Puerto Rico: Visitan a Oscar López Rivera luego del anuncio de conmutación de pena

Por Vanesa Baerga,  Foto por: Alina Luciano/Claridad/ Resumen Latinoamericano/ 1 de Feb. 2017 .-
A Terre Haute viajamos de noche. Terre Haute, tierra alta en francés, es un pueblo en el centro de Indiana donde está la institución correccional federal en la cual Oscar López Rivera ha estado por lo pasados 18 años de sus 35 años en prisión. Son casi cuatro horas manejando desde Chicago por las llanuras del mediano oeste norteamericano repleto de fincas, principalmente de trigo y maíz. La carretera, que en un punto atraviesa un parque eólico, es recta, no hay curvas o virajes significativos. Tampoco hay iluminación en la noche, ni gasolineras, ni sitios para poder comprar algo de comer o ir al baño.

 José López(hermano de Oscar), Jan Susler(abogada de Oscar)Clarisa leones, Luis Gutiérrez(congresista), Melissa Mark Viverito (asambleísta Nueva York) y Alejandro Molina (Comité de Derechos Humanos en Chicago) en las afueras de la cárcel en Terre Haute.

Llegamos a Terre Haute alrededor de las 11 p.m. del viernes, 27 de enero. El sábado a las 8 a.m., la puertorriqueña Melissa Mark Viverito, presidenta del Consejo Municipal de Nueva York, visitaba por primera vez la prisión desde que se anunció la conmutación de su condena el pasado 17 de enero, junto a Clarisa López, la hija de López Rivera. CLARIDAD las entrevistó a ambas luego de esta visita.

 

Todo ha cambiado, todo es distinto

“Todo lo que él ha hecho esta semana (luego del anuncio de la conmutación) no es lo que él usualmente hace como parte de su rutina en prisión. Todo ha cambiado, todo es distinto,” comenta su hija.

A dos semanas del exPresidente de Estados Unidos, Barack Obama, haber anunciado la conmutación de la sentencia de Oscar López Rivera, el prisionero político no ha podido terminar la pintura que le queda pendiente y que esperaba fuera la última que completaría en prisión. Y es que, no ha tenido tiempo de sentarse a pintar para completarla porque ahora le toca llenar las cajas de la mudanza, que incluye sus cosas personales, sus materiales de arte, y todas las cartas que ha recibido, las cuales también lamenta que no ha podido responder a las últimas que le han llegado, cuenta su hija.

“Hoy hablamos de comida. Pero no era como antes que él me decía: pues, si algún día salgo me gustaría probarlo. Ahora era distinto, ahora era: ¿sabes hacer buñuelos de ñame? Era una dinámica distinta, es la alegría contagiosa, los sueños compartidos, una vida futura, así que todo es distinto,” sostuvo su hija, a lo que añade que su papá no ha dejado de trabajar, pues imparte dos clases a otros confinados: pintura y dibujo básico, además tiene tareas en el área de limpieza.

Esta fue la primera visita de Mark Viverito junto a la hija de López Rivera. “Para mí fue bien bonito ver la interacción de ella y su papá, y ver como ellos están planificando su vida juntos ahora al salir. Estaba muy animado. Él quiere contribuir como pueda a unir a un pueblo para trabajar por una meta. Es frustrante el sectarismo que existe, y él quiere traer una unión. Él tiene un poder de convocatoria que se necesita en estos tiempos difíciles.”

Cuando salga de prisión ya tiene trabajo en el Municipio de San Juan, un rol relacionado a las comunidades. Para su hija: “él sale a hacer lo que mejor sabe hacer, organizar comunidades. Él lo ha demostrado, un legado de más de 40 años que todavía existe y cumple sus funciones, que se ha adaptado a los tiempos, y que él sigue aportando, a pesar de que sigue encarcelado, como mentor en estos programas”. Entre estos programas se encuentran: el Centro Cultural Puertorriqueño Juan Antonio Corretjer en Chicago, la Escuela Alternativa Dr. Pedro Albizu Campos, y tres programas académicos y estudiantiles en la Universidad de Illinois en Chicago: LARES, el Centro Cultural Latino y el Programa de Estudios Latinoamericanos y Latinos (ver p.23). Además, de otros programas de los que ha sido mentor e inspiración que, aunque se fundaron luego de su encarcelamiento, como Vida/Sida, organización que se dedica a la salud pública, especialmente de las comunidades más marginadas como la LGBTQ.

“La oportunidad de integrarse a las comunidades puertorriqueñas le va a dar la oportunidad de agradecerle al pueblo puertorriqueño el poder haber logrado el por fin llegar a casa,” añadió su hija.

El domingo se unieron a esta visita de dos días el congresista demócrata Luis Gutiérrez, su abogada Jan Susler, su hermano José López y el secretario de la Junta de Directores del Centro Cultural Puertorriqueño, Alejandro Molina.

 

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