EE.UU: Trump debuta en el Congreso: envía un mensaje de «unidad y fortaleza. »Reitera que el gran muro «en la frontera sur» será «un arma contra las drogas y el crimen»

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El presidente Donald Trump ayer, en su primera presentación ante una sesión conjunta del Congreso Foto Afp
Por David Brooks/Resumen Latinoamericano/ La Jornada, 1º de marzo de 2017.

En un mensaje de unidad y fortaleza en su primera presentación ante una sesión conjunta del Congreso, el presidente Donald Trump intentó ofrecer una visión populista centrada en poner a los estadunidenses primero, que incluye controlar la migración, un muro fronterizo, apoyo para la policía y un incremento histórico en el gasto militar.

Aunque asombró su cambio de tono comparado con sus discursos anteriores, sin ataques frontales y convocando al trabajo común entre ambos partidos, en esencia no cambió el contenido de su mensaje, a excepción de la inesperada mención de una reforma migratoria que podría implicar algo aún peor para millones de inmigrantes.

Describió su triunfo electoral como resultado de una rebelión de gente común de todo tipo y color en 2016, que culminó con decenas de millones unidos en una sola demanda: “que América tenía que poner primero a sus propios ciudadanos… porque sólo así verdaderemente podemos ‘volver a hacer grande a Estados Unidos’”.

Con una retórica llena de aspiraciones que en muchos rubros disfrazaba amenazas a inmigrantes, programas sociales, medio ambiente y derechos civiles, Trump festejó sus primeros logros en la Casa Blanca y declaró que es “el inicio de un nuevo capítulo de grandeza americana” donde la antorcha de la verdad, libertad y justicia… será usada para alumbrar al mundo.

Resumió sus logros iniciales como prueba de que cumplirá con sus promesas al pueblo, incluyendo compromisos de varias empresas de invertir y mantener empleos en este país, medidas contra la corrupción en el gobierno, desmantelamiento de regulaciones gubernamentales, autorización de la construcción de oleoductos, retiro del Acuerdo Transpacífico, varias medidas para mejorar la seguridad pública y el nombramiento de un candidato conservador en la Suprema Corte.

Retomando su mensaje electoral, afirmó que durante mucho tiempo se ha permitido el deterioro de la clase media, las zonas marginadas y la infraestructura, mientras el país se ocupaba de un proyecto global detrás de otro.

Sin mencionar a México o a Rusia, Trump giró hacia el sur al continuar con esta narrativa. Afirmó que Estados Unidos defendió las fronteras de otros países, mientras dejamos nuestras propias fronteras ampliamente abiertas para que cualquiera cruzara, y para que las drogas se vertieran en lo que ahora alcanza un volumen sin precedente.

Resaltó que su gobierno ha respondido a las peticiones del pueblo estadunidense para el control migratorio y seguridad fronteriza. Por fin, al hacer cumplir nuestras leyes de migración podremos incrementar salarios, ayudar a los desempleados, ahorrar miles de millones de dólares y hacer más seguras nuestras comunidades para todos. Subrayó: tenemos que restaurar la integridad y el estado de derecho en nuestras fronteras.

Para ello, agregó, pronto iniciaremos la construcción de un gran, gran muro a lo largo de nuestra frontera sur. Se iniciará de manera adelantada a los programas y, cuando sea acabado, será un arma muy efectiva contra las drogas y el crimen.

Sin embargo, sorprendió que de pronto se atrevió a referirse a una reforma migratoria. En el contexto de su prioridad de generar empleo para estadunidenses, propuso sustituir el sistema actual de permitir el ingreso a inmigrantes menos calificados y adoptar en su lugar un sistema basado en el mérito, en el cual quienes desean ingresar tienen que demostrar que podrán sostenerse en términos económicos.

Yo creo que una reforma migratoria real y positiva es posible, siempre y cuando nos enfoquemos sobre las siguientes metas: mejores empleos y salarios para estadunidenses, fortalecer la seguridad de nuestra nación y restaurar el respeto para nuestras leyes, afirmó.

Sin embargo, al abordar el rubro del crimen, informó de la creación de una oficina de asistencia a víctimas de inmigrantes criminales, e identificó a familiares de algunas de estas víctimas que habían sido invitados a sentarse junto a la primera dama Melania Trump.

A la vez, en torno a su promesa de una reconstrucción nacional, adelantó que solicitará del Congreso legislación para producir un billón de dólares de inversión en infraestructura y proceder hacia la anulación y sustitución de la reforma de salud impulsada por su antecesor Barack Obama.

Reiteró sus propuestas de proteger al país del terrorismo islámico radical, justificando sus medidas de una mayor verificación de los que llegan procedentes de países peligrosos. También, resaltó el avance en la destrucción del Estado Islámico, trabajando con aliados, incluyendos países musulmanes.

Indicó que en el presupuesto federal que enviará al Congreso para su aprobación se contempla uno de los incrementos más grandes en gasto de defensa nacional en la historia estadunidense. Subrayó que aunque Estados Unidos debe permanecer como el líder mundial, tenemos que aprender de los errores del pasado y afirmó que se respetará el derecho de toda nación a trazar su propio camino. Añadió que Estados Unidos está dispuesto a encontrar nuevos amigos.

“Mi trabajo no es representar al mundo, mi trabajo es representar a Estados Unidos de América”, afirmó, y agregó que lo que se busca es menor conflicto y la paz a nivel mundial.

Concluyó que sólo con la unidad y bajo la misma bandera –dejando atrás luchas triviales y el pensar pequeño– se puede abrir un nuevo capítulo de “grandeza americana” y convocó a los ciudadanos a “abrazar esta renovación del espíritu americano”.

Con esto, Trump intentó superar sus primeros 40 días de caos interno y expresiones extraordinarias de resistencia y disidencia dentro y fuera del gobierno, y el hecho de que tiene el nivel más bajo de aprobación popular de un presidente nuevo en la historia moderna (la encuesta más reciente es de CBS News, con 39 por ciento).

Símbolos

Dentro de la Cámara de Representantes hubo expresiones políticas por medio de símbolos, sobre todo en torno a la disputa sobre migración. Legisladores demócratas invitaron a inmigrantes y refugiados, entre ellos un refugiado iraquí que ahora es ciudadano (huésped de la senadora Elizabeth Warren), un traductor para las fuerzas estadunidenses en Irak que fue detenido el mes pasado por la orden ejecutiva antimusulmana, un estudiante de posgrado iraní y varios jóvenes inmigrantes indocumentados conocidos como dreamers.

La Casa Blanca invitó a tres familiares de víctimas de delitos cometidos por inmigrantes indocumentados para ocupar un asiento junto a Melania Trump (también inmigrante).

A la vez, varias legisladoras se vistieron de blanco, el color del movimiento de las mujeres por el voto y otros derechos (las sufragistas), en defensa de los derechos de las mujeres que consideran están bajo ataque por Trump.

Calificación: A

Más temprano, en una entrevista con el que, dice, es su programa favorito, Fox & Friends, de Fox News, Trump afirmó: “creo que he hecho grandes cosas, pero no creo que yo –yo y mi gente– no creo que lo hemos explicado suficientemente bien al público estadunidense. Creo que me corresponde una A (equivalente a un 10 en calificaciones académicas) en términos de lo que realmente he logrado, pero en términos del mensaje, me daría una C o C+ (un siete)”.

Trump no empezó su día con un mensaje tan cordial. En esa misma entrevista consideró, después de ver sus críticas, que la líder de la minoría demócrata de la cámara baja, Nancy Pelosi, es una incompetente. Indicó que una serie de actos recientes de vandalismo contra centros y cementerios judíos podrían no ser lo que parecen, sino un intento para que el presidente se viera mal, y reiteró que el ex presidente Barack Obama podría estar detrás de algunas de las protestas contra sus políticas.

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