Rima Jalaf, su honestidad, ética y valor hacen honor a Palestina

 

Por Ramón Pedregal Casanova, Resumen Latinoamericano, 24 marzo 2017.-

 

“Si el multilateralismo que representan las Naciones Unidas deja de ser relevante, efectivo y legítimo, los Estados-nación y otros actores globales llevarán a cabo sus actividades sorteando a la Organización, no contando con ella e incluso posicionándose en su contra.”

Señora Rima Jalaf, Presidenta Ejecutiva de la Comisión Económica y Social para Asia Occidental de las Naciones Unidas, (CESPAO).

 

Las palabras de la señora Rima Jalaf se han hecho realidad, y obliga a quienes defienden la ONU a que se pronuncien, tomen posición, unan sus fuerzas y hagan frente a quienes obstruyen la justicia y buscan el neocolonialismo. ¿No fue creada para el entendimiento y la implantación de los Derechos Humanos y la igualdad?. Debían haberse unido en ese propósito cuando firmaron el compromiso. Desde finales de 1947 con la entrega de más de la mitad de Palestina al sionismo, bajo responsabilidad del imperio británico, se encuentra en marcha el crimen de genocidio por la empresa sionista.

La Agencia de la ONU CESPAO, con su Presidenta al frente, Rima Jalaf, emitió su informe sobre Palestina y ahí se reconoce que “Israel es un estado racista que ha establecido un sistema de apartheid bajo el que se persigue al pueblo palestino”. El informe daba “pruebas abrumadoras de que Israel es culpable del crimen de apartheid, … la fragmentación estratégica del pueblo palestino en cuatro grupos a través de leyes, políticas y prácticas distintas, quedando de la siguiente forma: Ciudadanos palestinos de Israel; Palestinos en Jerusalén Este; Palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza; y Palestinos refugiados en el exilio”.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, bajo las órdenes de EEUU e Israel presionó a la señora Rima Jalaf, Presidenta de la CESPAO, para que retirase el informe fruto de la investigación, y cuando la señora Rima Jalaf y su oficina se negaron e hicieron frente al dictado de EEUU e Israel, éstos dos amenazaron con dejar de pagar al organismo internacional y presionaron a otros representantes para que se les sumasen.

La señora Rima Jalaf, que se había mostrado como ejemplo de honestidad y firmeza ante el crimen contra la humanidad, el apartheid, decidió dimitir antes que retirar el documento que acreditaba el resultado de la investigación de su equipo.

Antonio Guterres fue felicitado y aplaudido por el loby sionista estadounidense que se hace llamar Liga-Antidifamación.El documento que expuso públicamente la señora Jaraf, fue retirado de inmediato por esos enemigos de la justicia.

Que no se olvide quién es Dani Danon, el representante sionista en la ONU: Dani Danon niega el derecho a la existencia del pueblo Palestino y del Estado Palestino. Es dirigente de los colonos sionistas. No ha perdido ocasión pública para despreciar a la ONU y negar al organismo internacional toda capacidad para pronunciarse sobre los actos criminales del gobierno israelí. Durante el asalto a Gaza fue viceministro de Defensa y hasta acusó a Netanyahu de ser blando. Propugna la ocupación entera de Cisjordania y dar por finalizados los Acuerdos de Oslo. El ultraderechista se formó en EEUU.

Que no se olvide quien es Nikki Haley, la representante de EEUU en la ONU: Nikki Haley se dio a conocer por situarse más a la derecha que Trump en la campaña electoral. Se la conoció aún más porque cuando Trump la nombró su representante en la ONU hizo pública su amenaza de anotar los nombres de quienes no apoyasen en las votaciones a EEUU, y añadió que “el gobierno estadounidense quiere mostrar su fuerza. Nos vamos a asegurar de que nuestros aliados nos respaldan y a los que no nos apoyen les vamos a responder adecuadamente.”

Que no se olvide quien es Antonio Guterres, secretario general de la ONU: Antonio Guterres es quien, en nombre de EEUU e Israel, ha impedido que el informe de la CESPAO sobre el genocidio que comete el ente israeli con el pueblo Palestino sea conocido y se haga justicia.

Carta de dimisión de Rima Jalaf, jefa de la Comisión Económica y Social para Asia Occidental de las Naciones Unidas:
Estimado señor secretario general
He reflexionado largamente después de leer su carta, y que vaya por delante que no cuestión su derecho a impartir sus ordenes de retirar el informe insertado en la página web de la ESCWA , tampoco tengo duda de que nosotros los funcionarios de la Secretaria General, estamos obligado a acatar las órdenes del secretario general. Sé muy bien, su compromiso con los derechos humanos en general, y su posición respecto a los derechos del pueblo palestino, especialmente, comprendo su preocupación por las situaciones que atravesamos en estos complicados días que no le dejan muchas opciones.

Me constan las presiones y amenazas que se ejercen sobre la Naciones Unidas, y sobre su persona, por estados influyentes, y prepotentes, a raíz del informe de (ESCWA) titulado los (Acciones de Israel contra el Pueblo Palestino, y la cuestión del apartheid). No me extraña que dichos estados, regido en la actualidad por gobiernos insensibles a las normas del derecho internacional y los valores de los derechos humanos, recurran a las amenazas y al miedo, cuando se muestran incapaces de defender sus políticas y tapar sus violaciones del derecho internacional, acudir a estos tipos de presiones. Resulta lógico que el criminal agrede a todo el que defienda la causa de la víctima. A pesar de todo yo no estoy dispuesta a someterme a estas presiones.
No solo por mi condición de funcionaria internacional, sino además por ser un ser humano justo, al igual que usted, convencida de los valores, principios humanos supremos, que han sido el motor de las fuerzas que han luchado y siguen luchando por bien a lo largo de la Historia, son los mismos valores sobre los cuales se fundó nuestra Organización de las Naciones Unidas. Estoy absolutamente convencida, igual que usted también, que la discriminación entre seres humanos por razón de su religión, color de piel, género o raza, es algo inaceptable. No es posible renunciar a esto por motivos políticos, o por el imperio de la fuerza. Estoy persuadida de que decir la verdad ante el opresor, déspota, no es solo es un derecho de todos sino un deber también.
En el plazo de menos dos meses fue ordenada para retirar dos informes emitidos por la ESCWA , no por faltas defectos de fondo, y ni porque usted necesariamente disiente del contenido, sino como consecuencia de presiones políticas ejercida por estados responsables de graves violaciones de los derechos de los pueblos de la región, y contra humanidad en general.
He visto con mis propios ojos como los moradores de esta región atraviesan un periodo de sufrimiento y dolor, nunca en la historia moderna han sido alcanzado. La catarata de catástrofes que les invade en estos tiempos, es consecuencia de una serie de injusticias, que no solo no fueron atendidas debidamente, sino que fueron acalladas, incluso instigadas o participadas por gobiernos dominantes y poderosos de la región o fuera de ella. Estos mismos gobiernos son los que le presionan a usted en estos momentos para acallar la voz de la justicia, y los llamamientos a implementarla que contiene el informe.
En consideración de todo lo dicho, no puedo más que reiterar las conclusiones del informe de la ESCWA, que acusan a Israel de fundar un régimen de segregación racial, apartheid, con la intención de imponer un grupo étnico sobre otro.
Las pruebas que contiene el informe son concluyentes, me basta señalar en esta ocasión que ninguno de los que arremetieron contra el informe, cuestionaron un solo punto del contenido.
Me veo en el deber de arrojar luz sobre la verdad y no omitirla bajo un tupido velo, ni acallar los testimonios y las pruebas. La dolorosa realidad es que el régimen de apartheid sigue vigente en el siglo XXI, esto es algo inaceptable bajo ningún concepto, y no se puede justificar éticamente de ningún modo.
Yo, personalmente no presumo de tener un ética superior a la suya, señor secretario general, ni de tener una vista de lince más que usted. La cuestión puede ser gracias a una vida entera que pasé en esta región, atestiguando las nefastas consecuencias de reprimir a la gente, impidiendo que se canalicen sus sentimientos de injusticia con medios pacíficos.
Por todo lo dicho, y después de una larga reflexión, he llegado a la conclusión de que no contemplo la retirada, una vez más, de un informe de las Naciones Unidas, absolutamente y exquisitamente documentado, sobre violaciones graves de los derechos humanos, por otro lado soy consciente de que las claras ordenes del secretario general deben ser cumplidas, en consecuencia llegamos a un nudo irresoluble más que apartándome, permitiendo que otros hagan lo que en conciencia no puedo hacer. Sé que me restan dos semanas para finalizar mi trabajo, lo digo para que sepa que mi dimisión no pretende ser una forma de presión política sobre usted. Sencillamente dimito por responsabilidad, compromiso con los pueblos con los que trabajamos, con la ONU, y con mi propia conciencia.. No puedo omitir la verdad sobre un crimen flagrante, que provoca todo este sufrimiento a un gran número de seres humanos.
Por todo dicho le comunico mi dimisión de las Naciones Unidas.

 

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