Venezuela: Día 31. El tiempo de abajo (Por Marco Teruggi)

Por Marco Teruggi, Resumen Latinoamericano, 29 de julio 2016.- Vuelvo a la comuna donde escribí la primera crónica: Píritu Becerra, ciudad de Calabozo, estado Guárico. Es la que inicia el libro Lo que Chávez sembró. Era octubre del 2013, hasta esos días trabajaba en un portal de noticias pagado por cantidad de notas, sin firmas. Si eran buenas la autoría quedaba en manos de quien llevaba adelante la página.

Había ido a través del Ministerio de las Comunas, donde iniciaba mi oficio de cronista. Dos días de visita. En mis recuerdos estaba un calor desesperante, un paisaje de campos hasta el horizonte, tierra rojiza, sembradíos de plátanos, ordeño de vacas, y comuneros con claridad política -los que logramos conocer en esos días.

Recuerdo la historia de su visita a Caracas para despedir a Chávez, marzo del 2013.
Quedó un poema de esa conversación.

Sabía que la comuna está mal. Me lo habían anticipado, y que quienes encabezan las desviaciones eran los compañeros que había conocido. La compañera, sí, con su casita humilde, la gorra de la Milicia Bolivariana, la exprimidora de caña, el terreno con planes de siembra, la foto con la lechoza y la sonrisa. Y el compañero que tenía la casa donde la Sala de Batalla y la cría de cachamas.

-En ese terreno se construyó tres casas y un galpón compadre.
Pasamos adelante, están pegadas a la vía principal.
La gente cuando roba no disimula.

-Aquí cuatro concentraron todo. Funcionaba bien hasta que llegó la plata para construir las casas. Comenzaron a paralelear los consejos comunales y administrar directamente desde la comuna, desde ellos. Se desvirtuó todo compadre.

Al compañero lo sacaron del comité ejecutivo de la comuna -cuestionaba la contraloría. Ahora una terrateniente quiere echarlo -en complicidad con el Instituto Nacional de Tierras (Inti) de Calabozo- de los terrenos recuperados donde trabaja con una cooperativa. Para cada cosa tiene un plan. Lo primero es recuperar Píritu Becerra desde las bases: la comuna lleva nueve meses vencida, y para rearmarla primero se deben actualizar todos los consejos comunales. Ahí ponen la fuerza, se debe ganar con mayoría. Lo de las tierras está cada vez más violento: les costó ya dos días de cárcel, un rancho quemado, las herramientas robadas, un pozo inhabilitado, una pistola en la cabeza de un niño de doce años. Ahora cuando van a trabajar los sicarios andan siempre cerca, arma en mano.

¿Cuánto se puede saber al llegar a una comuna por dos días? No hay que creer todo automáticamente nos decía la coordinadora de prensa del Ministerio.

Como enseñó Nietzsche: la sospecha permanente.

No idealizar sujetos ni procesos tampoco. Las desviaciones pasan, la corrupción puede aparecer en toda escala de la sociedad. Es, según mis informaciones, minoría en el movimiento comunal. Por el mismo control popular, la forma organizativa, el tejido que obliga a rendir cuentas. Debe haber formación/claridad política: es una certeza sin fisura.

Dar plata y no formar un cincuenta por ciento de probabilidad que salga mal.
El error y la derrota son (casi)inevitables en todo intento de transformación.

***
No estamos en Calabozo por la comuna, sino para una reunión del Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora -instrumento sectorial de la Crbz. Me siento a conversar con los compañeros, es vital saber la evolución de los procesos, en particular aquellos que nos marcaron. Los recuerdos son certeros: el calor se torna insoportable -no sopla viento, es el llano más cruel. El encuentro se da en una escuela de techo bajo con ventilador roto: al mediodía, con hambre, sueño y frente mojadas, solo queda para resistir la voluntad y el filo de las palabras que circulan.

La situación campesina está en un momento complejo:
* Desde el 2012 se frenaron las expropiaciones y regularizaciones.
* De 30 millones de hectáreas aptas para la producción agrícola, 70% están manos de terratenientes. En los años de revolución 2 millones fueron expropiadas y cuatro millones regularizadas.
* La población campesina es 4.5% del total en 1999. En la actualidad es el 10.5%.

Esos son los números que me dicen, hay que averiguar más – ¿quién tiene datos certeros? Se avanzó entonces. El costo fue alto: alrededor de 300 compañeros asesinados. Por latifundistas, alianzas entre estos y sectores de los aparatos de seguridad del Estado, sicarios, paramilitares.

¿Cuántos muertos en montes y campos quedaron en el anonimato?

El latifundio sin embargo sigue ahí como organización mayoritaria. Y no hay posibilidad de conformar una nueva matriz productiva sin terminar con esa estructura post-colonial de tenencias de tierras -la derrota de Zamora. ¿Que se debe poner al 100% productivo lo que pasó a manos del Estado? Sin dudas. Pero no son asuntos excluyentes. Hoy pasa lo contrario: los terratenientes, leyendo la correlación de fuerzas nacional/internacional y en alianza con burocracias políticas/ administrativas, piensan que pueden comenzar a recuperar lo perdido. Es lo que llaman en la reunión un proceso de reversión de conquistas. Como las tierras que trabaja la cooperativa en el territorio de Píritu Becerra.

-Mire compadre, un título de tierra del Inti aquí cuesta un millón de bolívares.

Quien tenga la plata tiene el título. En este caso van por la mitad de los trámites. Meses atrás no aparecían en ningún el registro: el mismo Inti había rescatado esas tierras en el 2006 a esos mismos propietarios.

-No están quitando las instituciones, están llenas de escuálidos.

Entonces hay que salir. Para no dejarse quitar lo justo y realizar nuevos avances, como regularizar tierras, traspasar expropiaciones estatales sub-productivas a manos campesinas. Poner en marcha el motor. La cuestión está en el sujeto: mucho campesinado, luego de haber conseguido tierras, títulos y créditos se alejó del movimiento, se asentó en una dinámica exclusivamente productiva. Parte de las etapas, las complejidades del sujeto, lo que una compañera denominó como un utilitarismo invertido:

vanguardias que se entregan y masas que las utilizan para reivindicaciones.

Un plan de lucha entonces. Y ver de qué manera, en qué puntos, qué reclamos, volver a activar un proceso de movilización popular. Hoy solo existen las que convoca el Gobierno en apoyo a determinadas fechas y medidas -los Clap, la Gran Misión Abastecimiento etc. Importantes en cuanto a ocupar las calles, pero desgastantes y sin -esa la evaluación- estrategia.

¿No se podría pensar en un movimiento popular presionando al Gobierno?
Hace mucho que concibo la revolución como un proceso de movilización permanente, desde arriba hacia abajo y también al revés, que obligue a mandar obedeciendo. Nadie obedece si no hay dinámica que empuje a eso. La presión es políticamente imprescindible: para el diálogo necesario, la vitalidad del proceso, la posibilidad de la autonomía -cuando necesaria- dentro del proyecto.

El ADN del movimiento chavista todavía no parece contemplarlo.
Existen sí lecturas de compañeros en este sentido. Faltan espacios unitarios y capacidad de autonomía -económica, base para la política. Las discordancias con la dirección se expresan hoy en artículos de opinión:

un gran límite.

***
Duramos el día en la escuela. Los compañeros son cuadros campesinos, de ropa humilde, palabra de trabajo, formados en estos años: la base chavista, la potencia del proceso. La revolución proyectó a miles de humildes a la política en el sentido amplio: con proyecto, debate, protagonismo, organización, ideas estratégicas. Que se combinó con la realpolitik, la política pequeña de partido y burócratas, pero que fue y sigue esencialmente esa otra: la de Chávez.

Amenazada en esta época. En Guárico centralmente con el asunto de la mega-banda del fallecido Picure y su picurera: una de las expresiones más avanzadas del plan de caotización de la derecha venezolana, guiada por la colombiana -con Álvaro Uribe.

Se trata de un sitio bisagra en el país por su ubicación geográfica -en el centro y frontera con ocho estados. El Picure, formado en la colaboración con grupos policiales que combatían la delincuencia, fue tomando poder y espacio con base en El Sombrero. Sobre ese naciente delincuente operaron expertos de contrainsurgencia, de asfixia del agua del pez, terror en la población. El financiamiento vino por parte de la derecha en sus diferentes vectores: Acción Democrática, María Corina Machado -financiados a su vez por los Estados Unidos y las ganancias extraordinarias de la guerra económica.

-Ella fue cuatro veces a El Sombrero en la campaña, en dos ocasiones no se supo qué hizo.

La información como siempre en Venezuela se consigue muy abajo o muy arriba. En este caso cuenta una compañera del pueblo. Luego de la muerte del Picure quedó la picurera, siempre vertebrada políticamente, pero sin liderazgo claro en Guárico. Pusieron toque de queda en el pueblo y atracan los autobuses que pasan por la vía -con fusiles R15.

-Ahí se alinea todo el mundo, el de derecha y el de izquierda.

La estrategia es reconfigurar el territorio, desplazar la organización popular -la posibilidad misma de organizarse- verticalizarlo todo con balas y orden. Pelearle al chavismo en su bastión. En todo el país. Los dirigentes opositores -siempre hay que recordarlo- son evidentemente clasistas: de sectores altos, del este, del o mai god/no marico o sea/urrible, sin carisma, con esa distancia hacia el otro, ese desprecio inculcado desde la infancia.

La exacta antítesis de Chávez, de la mayoría venezolana.

Por eso disputan desde esa violencia. Y porque saben que funciona, el plan estratégico es mexicanizar Venezuela: fachada democrática y práctica dictatorial. Tercerizar la represión y la muerte -narcos, paramilitares, no importa- y que los negocios fluyan, al igual que la pobreza, prostitución y emigración masiva. En su mismo método de desestabilización la derecha anticipa el país que quiere.

Tenemos que evitarlo a toda costa.
Es de vida o muerte -literalmente.
Las disputas tienen que retomar las calles.

@Marco_Teruggi hastaelnocau.wordpress.com
Foto: Vicent Chanza

You must be logged in to post a comment Login