Haití: “Las elecciones siguen siendo el árbol que nos tapa el bosque”

por Laura Farina y Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano/ 20 de Agosto 2016.- 

Ícono de la lucha por la independencia y la libertad de los esclavos en Nuestra América, Haití ha sido blanco de diversos ataques: desde el colonialismo francés, pasando por el imperialismo norteamericano hasta las catástrofes naturales. En medio de tanta desazón, las próximas elecciones son sólo un árbol que desea tapar un bosque de necesidades, crisis y rebeldías.

El 9 de octubre están previstas las elecciones presidenciales que se suspendieron en enero de 2016 luego de que el pueblo haitiano impidiera una nueva farsa electoral. “Esta crisis deriva en que los de arriba no pueden seguir dirigiendo como antes y los de abajo no quieren seguir viviendo como antes y ahora empiezan a aparecer realmente serias grietas en la dominación imperialista”, aseguró Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina en entrevista con el programa radial de Resumen Latinoamericano.

Luego del terremoto del año 2010, que ocasionó 300 mil muertes, 350 mil heridos y un millón y medio de personas sin hogar, se sucedió un brote de cólera que en tres años causó 8 mil muertes más. Frente a este impotente panorama, las voces de disidencia contra los que mandan comenzaron a multiplicarse. Entonces, “no tienen otra forma de mantener esto que ocupando el país”, sintetizó Boisolin.

“El tema electoral sigue siendo el árbol que nos tapa el bosque. El fondo del problema es que hay una bancarrota tremenda, hay una crisis económica tremenda, hay más del 70 por ciento de la población activa que no tiene trabajo. La epidemia del cólera ha vuelto con fuerza y está haciendo estragos y aparece ahora en lugares donde no existía desde el año 2010, si no fuera por la presencia de los médicos cubanos no sé de cuántas miles de víctimas estaríamos hablando en este momento”, explicó el haitiano.

Al descontento que se plasmó en las calles de Puerto Príncipe y otras ciudades en enero pasado, cuando miles de haitiano desconocieron el llamado a elecciones, hay que sumarle el nacimiento de un frente de izquierda que “surge por necesidad, por pedido, por presión desde abajo para que nos aglutinemos una vez por todas”.  Según cuenta Boisolin, esta organización está conformada por una corriente campesina, un sector intelectual y la clase trabajadora sindicalizada.

“La mayoría de la población haitiana sigue siendo campesina y es el sector menos contaminado por el sistema capitalista, es decir que tienen una tradición de lucha importante. Ese frente no es otra cosa que un frente de liberación, apunta en primer término a la desocupación del país, al retiro de las tropas de ocupación. En un país ocupado no se puede hablar de elecciones soberanas. Haití está ocupado, no hay misión humanitaria”, explicó Henry.

En este proceso de recuperación, de puesta en común, de búsqueda de libertades, de elegir lo propio, también se trató de revisar la historia, de rescatar de los rincones del olvido impuesto a las figuras que convirtieron a Haití en el primer país “independizado” de América Latina, el primero en abolir la esclavitud.

Negro él, Jean-Jacques Dessalines fue el que “condujo realmente a la victoria a los esclavizados en 1804, el que declaró la independencia de Haití, el que venció a las tropas de Napoleón. Hay una recuperación de su concepto de libertad plena: no puede haber libertad sin bienestar material. El internacionalismo de Dessalines está siendo recuperado también. Como Chávez pudo recuperar a Simón Bolívar en Venezuela, los haitianos estamos haciendo el mismo trabajo en este momento”, contó Boisolin.

Aunque los flashes informativos apunten a las próximas elecciones, en Haití se está tejiendo un entramado que tiene su mira puesta en terminar con la ocupación de la ONU, que es una batalla también contra la injerencia norteamericana, el neocolonialismo.

El temor de Henry Boisolin es que, si la cuestión se pone tensa, si el pueblo sale a la calle nuevamente, la ultraderecha quiera repetir la masacre del año 1987, cuando fueron asesinados cientos de campesinos y se crearon escuadrones de la muerte para sembrar el terror e intentar anular la Constitución de 1987, que había sido aprobada masivamente por un referéndum popular.

“Están preparando el escenario para el desembarco de las tropas norteamericanas. Pero lo que sobra es la capacidad de resistencia del pueblo”, anunció Boisolin, como quien quiere dejar claro cuál es el panorama haitiano. Que el árbol no tape al bosque.

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