PALESTINA: Haneen Zoabi: ‘Israel es el único país que no está aterrado tras la victoria de Trump’ / AI: La febril actividad de asentamiento muestra desprecio por el derecho internacional / Ariel Sharon, autor intelectual del muro de Israel / Colonos agradecen a Trump que no vea las colonias como obstáculos a la paz / La ambivalente respuesta de Trump a la expansión de colonias judías

Resumen Latinoamericano / PalestinaLibre / 03 de febrero de 2017 –

Haneen Zoabi: ‘Israel es el único país del mundo que no está aterrado tras la victoria de Trump’

La parlamentaria palestina-israelí explica por qué Netanyahu y el presidente de Estados Unidos son muy parecidos. “A la mayoría del mundo Donald Trump les puede parecer un tipo excéntrico y diferente, pero no lo es para los israelíes. Su populismo y su discurso agresivo son el modelo predominante en Israel”

 

FOTO: El mes pasado, Zoabi participó en una protesta organizada por parlamentarias y funcionarias del parlamento EFE

De los 120 miembros de la Knéset, el Parlamento de Israel, 14 son israelí-palestinos. Haneen Zoabi es una de ellos; la han escupido, la han empujado y también la han suspendido de sus funciones. “Me acostumbré a [los abusos]”, explica: “En parte, me atacan porque soy una mujer. No hay que pasar por alto este hecho. [A algunas personas] les parece normal enfadarse con una mujer que no cumple con sus expectativas”.

Desde hace tiempo, Zoabi es consciente de que le podrían expulsar. En virtud de una ley que se aprobó el verano pasado, se puede expulsar a un diputado “si incita al racismo” o por “su apoyo a la lucha armada” si esta medida cuenta con el apoyo de 90 de los 120 parlamentarios. Los grupos de derechos civiles han indicado que esta ley tiene como blanco a los parlamentarios palestinos y pretende silenciarlos. Isaac Herzog, el líder del partido laborista de Israel, describió esta ley como “una mancha negra en el rostro de Israel”. Para Zoabi, es un intento de “asesinato político”.

” Somos diputados. No tiramos piedras. No formamos parte de ningún movimiento de resistencia armada. Dialogamos. Israel ha decidido que expresar nuestra opinión es un delito”, afirma. En 2009, Zoabi, de 47 años, se convirtió en la primera parlamentaria israelí-palestina.

Cerca del 20% de los ciudadanos israelíes son palestinos. En teoría tienen los mismos derechos pero en la práctica son discriminados por las instituciones. Por ejemplo, el sistema educativo israelí separa a los judíos de los palestinos, y las escuelas de unos y otros no obtienen los mismos fondos. También son discriminados cuando se postulan para trabajos en el sector público.

Zoabi creció en Nazaret y todavía vive allí; tiene un apartamento dentro de la casa de sus padres. Estudió filosofía en la Universidad de Haifa, una de las pocas ciudades de Israel en la que los judíos y los palestinos se mezclan.

En mayo de 2010, su nombre saltó a la luz pública cuando participó en una acción impulsada por una flotilla de barcos que intentó romper el bloqueo de Gaza. Fueron interceptados por las fuerzas israelíes. Nueve activistas propalestinos murieron tiroteados. Zoabi iba a bordo del buque líder, el Mavi Marmara, y fue testigo de la violencia.

A principios de este mes, ella y otros políticos palestino-israelíes se manifestaron en la localidad beduina de Umm al-Hiran, situada en el desierto de Negev, después de que las fuerzas israelíes participaran en una operación que tenía por objetivo derribar el poblado para construir un nuevo asentamiento judío. Un beduino fue abatido a tiros y un policía murió tras ser atropellado por un automóvil.

Apartheid y colonialismo”

Zoabi y otros miembros del Parlamento se enfrentan a la posibilidad de ser investigados por incitación a la violencia. “En Umm al-Hiran están expulsando a la población, es apartheid y colonialismo –subraya–. A los palestinos nos están expulsando del parlamento y también del desierto de Negev; la primera es una expulsión política y la segunda, física”.

En su opinión, Israel quiere “cerrar el expediente” de la pretensión judía de tener un Estado. Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, “está cambiando el paradigma; ha pasado de gestionar el problema a querer solucionarlo”, indica. “Sin embargo, propone una solución parcial que solo beneficia a Israel. La percepción de los israelíes ha cambiado: los palestinos ya no existen. Los muros ya no son solo físicos, también psicológicos”.

Benjamín Netanyahu cancela su participación en el Foro Económico de Davos

Zoabi considera que esta percepción no ha hecho más que aumentar tras la victoria presidencial de Trump en Estados Unidos. “A la mayoría del mundo Donald Trump les puede parecer un tipo excéntrico y diferente, pero no lo es para los israelíes. Su populismo y su discurso agresivo son el modelo predominante en Israel. Así que Israel es el único país del mundo que no está conmocionado o aterrado. De hecho, todo lo contrario, ya que Trump y Netanyahu son el mismo tipo de político”.

Si Trump cumple una de sus promesas electorales y traslada la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén, estará apoyando la pretensión de Israel, que considera que Jerusalén es “su capital eterna e indivisible” y esta medida provocará “reacciones contundentes”.

Zoabi indica que el decreto de Trump que prohíbe que los nacionales de ciertos países musulmanes puedan entrar en Estados Unidos no es más que una formalización peligrosa de la islamofobia. “El odio no es nuevo, forma parte de la cultura, pero ahora se ha convertido en una norma. Empieza a ser normal que puedas hablar con odio de los musulmanes sin tener que avergonzarte por tus palabras”, lamenta.

Hay que defender los derechos civiles

Afirma que le gustaría ver cómo la población se une en un movimiento de defensa de los derechos civiles, con los palestinos tomando las calles, los negocios cerrando en señal de protesta y la Autoridad Palestina disolviéndose para obligar a Israel a asumir responsabilidades “como fuerza ocupante”.

Sin embargo, considera que la comunidad internacional –Europa y en especial Reino Unido– deben actuar. Israel no debería poder seguir construyendo asentamientos en Jerusalén Este o en Cisjordania con total impunidad: “Si quebrantas el derecho internacional, deberías pagar por ello”. A Zoabi le gustaría que se impusieran sanciones y se acordara un boicot. “¿Puedes imaginar una mejor forma de protesta no violenta que un boicot?”.

Explica que en su comunidad ya no es extraño que las mujeres lideren ciertas luchas políticas: “Es bastante frecuente. En la sociedad palestina hay más mujeres con títulos universitarios que hombres. Las mujeres independientes, que deciden estudiar una carrera y postergan su matrimonio o simplemente no se casan, o mujeres que tienen menos hijos; son algo cada vez más frecuente. La realidad ya no responde a los estereotipos de una sociedad conservadora”.

Ella ha liderado campañas para protestar contra la poligamia, la violencia doméstica y los llamados “crímenes de honor”. “Y mi opinión no es marginal sino que es la mayoritaria”, puntualiza.

Zoabi espera ser un modelo a seguir para las palestinas más jóvenes. “Tienes que luchar por lo que crees. Si ahora no consigues lo que te habías propuesto, esto no quiere decir que no se logre más adelante. Tal vez no lo disfrutes tú, pero sí las generaciones futuras”.

El mes pasado, Zoabi participó en una protesta organizada por parlamentarias y funcionarias del Parlamento después de que se prohibiera la entrada a dos ayudantes por considerar que su ropa no era “lo suficientemente recatada“. “En el fondo fue una tontería pero a veces sientes que tienes poder”, indica: “Me gustaría que al Parlamento le preocupara la libertad tanto como le preocupan los vestidos de las mujeres”.

Traducido por Emma Reverter

Fuente: Harriet Sherwood, El Diario – España


AI: La febril actividad de asentamiento muestra un flagrante desprecio por el derecho internacional

La autorización dictada hoy por las autoridades israelíes para la construcción de otras 3.000 casas en asentamientos ilegales de la Cisjordania ocupada —el cuarto anuncio de este tipo hecho en las últimas semanas— subraya la escandalosa disposición de las autoridades a burlar el derecho internacional. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.

En las semanas previas a esta autorización, las autoridades israelíes anunciaron planes de construir 3.219 casas más en la Cisjordania ocupada, incluidas 719 casas en Jerusalén Oriental. Todos los anuncios se han hecho desde la toma de posesión del presidente estadounidense Donald J. Trump, firme aliado del actual gobierno israelí.

“Desde comienzos de 2017, las autoridades israelíes han dejado claro que planean acelerar la construcción de casas en asentamientos ilegales y hacerse con una mayor parte del territorio palestino, lo cual constituye una flagrante violación del derecho internacional”, ha manifestado Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“La oleada de recientes anuncios indica que el gobierno israelí, envalentonado por la administración Trump, no siente la necesidad de ocultar sus descaradas violaciones de los derechos de la población de los Territorios Palestinos Ocupados.”

“La decisión de incrementar el número de casas en los asentamientos en el año en el que se cumple el 50 aniversario de la ocupación israelí es además totalmente contraria a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada el pasado diciembre en la que se pide a Israel que cese todas las actividades de asentamiento en los Territorios Palestinos Ocupados.”

En total, desde que empezó el año, las autoridades israelíes han anunciado la construcción de 6.219 nuevas viviendas en asentamientos.

La semana que viene, está previsto también que el Knesset, el Parlamento israelí, vote un proyecto de ley que legalizaría retroactivamente la ocupación por Israel de un trozo de tierra palestina en la que podrían construirse hasta 16 asentamientos en Cisjordania.

La política israelí de asentar a civiles judíos en los Territorios Palestinos Ocupados viola el derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra. Además, es intrínsecamente discriminatoria y ha dado lugar a graves violaciones de derechos humanos, como destrucción de viviendas, desalojos forzosos, homicidios ilegítimos, detenciones arbitrarias y castigos colectivos.

Desalojo en Amona

El anuncio de hoy se hizo unas horas antes de que las fuerzas de seguridad israelíes iniciaran una operación para retirar a más de 300 colonos judíos del puesto avanzado ilegal de Amona, en Cisjordania, después de que el Tribunal Supremo de Israel resolviera que estaba construido en tierra de propiedad privada palestina y debía ser evacuado antes del 8 de febrero. Se ha informado de violencia y lesiones a policías durante el desalojo.

“La evacuación de Amona, construido ilegalmente en tierra palestina hace más de 20 años, es un paso positivo, pero las autoridades israelíes deben garantizar que las fuerzas de seguridad no hacen uso de fuerza excesiva contra los colonos y quienes los apoyan.

Las autoridades deben asimismo garantizar que a los colonos no se les permite volver a ocupar la tierra, y que se permite el acceso a ellas a sus propietarios palestinos”, ha manifestado Magdalena Mughrabi.


Ariel Sharon el autor intelectual del muro de Israel

El muro israelí es totalmente ilegal, y cuyo único objetivo es usurpar tierras palestinas ya que su emplazamiento está DENTRO de los Territorios Palestinos Ocupados, a pesar de ello no faltan los “Nazis”, que aún defienden esta aberración…

“El muro es necesario, es bueno para el corazón de la nación. La gente quiere protección y el muro protege. Lo único que tienes que hacer es preguntar a Israel. Tenían un absoluto desastre al otro lado”, señaló el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.

Donald Trump mira a Oriente Medio para justificar la valla que va a edificar en la frontera con México. El presidente de EU, en una entrevista en la cadena Fox, ha defendido al gobierno de Israel por levantar hormigón y alambrada para detener la violencia que llegaba de los territorios palestinos, lo mismo, dice, que pretende hacer él con los “delincuentes del sur”, como los llamaba en la campaña electoral.

Lo que no recuerda Trump es que su modelo a seguir es ilegal, declarado como tal por un tribunal internacional, que se come territorio que no es israelí y por tanto es un arma de ocupación, que ha sido condenado por las Naciones Unidas y es uno de los obstáculos para la construcción de dos estados -el israelí, el palestino- en vecindad justa y segura.

Cuándo y por qué se levantó el muro de Israel

Fue en junio de 2002 cuando el entonces primer ministro, el ultraderechista Ariel Sharon, inició el levantamiento de un muro que debe aislar por completo Cisjordania y algunos barrios del este de Jerusalén de su territorio nacional.

Lo hizo en plena Segunda Intifada o Intifada de las Mezquitas —llamada así porque el propio Sharon le dio el pistoletazo de salida con su provocadora visita al tercer lugar más santo para los musulmanes, en Jerusalén— y que acabó hacia 2005 con 1,063 israelíes y 5 mil 516 palestinos muertos. Los atentados eran una constante en Israel y Sharon entendió que meter en una jaula a los palestinos, inocentes o no, era la solución.

Sucesivos gobiernos israelíes aseguran que el muro —que ellos prefieren llamar verja, ya que en algunos tramos es de hormigón y en otros, de alambre— ha sido clave en la disminución de ataques palestinos; prácticamente todos los que se cometen o se intentan actualmente ocurren al otro lado del muro. Como dice Trump siguiendo a los mandatarios de Israel, “detiene el 99.9% de los movimientos no autorizados”.

Los políticos palestinos aseguran desde hace años, no obstante, que el fin de los atentados obedece más bien a una “decisión política” de mantener a las facciones armadas bajo control y de darle una oportunidad a la diplomacia, a la vía pacífica.

El muro y su red de checkpoints dificulta el libre movimiento de las personas, es cierto, pero también quien quiere cruzar, encuentra la manera de hacerlo. Cada semana, por ejemplo, grupos numerosos de trabajadores sin papeles saltan el muro para volverlo a saltar de vuelta a casa una semana más tarde, ya con los jornales ganados.

El muro, más allá de la seguridad que pueda dar a Israel, es un blindaje inmejorable para los colonos, casi 600,000 ya entre la Jerusalén Oriental y Cisjordania, que quedan amparados por la valla, enclavados como están en mitad de villas palestinas. Para dar continuidad territorial a los asentamientos, con carreteras, accesos o polígonos, el muro acaba mordiendo aún más suelo palestino.

Por qué no es legal

Si para construir esta barrera de separación se hubiera seguido el trazado de la línea verde del armisticio de 1949, o las fronteras previas a la guerra de 1967, Israel se habría blindado a sí mismo cumpliendo con la legalidad, pero al definir un trazado de casi 730 kilómetros que en un 80% discurre por suelo cisjordano —adentrándose hasta 22 kilómetros, como denuncia Amnistía Internacional—, el muro ha acabado siendo un arma de ocupación más.

En 2004, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) concluyó que la construcción de la valla/muro viola por ello el derecho internacional humanitario y de derechos humanos, y que “Israel también tiene la obligación de poner fin a la violación de sus obligaciones internacionales derivada de la construcción del muro en los Territorios Ocupados palestinos”. Por eso pidió su desmantelamiento.

La CIJ concluyó que Israel tiene la obligación de reparar el daño causado hasta ahora por el muro, señalando el principio de que “[…] la reparación debe subsanar, en la medida de lo posible, todas las consecuencias del acto ilícito […]”.

El propio Tribunal Superior de Justicia de Israel ha concluido en varias ocasiones que había que modificar el trazado porque invadía suelo palestino.

También la Asamblea General de la ONU, en 2003, aprobó una resolución en la que pide a Israel que detenga la construcción del muro que levanta en Cisjordania y que destruya la parte ya hecha de dicha obra —aún queda más de un 20% por levantar—. En el texto se expresaba la preocupación de que la construcción del muro perjudicase las negociaciones de paz e hiciera imposible el plan que contempla la coexistencia pacífica de dos Estados. Además, concluye, agudiza la crisis humanitaria en Palestina.

Cómo es

Se trata de una estructura de hormigón y ladrillo que incluye alambres de púas, zanjas, zonas de arena o tierra fina para detectar huellas, torres de vigilancia del Ejército, caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a los tanques, zonas adicionales de defensa y áreas restringidas de diversa profundidad. Hay cerca de 70 puertas controladas por militares por las que tratan de cruzar los palestinos que tienen permiso de Israel, una minoría de los 1,7 millones de personas que viven en Cisjordania.

Según el diseño de su trazado, el objetivo es rodear los más de 50 asentamientos israelíes donde viven un 80% de colonos israelíes, incluyendo extensas áreas de tierra alrededor de ellos, lo que permitiría crear una continuidad de los asentamientos con Israel y separar la zona del resto de Cisjordania.

Qué efecto causa en los palestinos

La construcción del muro dificulta el movimiento entre poblaciones y ha ocasionado la pérdida de tierras de labor de la población palestina, el aumento de su dificultad para acceder a la atención médica en Israel, de los controles del ejército… Esto, a la larga, ha dañado la economía y la demografía de Palestina.

Según el informe de la OCHA (Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en los Territorios Ocupados Palestinos) de 2007, se ha producido una bajada del 50% de los palestinos que visitan los hospitales especializados de Jerusalén, familias enteras han sido divididas por el muro, los musulmanes y cristianos no pueden visitar libremente los santos lugares de Jerusalén, los estudiantes —sobre todo universitarios— deben enfrentarse cada día a los puestos fronterizos controlados por el ejército israelí para acceder a los centros educativos que han quedado al otro lado de la barrera y comunidades enteras han quedado atrapadas por el hormigón.

Fuente: Al Momento Noticias – México


Colonos agradecen a Trump que no vea las colonias como un obstáculo para la paz

El Consejo de Judea y Samaria, que representa a los colonos judíos en el territorio ocupado de Cisjordania, agradeció hoy al presidente de EEUU, Donald Trump, que haya asegurado que los asentamientos “no son un obstáculo para la paz”.

“El Consejo de Judea y Samaria muestra su agradecimiento a la Casa Blanca por afirmar que nuestras comunidades nunca fueran un impedimento a la paz”, se indica en un comunicado difundido horas después de que la Administración de Trump se refiriese por primera vez públicamente a la construcción en los asentamientos judíos.

Oded Revivi, jefe de Relaciones Exteriores del Consejo, dijo que “nada es más natural y moralmente justo que la construcción judía en Judea”.

“Esperamos trabajar estrechamente con nuestros amigos en la nueva Administración de Trump con el fin de construir un futuro mejor para todos”, agregó.

El nuevo Gobierno estadounidense se pronunció ayer por primera vez sobre la construcción de más de 6.000 nuevas viviendas, anunciada por Israel en las últimas dos semanas, y aunque consideró que “no ayuda” a lograr la paz entre israelíes y palestinos, se abstuvo de considerarlos un “obstáculo”, como lo hizo el anterior presidente de EEUU, Barack Obama.

“Aunque no creemos que la existencia de asentamientos sea un impedimento para la paz, la construcción de nuevos asentamientos o la expansión de los asentamientos existentes más allá de sus límites actuales puede no ser de ayuda para lograr ese propósito”, apuntó la Casa Blanca.

Israel anunció esta semana la construcción de 3.000 nuevas viviendas en colonias de el territorio palestino ocupado de Cisjordania, una semana después de haber autorizado otras 2.500 en esa misma zona y otras 560 en Jerusalén Este.

En el comunicado, la Casa Blanca señaló que espera abordar la problemática de las colonias directamente con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el próximo 15 de febrero durante su visita a Washington, antes de adoptar una posición oficial.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en diciembre pasado con la abstención de Estados Unidos una resolución que insta a Israel a paralizar toda actividad colonizadora, aunque Trump, que ya era presidente electo, criticó ese movimiento diplomático.

Países europeos como España y Francia han “condenado” la decisión de Israel de levantar más asentamientos, mientras que Naciones Unidas y la propia Unión Europea han expresado “preocupación”.

Palestina, por su parte, ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que “asuma su responsabilidad” y actúe para hacer cumplir su resolución.


La ambivalente respuesta de Trump a la acelerada expansión de colonias judías

La Casa Blanca asegura que busca la paz israelo-palestina, pero no considera los asentamientos un obstáculo

Un colono judío con una bandera isarelí en el asentamiento de Amona en Cisjordania. JACK GUEZ / AFP

La nueva Administración republicana ha roto su silencio en medio de la oleada de expansión de los asentamientos judíos, tras el anuncio de Israel de construir más de 6.000 viviendas en Cisjordania y Jerusalén Este. El comunicado de la Casa Blanca emitido en la noche del jueves no ha condenado el crecimiento de las colonias en territorio palestino ocupado, como sistemáticamente se reiteraba bajo la presidencia del demócrata Barack Obama. “No hemos adoptado aún una posición oficial”, precisaba la nota oficial. “Aunque no creemos que la existencia de los asentamientos sea un obstáculo para la paz, la construcción de nuevas colonias o la expansión de las existentes más allá de sus límites actuales pueden no ser útiles para lograr ese objetivo”.

Con estas matizadas premisas, Washington confirma el viraje favorable a los intereses de Israel anunciado por Donald Trump durante su campaña electoral. El mensaje ya no se reduce a “ni un solo ladrillo más”, como ocurría durante los dos mandatos sucesivos de Obama. Aunque con cortapisas menores, el presidente republicano ha dado a entender que tolerará la construcción de más casas para israelíes en Cisjordania. Habrá entonces luz verde de EE UU a la colonización, pero solo dentro del perímetro de los llamados bloques de asentamientos: grandes zonas urbanizadas en Cisjordania en torno a Ariel, Maale Adumin o Gush Etzion, al norte, este y sur de Jerusalén respectivamente.

En esencia, se trata de un regreso a la posición fijada por el también republicano George Bush en 2004 para intentar sentar a Israel en la mesa de diálogo. A cambio del compromiso negociador, EE UU respalda que los grandes bloques de asentamientos judíos en Cisjordania, situados cerca de la frontera anterior a la guerra de 1967, puedan ser incorporados al Estado de Israel tras un pacto de intercambio de territorios con los palestinos en el marco de un acuerdo general y permanente de paz.

La Casa Blanca ha roto su silencio sobre la colonización israelí —repetidamente condenada por la comunidad internacional por obstaculizar la paz— precisamente un día después de que Israel anunciara la construcción de la primera nueva colonia en Cisjordania en más de dos décadas. Su destino es realojar a las cuatro decenas de familias de colonos que acaban de ser desahuciadas en el asentamiento de Amona por 3.000 soldados y policías palestinos, por orden del Tribunal Supremo, en medio de la conmoción nacional tras haber ocupado durante 20 años terrenos de propiedad privada palestina.

Este primer avance de la doctrina Trump para Oriente Próximo no menciona la solución de los dos Estados como fórmula para poner fin a la ocupación israelí de territorios palestinos, aunque tampoco la veta. “La voluntad estadounidense en favor de la paz entre israelíes y palestinos permanece inmutable desde hace 50 años”, advierte el comunicado de la Casa Blanca, cuyo actual inquilino “espera alcanzar la paz en Oriente Próximo”. El mensaje para Israel es de nuevo patente: el presidente republicano pretende marcar su impronta en la región como patrocinador de ceremonias de entendimiento como las de Camp David (entre Israel y Egipto en 1978) o de la Casa Blanca (en la que israelíes y palestinos sellaron los Acuerdos de Oslo en 1993).

El nuevo mandatario norteamericano también ha hecho llegar al Gobierno de Benjamín Netanyahu el mensaje de que deben cesar los anuncios de expansión de los asentamientos que han jalonado las primeras dos semanas de su presidencia, según un alto cargo de Washington citado por The Jerusalem Post. El rey Abdalá II de Jordania, que se reunió el jueves con el presidente, la ha trasladado el malestar de los países árabes moderados a los que busca implicar en el proceso de paz. El monarca hachemí le recordó que el traslado de la Embajada de EE UU de Tel Aviv a Jerusalén —otra oferta electoral de Trump— arruinará las expectativas de alcanzar un acuerdo. El próximo día 15 tendrán que responder a todas estas cuestiones Trump y Netanyahu durante su primer encuentro en la capital norteamericana.

Fuente: Juan Carlos Sanz, El País – España


El asesinato de palestinos, normalizado por Israel

La pasada primavera, un asesino israelí fue captado en cámara conversando con un amigo, preparando su arma y disparando a un joven palestino, Abd Al-Fattah, Yusri Al-Sharif. El asesino era Elor Azaria, un “médico” del ejército israelí.

Los colonos miran mientras las fuerzas israelíes evacuan el cuerpo de Abdel Fattah Al-Sharif, asesinado por el médico del ejército israelí Elor Azaria en Hebrón, Israel, el 24 de marzo de 2016 [photo]

La pasada primavera, un asesino israelí fue captado en cámara conversando con un amigo, preparando su arma y disparando a un joven palestino, Abd Al-Fattah, Yusri Al-Sharif. El asesino era Elor Azaria, un “médico” del ejército israelí.

Israel declaró inmediatamente que Al-Sharif había intentado atacar a unos soldados, y, por lo tanto, merecía un castigo extra judicial y ser ejecutado instantáneamente. Sin embargo, el asesinato se produjo en Hebrón, y la ley internacional declara que Hebrón es un territorio ocupado y que los soldados israelíes son parte de un ejército de ocupación ilegal. El derecho a usar la fuerza armada para evitar la ocupación está consagrado en la ley internacional. Por lo tanto, la resistencia a la ocupación israelí no es terrorismo.

En cualquier caso, el ejército israelí suele mentir acerca de ataques contra sus soldados, y manipula las pruebas en un intento de justificar su asesinato de civiles palestinos, muchas veces, niños. En este caso, el vídeo muestra, con detalles gráficos, la calculada naturaleza del asesinato.

Al-Sharif, tirado en el suelo, no suponía ningún peligro. Estaba seriamente herido y apenas se movía. Azaria habló algo con uno de los soldados de los alrededores que andaban tranquilamente, mientras que un soldado que parece haber recibido una herida en la espalda se metía en una ambulancia. Azaria y su compañero miraron al palestino herido y parecieron llegar a una conclusión. Entonces, el “médico” se acercó a Al-Sharif y le disparó en la cabeza.

Al contrario de lo que dice la propaganda mediática, este asesinato parece haber sido llevado a cabo según órdenes de un superior.

El asesinato a sangre fría de Al-Sharif no es nada inusual en el ejército israelí. El asesinato de palestinos por parte de soldados israelíes ya es rutina en la Cisjordania ocupada, donde la dictadura militar israelí es firme. Lo único inusual esta vez es que un palestino miembro del grupo israelí por los derechos humanos B’Tselem resultó estar grabando en el preciso momento del asesinato.

Un corresponsal de Ha’aretz lo describe a la perfección: “Sin las imágenes que se han hecho virales, puede que la historia de Azaria hubiese seguido otro camino, y que nadie hubiese sabido de ello.” De hecho, muchos otros soldados israelíes que han asesinado a ciudadanos palestinos se han librado.

El vídeo apareció en Israel y en todo el mundo. El primer ministro Benjamin Netanyahu se sintió obligado a fingir que hacía algo al respecto, y entonces Azaria se convirtió en el chivo expiatorio. Fue acusado y condenado por el asesinato. Sin embargo, no es sólo un caso. Es todo el sistema corrupto y colonialista de Israel.

En Israel, el asesinato de un palestino herido a manos de Azaria se ha hecho muy famoso. Tanto que, de hecho, no fue acusado de asesinato, sino de “homicido”. Allison Kaplan Sommer, la periodista de Ha’aretz, lo describe así: “Ahora Elor Azaria es famoso. De hecho, tiene algo muy importante: una nación llena de ciudadanos que se identifican con su difícil situación”.

El hecho de que el asesino sólo fuese acusado de “homicido” nos cuenta cómo de insignificantes se consideran las vidas palestinas en Israel.

Además, puede que el asesino evite su sentencia: Netanyahu ha pedido que le perdonen. El crimen de Azaria se ha convertido en una “causa célebre” en Israel, no sólo entre los neofascistas que criticaron el juicio, gritando insultos racistas contra palestinos y organizando grupos “pro-Azaria”, cuyos eslóganes incluían “Muerte a los árabes”, “Matadlos a todos” y “Un judío es un alma/Un árabe es un hijo de puta”. El apoyo al asesino se ha extendido al panorama político de Israelí; un 67% de israelíes apoyan el perdón al militar.

Shelly Yacimovitch, ex líder del Partido Laborista de Israel, también pidió el perdón de Azaria, preocupándose de que “los frágiles hombros” del asesino “no puedan soportar el peso” de la sentencia. El actual líder del Partido Laborista, Isaac Herzog, dijo que el asesino fue “víctima de una situación”.

Lo más contundente del caso es la prueba de un testigo particular en el juicio. Eliyahu Liebman, antiguo jefe de seguridad, habló en defensa de Azaria: clarificó que lo que había hecho Azaria era una rutina en el ejército israelí.

Se suponía que este testimonio daría apoyo a Azaria; al menos lo hizo en Israel. Pero también demostró lo que pasa con los asesinatos de palestinos en Israel. Azaria sólo es el síntoma de una enfermedad de todo el ejército israelí.

Sobre el autor:  es editor de The Electronic Intifada, y periodista de investigación, vive en Londres. Visita regularmente Palestina desde el año 2004.

Fuente: Asa Winstanley, Middle East Monitor en Español

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