Entrevista a Cecilia Vuyk, del Movimiento 15 de Junio de Paraguay: “El actual gobierno ha cuatriplicado la deuda externa”

Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 31 diciembre 2016.-Frente al gobierno derechista y pro yanqui de Horacio Cartes, en Paraguay son muchos y muchas que vienen resistiendo y construyendo, creativamente, importantes estructuras de poder popular. Lo hacen en la calle en las ciudades pero sobre todo a nivel del campesinado rebelde. Obreros, campesinos, estudiantes y generalmente muchos jóvenes pelean a brazo partido contra la imposición del neoliberalismo en la Patria de Francisco Solano López, y en ese camino es necesario conocer a una de las organizaciones que se alinea en la lucha contra la continuidad del stronismo, el Movimiento 15 de Junio. Una de sus referentes, Cecilia Vuyk (autora del libro “Subimperialismo brasileño y dependencia del Paraguay”) señala que “tomamos el nombre a partir de la resistencia heroica de las compañeras y los compañeros de Curuguaty. Nuestra organización expresa la síntesis de la dignidad del pueblo paraguayo por la tierra y la soberanía”. Señaló luego que: “Nosotras y nosotros somos un movimiento político y estamos principalmente abocados a poder fortalecer todo el proceso de construcción en Paraguay y avanzar hacia un frente de unidad nacional”.

-¿Hay posibilidades de romper con la fragmentación de la izquierda para enfrentar a Cartes y su política?

-Creemos que es necesaria la unidad de todas las organizaciones sociales y políticas que compartimos un proyecto de un país independiente, soberano, desarrollado y que para eso necesitamos avanzar sobre puntos fundamentales: que primero, reviertan la situación en la que estamos hoy. Ya tenemos 4 años -luego del Golpe de Estado- con un gobierno que desde el año 2013 viene avanzando en el endeudamiento del Estado con una cuatriplicación de la deuda externa, una privatización de los bienes del Estado, la aprobación de la ley público privado y el avance en la concesión de sectores estratégicos, una persecución sumamente importante a la dirigencia social y una serie de asesinatos, hasta hoy día impunes, de compañeros dirigentes sociales. Entonces, esa resistencia por un lado, y a la par  la construcción de ese país que queremos  y que estamos convencidos que lo vamos a lograr en la unidad de todas las organizaciones.

-¿Cuáles son las señales más nítidas del avance neoliberal en el Paraguay de hoy? 

-Acá tenemos que entender el contexto internacional. Estamos en una crisis del capitalismo a nivel internacional, que no es una crisis cualquiera: es una crisis estructural y eso hace que la necesidad de ganancia lleve a mayores despojos y a mayores procesos de explotación de toda la fuerza de trabajo, a nivel continental y a nivel mundial.
Esa crisis, se expresa en que todo pequeño sector que pueda ir generando algún tipo de lucro viene a ser rentable. Hoy estamos asistiendo a ese planteo en todos los países del Continente. Específicamente en el caso paraguayo se da una profundización, por un lado de la estructura, nosotros tenemos una estructura semifeudal y de profundización del latifundio, el control de la tierra en manos de unos pocos, donde esa expansión del latifundio se da -como ya han acabado con las tierras fiscales, es decir las tierras públicas que han sido usurpadas ilegalmente por propietarios privados- sobre comunidades campesinas e indígenas.

-¿Puedes darnos ejemplos de estas políticas?

-Por citar dos casos bastante importantes, uno es el de la comunidad guajori, una comunidad del departamento de Caguazú que ha sido desalojada recientemente. El desalojo se dió sobre tierras conquistadas de la reforma agraria, asentadas en proceso de titulación y pago por parte de los compañeros campesinos y se dió a partir del pago de un colono brasileño a la policía para ejecutar el desalojo mientras él mismo  monitoreaba el desalojo desde el aire y filmaba un video que se ha tornado público. Allí agradece al Presidente que le presta el helicóptero y también la buena predisposición de la policía para ejecutar el desalojo.

Otro caso es el del desalojo de la comunidad indígena ndampo, del departamento de Canindeyú,  en la cual también un colono brasileño viene forzando un desalojo para expandir su cultivo de soja en la zona. La comunidad resiste en defensa de sus tierras ancestrales y dijo varias veces al colono que no iba a vender, entonces el colono contrató a dos sicarios que fueron a amedrentar a los campesinos, a buscar disparar, reprimir y asesinar a sus dirigentes.

Estamos viendo varias formas de un mismo problema que es una de las patas fundamentales del avance neoliberal y del capital en crisis sobre nuestras tierras. Y lo otro tiene que ver a la par con los recursos y con el endeudamiento, ese mismo control de los recursos naturales en el mantenimiento de los tratados antinacionales, tema fundamental de la potencia hidroeléctrica que hoy día subsidia el desarrollo de los capitales brasileños y argentinos, el avance sobre los procesos de concesión y privatización del agua y el endeudamiento que tiene que ver con una deuda que el Estado paraguayo va a continuar pagando. Cuando decimos el Estado paraguayo, decimos el pueblo paraguayo, donde hoy con la misión de los llamados bonos soberanos y con los créditos internacionales, los cálculos dan que cada paraguayo y paraguaya que nace tiene una deuda de mas de 5 millones de guaranies al nacer. Eso es la multiplicación por 4 de la deuda externa actualmente y una proyección de nuevos bonos soberanos que van a buscar ser emitidos y nuevos créditos.

Sintetizando, estamos hablando del avance, de la expansión del control de la tierra, de los recursos naturales, del endeudamiento del Estado, a lo cual se suma toda la persecusión a la dirigencia, el cercenamiento de derechos laborales, el no reconocimiento de los sindicatos, los despidos masivos, de manera de poder fomentar la mayor cantidad de explotación de la fuerza de trabajo y en consecuencia un mayor enriquecimiento de los capitales.

-En política exterior, tambien se inclinó el gobierno de Cartes por expulsar a Venezuela del MERCOSUR.

– Eso es parte de los trámites que están haciendo los gobiernos actualmente, o sea un acuerdo entre un gobierno golpista en Brasil y dos gobiernos nuevos electos en Argentina y en Paraguay. En Paraguay, surgido de una elección que viene de un Golpe de Estado, que plantean una cuestión que más que económica es  política, que busca ir armando un escenario de desestabilización para poder perpetrar un Golpe de Estado llamado de “nuevo tipo” pero que trata principalmente de generar una ilegitimación previa para avalar ese golpe y tumbar un gobierno.

– ¿Qué papel juega ahora el ex presidente Fernando Lugo?

-Lugo es una esperanza para el pueblo paraguayo. Lugo ha desarrollado un gobierno que con una serie de limitaciones en la cual nosotros también como movimientos del campo popular tenemos que ser autocríticos en nuestra desmovilización, ha logrado avances que mejoren las condiciones de calidad de vida de la gente. El Golpe de Estado que se le da a Lugo, no se le da en torno a sus políticas, sino en torno al avance que iba haciendo y en éste caso específico en la recuperación de tierras mal habidas, que son tierras usurpadas ilegalmente por amigos de los regímenes anteriores y por el miedo de la burguesía a que ese proceso de recuperación de tierras vaya cambiando. La diferencia entre el gobierno de Lugo y el gobierno actual es fundamental. El endeudamiento era una política que se había frenado con el gobierno de Lugo, y hoy viene profundizandose de manera importante, lo mismo la privatización. Nosotros decimos que con la presión y la movilización de las organizaciones sociales necesitamos forzar un cambio. Ese cambio no va a venir solamente desde un presidente o de un gobierno, ese cambio va a surgir  de la movilización que viene teniendo el pueblo paraguayo y que es algo fundamental. Estamos en una resistencia y una movilización diaria, en una construcción de ese proyecto de país que queremos donde poder tener un gobierno que sea mucho mas sensible y favorable a las causas del pueblo y del desarrollo nacional.

-¿Cuál es la garantía de que Lugo no repita lo que pasó con él en el anterior gobierno, donde despertó expectativas que después no se cumplieron?.

-La garantía es el pueblo movilizado, que nosotras y nosotros desde todas las organizaciones avancemos hacia una unidad de pensar y construir un proyecto del país que queremos y lo defendamos en la construcción desde las propuestas, desde la movilización, desde la organización. Esa es la principal garantía que tenemos.

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