad de ir, pero claro es más fácil o más conveniente repetir mentiras sin investigar nada. Muchos periodistas tendrían que replantearse cuál es su rol como comunicadores.

Tan falso es todo el teatro de la prensa que ni siquiera han accedido a conocer y difundir la verdad cuando nosotros mismos los hemos invitado a tener la información de primera mano. Hecho concretado cuando nos reunimos con la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) en un intento por tener un diálogo directo con los trabajadores. Ocasión en las que nos confesaron que entre ellos se movían los servicios de Inteligencia y que en general estaba muy claro que era Plenaria y como dábamos la cara. Aún así siguieron publicando otra cosa distinta. Para nosotros ahí se confirmó que no había una preocupación mínima por quebrar el ciclo de la mentira, al menos en los grandes medios. El periodismo en ese nivel es chatarra, salvo raras excepciones los periodistas contribuyen a respaldar la mercantilización, y la banalización de la lucha por los DDHH.  Lo habitual es que los  periodistas se dejan manipular sin ingenuidad por informes de los servicios, maniobras de la derecha o el oficialismo. Ojalá algún día surja un periodismo a la altura de la verdad.

Pero de lo más berreta y distorsionado que hemos escuchado es la operación en que el “periodista” Gabriel Pereyra entrevista a un supuesto infiltrado en Plenaria.  Empezando por el hecho de que su supuesto entrevistado parece ser un tira con escasa preparación  al que el propio Pereyra debe guiar en su relato cuando empieza a descarrillar hasta el absurdo.  Y es que el propio Gabriel Pereyra es el operador de los servicios. Un fachito conocido ya por todo el mundo que podría triunfar lo mismo en la policía que en la prensa chatarra o en algún grupo paramilitar. Nada de lo difunde tiene el más mínimo atisbo de verdad. Y cuando trata –a través de la marioneta entrevistada- de afirmarse en hechos y nombres por todos conocidos, incluso ahí le erra. No se ha preocupado por estudiar la historia ni siquiera para darle un halo de veracidad a sus inventos. Es sencillamente patético. No quita sin embargo que repudiemos las descalificaciones que desde esa maniobra mediática se lanza hacia nuestra compañera Irma, su hija y otros respetados históricos militantes que se mencionan en la entrevista.
Por supuesto que esa infiltración jamás existió, lo podemos afirmar categóricamente. En primer lugar porque no hay nada secreto que infiltrar ya que nuestras asambleas son abiertas y no hay otra instancia que esas asambleas abiertas. Pero fundamentalmente porque no hay nada que ocultar: hablamos de escrachar represores, buscamos sus direcciones, escribimos revistas, analizamos la realidad, nos solidarizamos con otros conflictos y denunciamos la impunidad del aparato represivo. ¿Cuál es el misterio que merecería infiltrar? ¿Cuál es el delito?

No obstante lo que si hay es una criminalización permanente de este colectivo humano, hemos detectado una y otra vez cómo el Ministerio del Interior nos vigila en las actividades y se meten en las marchas. Tanto con el DOE como con otros cuerpos especiales. Hecho que denunciamos y documentamos  ya hace mucho tiempo, ofrecemos como prueba el documental que realizamos denominado “Todos en la mira” de libre circulación en las redes. Allí verán los rostros de los tiras, espiando no sólo nuestras marchas sino la de otras organizaciones sociales, gremios y colectivos de resistencia. Allí verán con mucho más detalle las  pruebas contundentes del espionaje en democracia.

Porque hay que recordar que en este país se espía y persigue a militantes sociales y políticos desde antes de la dictadura, y que eso continuó en democracia hasta nuestros días. Y sino que basta con leer los “archivos Castiglioni”.

Aclarado estos puntos: en adelante, sin nada que esconder y con nuestras puertas y ventanas abiertas los esperamos con una comunicación franca, transparente y de primera mano. Por nuestros  espacios en las redes, nuestros impresos y en directo en las movilizaciones. Contra el periodismo chatarra y la  maniobra de los Servicios de Inteligencia.

Plenaria Memoria y Justicia 

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