Brasil Elecciones: Los retos de las izquierdas fragmentadas.

 

POR ROBERTO AMARAL, Resumen Latinoamericano, 30 septiembre 2016.- ¿Quiénes no aprenden de la historia están condenados a repetir sus errores, y esta es la forma más eficiente de suicidio político.

Me refiero a errores graves, tácticos y estratégicos de las izquierdas brasileña, errores que vienen desde hace mucho, y hoy más que nunca, alimentando las recurrencias de la derecha autoritaria, antidemocrática por naturaleza y conformación genética. Hoy en día el Estado autoritario, se basa en una “dictadura constitucional” que instaló la excepción legal y el “derecho en movimiento ‘, no es casualidad y tenemos que evaluar lo mucho que contribuimos a su aparición y supervivencia agresiva.

En el fondo de la secuencia de errores está la dificultad de la izquierda orgánica de entender correctamente el proceso histórico. Sin visión estratégica, a menudo con el apoyada en una base doctrinal inconsistente, repetimos rutas ya trilladas y que nos llevaran a fracasos rotundos. En términos más generales, nos equivocamos cuando, al elegir correctamente por la vía democrática, no entiendemos la génesis de alianzas electorales y, a menudo saltamos del aislamiento anti-aliancista (PT ayer y ehoy el PSOL) a la promiscuidad de las siglas corruptoras de nuestros programas ( el PT hoy existente), con las consecuencias que estamos cosechando desde 2005, para la desesperación de una generosa militancia.

El “varguismo” (por Getulio Vargas) posterior al 1945 invertió en la alienación de los líderes sindicales transformados en empleados (ocupantes de prebendas) del Ministerio de Trabajo, un fenómeno que la derecha anatematizó bajo el apodo de ‘peleguismo’, contra lo que el PT se afianzó en sus inicios en San Bernardo del Campo. Pero, en el gobierno, el lulismo absorvió a los dirigentes sindicales y sectores importantes del movimiento social, conduciéndolos a la burocracia estatal.

Getúlio Vargas sabía el precio de esta distorsión cuando fue abandonado en el palacio Catete. El reencuentro con las multitudes, en aquel entonces desesperadas, sólo se daría con su suicidio. En la crisis del “lulismo” (por Lula da Silva), son los trabajadores y las masas los elementos más difíciles de movilizar.

Es que la opción democrática, siempre correcta, nos llevó a un electoralismo sin límites, y la disputa del gobierno a un pragmatismo que desgarró programas y valores. Simplemente aceptamos acríticamente el modelo de la política burguesa. En nuestras alianzas electorales nuestros partidos siguen las normas y valores de la derecha, dejando de lado las proposiciones
partidarias. Es la “lógica” de un engañoso “mercado”, concesión que tiende a alejar a los partidos y gobiernos de
izquierda de la lucha en la sociedad y apartar el movimiento de opinión de los grandes colectivos.

Paradigma de esa incapacidad de leer el proceso político para que se ubique correctamente es la división de las izquierdas en las elecciones que acontecerán el domingo, división a la que se suman opciones contradictorias, incoherentes, extrañas, inexplicable, que desorientan a las masas contribuyen a despolitizar y dejar confusos, y huérfanos, a militantes y votantes.
¿Cómo explicar que el peleador PCdoB, que tuvo y ha tenido posturas tan firmes y valientes en la defensa de la legalidad democrática y, por lo tanto, del mandato de la presidenta Dilma Rousseff , esté, en la simbólica Recife (Recife ‘roja’, de Pelópidas Silveira y Miguel Arraes), apoyando a la reelección del alcalde, candidato a derecha y de derecha en contra de John Paul, candidato del PT y de izquierdas, con capacidad de consagración electoral? Y ¿cómo explicar que, en Olinda, el PT tiene su propio candidato, dividiendo a la izquierda y amenazando a la elección de Luciana Santos, presidenta nacional del PCdoB, que compite con el representante del clan Campos?
¿Cómo explicar que en João Pessoa los comunistas apoyen al candidato de la derecha, Cássio Cunha Lima, de José Maranhão, del PSDB, del PMDB, del DEM del PSD y del PSC clan de Bossonaro con quién también están relacionados con las elecciones proporcionales, en contra de la candidata de la izquierda, Cida Ramos?

En Fortaleza, se divide la base de apoyo del gobernador Camilo Santana (PT), que apoya a la reelección del Alcalde Roberto Claudio (PDT), cuyo vice es el diputado Moroni Torgan (DEM), policía mormón y, sobre todo, militante proto-fascista. En Porto Alegre, Luciana Genro (PSOL), que dudaba en denunciar el carácter de golpe de deposición de Dilma Rousseff, es la principal rival de la candidatura de Raul Pont (PT), por lo que se corre el riesgo de no ir a la segunda vuelta.

Y que decir de Río de Janeiro, donde nuestros cuatro candidatos -multiplicidad lejos sin justificación política – son la garantía
de que vamos a estar fuera de la segunda vuelta?
En Sao Paulo, el centro industrial más grande en América Latina, la izquierda, dividida, se pelea por la cuarta y quinta posición y asiste al ascenso de lo que hay de más alienado y reaccionario en la política paulista, y que sirve de regero de polvora al ex alcalde , ex diputada, ex senadora y ex ministra (del gobierno Dilma) del PT – que aterrizó a luchar contra la corrupción junto con Eduardo Cunha, Renan Calheiros, Romero Juca y similares. Y en favor del golpe.

Cuál es el discurso de esas alianzas que se niegan tal una paradoja? Qué es lo que dicen para enfrentar el golpe de estado en proceso, marchando para la venta de nuestra soberanía, para la destrucción de los derechos laborales existentes durante más de siete décadas y la destrucción de los derechos sociales establecidos por la Constitución, después de grandes luchas que cobraran a los sus actores sudores y dolores, desempleo y encarcelamiento, torturas y asesinatos?

Nuestras dificultades no son de hoy en día. Recuerdemos 1954, cuando el PCB aliado faticamente la UDN, y Luis Carlos Prestes se unió con Carlos Lacerda y a la gran prensa, en la campaña por la renuncia-deposición de Getúlio Vargas. En la víspera del suicidio, el periódico la Voz de los Trabajadores, del Comité Central del “Partidão”, circuló con la portada denunciando al presidente como agente del imperialismo estadounidense. Para su vergüenza, el periódico comunista el 24 de agosto, anunció el resultado trágico, y fue, con la Tribuna da Imprensa, de Lacerda, atascado por las masas revoltadas, en el momento en que eran incendiados los camiones d’O Globo, que era entonces ya lo es hoy. La tragedia de Getulio comenzó a escribirse cuando le falló la fuerza para impedir la instalación de la “República de Galleão”, así como la deposición de Dilma Rousseff comienza a ser efectiva cuando la presidenta se encuentra sin fuerzas para nombrar a Lula su ministro de la Casa Civil.

En 1964, la conferencia famosa en el auditorio de la ABI, Prestes garantiza la imposibilidad de un golpe contra Jango. Para un público de jóvenes activistas discursó sobre la “tradición legalista de las fuerzas armadas”, desmentida por la historia pasada y lossiguientes hechos que no supo ver. Meses antes, el mismo Prestes y el PCB, más Leonel Brizola y Miguel Arraes, la UNE (presidido por José Serra, acusando Goulart de comandar un “gobierno de conciliación), Oswaldo Pacheco, líder del Pacto de Unidad y Acción de la Unión, unense a la reacción, a los grandes medios, y, de nuevo, a la UDN y Lacerda, para hacer frente a la aplicación del estado de sitiodecretado por el presidente al Congreso para hacer frente a la sedición fomentada por los gobernadores Carlos Lacerda y Ademar de Barros. Gobierno Jango, aislado, recula. Comenzaba a caer.

El diseño del Frente Amplio como instrumento de unidad de acción de la izquierda, experimento victorioso en 1961 cuando impidió la prueba del golpe que se materializaría en 1964, había sido abandonada, con las consecuencias conocidas (21 años de dictadura), para reanudarse sólo en años 1970-80, de allí entonces con la gente en las calles conducir a la democratización marcada por la implosión del colegio electoral en 1984. Por la mala interpretación del proceso, o el oportunismo electoral, el joven PT se negaria a votar por Tancredo Neves y firmar la Constitución de 1988.

El Frente necesariamente amplio, armado en la sociedad a partir de los puntos programáticos y asimilados, no es el mejor, pero sin duda el único instrumento de la lucha de las fuerzas populares cada vez que el proceso histórico les impone, como ahora, momentos de inflexión o le cobra el confronto a loslos regímenes de excepción. Si un grande y amplio frente – que reuniera a los demócratas y comunistas, civiles y militares, estudiantes y trabajadores e incluso liberales – tuvo un papel notable en la destrucción del Estado Novo, nuestra división en 1954 dejó a Vargas sólo y por lo tanto a merced de la República Galeão. Fue un frente democrático que aseguró en 1955, la pose de Juscelino y Jango; y un frente aún más amplio que aseguró, en la crisis de 1961, la pose de Jango. Por el contrario, nuestras divisiones y el voluntarismo (y el personalismo) de sectores de la izquierda facilitaron el golpismo de estado que tomaria el poder en 1964.

Nuestra crisis actual, va más allá del desorden organizativo y abarca cuestiones ideológicas, llamando a la necesidad de una relectura amplia y audaz de la historia reciente. La lucha concreta revela que habrá entre nosotros “victorias singulares”, que ningún partido de nuestro campo sobrevivirá de la alimentación de la carcasa de otro . La alternativa impuesta por la realidad es la construcción de la unidad, como punto de partida de una política de frente, y la semilla puede ser el victorioso Frente Brasil Popular, desde las bases sociales sin hegemonías, en un movimiento de convergencia que no contribuye a dilapidación partidaria en estas elecciones. Que las pérdidas de hoy nos muestren el camino para futuras victorias.

Traducción: Daniel Matos

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