Colombia. Ascal-G venía siendo víctima de señalamientos por parte del alcalde de San Vicente del Caguán A propósito del asesinato del líder campesino Erley Monroy

Por Red de Comunicadores Populares del Sur/ Resumen latinoamericano/ Agencia Prensa Rural/ 20 de Nov. 2016.- 

Con la llegada del Centro Democrático a la alcaldía de San Vicente del Caguán las organizaciones sociales y agrarias han sido objeto de amedrentamientos y señalamientos. La muerde de Erley Monroy ha prendido las alarmas en el segundo municipio más importante de Caquetá.

El asesinato del líder social Erley Monroy el pasado 18 de noviembre de 2016 en San Vicente del Caguán, ha puesto en alerta a las organizaciones sociales del sur del país. Y no es para menos, a nivel nacional más de 20 luchadores sociales han sido asesinados en los últimos meses, incluido el señor Monroy, cuyo asesinato sugiere que la ola de exterminio no corresponde a hechos aislados, sino que se trata de un plan nacional que busca acabar con las personas que han venido luchando por la paz. Es más reciente plan de exterminio contra los luchadores sociales, cuando el país está ad portas de la paz, ha llegado al sur del país.

El asesinato también pone en evidencia lo que en muchos círculos políticos de Caquetá ha sido irrelevante: el exterminio de los luchadores sociales va acompañado de una estrategia de criminalización pública, con informaciones peligrosas que no corresponden a la realidad. En el caso de Caquetá, el alcalde de San Vicente del Caguán -Humberto Sánchez Cedeño, del Centro Democrático- ha apelado a esa práctica criminalizadora con los líderes sociales del norte del departamento, aupado por los miembros de su partido en lo local y por dirigentes nacionales como Oscar Iván Zuluaga y Álvaro Uribe Vélez.

Sobre el caso de la Asociación Campesina del Losada Guayabero, Ascal-G, de la cual hacía parte el inmolado Erley Monroy Sánchez Cedeño, no ha ahorrado epítetos para acusar a sus dirigentes de guerrilleros, de extorsionistas y de promotores del terrorismo, sin pruebas, sin tener más argumentos que los propios del uribismo que apelan a crear ambientes peligrosos para quienes luchan por la justicia social. De lo anterior da cuenta una noticia publicada en el Facebook del alcalde en la que acusa a Ascal-G de “usurpadora del espacio que deja la guerrilla” y agregó:

““Por el sector de San Juan del Losada hay una ONG que se llama Asociación Campesina Ambiental Losada Guayabero, Ascal-G, que de una u otra manera quiere usurpar el espacio que deja la guerrilla en cuanto a la extorsión(…).””

En otra expresión que muestra la frialdad del funcionario, éste llegó a asegurar que los líderes de Ascal-G “no son ningunos campesinos. Al parecer hay una cantidad de delincuentes(…)”. Los constantes ataques del alcalde contra el movimiento social y agrario fueron denunciados por la Unión de Organizaciones Sociales de San Vicente del Caguán, UNIOS, cuando el gobierno de Sánchez Cedeño cumplía seis meses. En un comunicado que publicó en su momento Recpsur se denunció que el alcalde “no muestra eficacia en suprimir las prácticas de señalamiento y criminalización a la organización y a la protesta social, como una forma de ambientar el camino hacia la construcción de una paz estable y duradera”.

Además se dio a conocer, en el comunicado, el incremento de los atropellos por parte de la Fuerza Pública, en concomitancia con el discurso del alcalde. En el comunicado se expresa lo siguiente:

““Se han venido incrementando las extralimitaciones en las funciones por parte de las autoridades armadas quienes siguen entorpeciendo y atropellando campesinos indefensos, quemando enceres, robando materiales de trabajo y haciendo judicializaciones sin el debido proceso; acciones que se han venido desarrollando en la Zona de Reserva Campesina de El Pato-Balsillas y las zonas veredales de la inspección de campo hermoso como en La Novia Celestial.””

Además se presenta total silencio ante acciones de tipo de terror psicológico paramilitar por la aparición de grafitis y panfletos, tanto en la zona urbana como en la rural, que auspician un ambiente en contra del escenario de construcción de paz que hoy la nación aspira. Junto a esto no ha habido acciones concretas para investigar a los grupos paramilitares que vienen apareciendo abiertamente identificados en las zonas de Puerto Lozada, La Unión y Cristalina de Lozada, haciendo empadronamientos y amedrentando a la población.

Con estos antecedentes, para las organizaciones sociales de Caquetá, el asesinato de Erley Monroy no se trata de un hecho aislado, sino que corresponde a una estrategia criminal que además de buscar empañar con acusaciones temerarias y peligrosas a los luchadores sociales, quiere borrarlos del camino democrático que se está abriendo con el Acuerdo de Paz. Ante esto el Centro Democrático, y en especial el alcalde de San Vicente del Caguán, han guardado absoluto silencio. Pero cuando se trata de criminalizar a los líderes sociales y agrarios, su palabra sí ha estado presta para acusar y desinformar, creando ambientes peligrosos que pueden terminar en la muerte de los dirigentes sociales, como de hecho le ocurrió a Erley Monroy.

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