Un Presidente para la economía de Líbano

Abás Tanus Mafud/Diario Sirio Libanés/Resumen Medio Oriente, 14 de junio de 2016 – El 11 de mayo del corriente año, el diario The Daily Star entrevistaba al ministro de finanzas de Líbano, Ali Hassan Khalil, quien explicaba que el país perdería 1.2 mil millones de dólares debido al bloqueo que atraviesa la actividad parlamentaria. En referencia a este hecho, el funcionario aseveró que “estamos en riesgo de perder 600 millones de USD en proyectos aprobados por el Banco Mundial que requieren un pronto tratamiento en el Parlamento”.

En sintonía con estas declaraciones, el director del Banco Central, Riad Salameh en una nota realizada el 8 de junio para la cadena de noticias CNBC, afirmaba que pese a los problemas políticos que atraviesa el país, la institución bancaria nacional estaba realizando todos los esfuerzos pertinentes para la estabilidad financiera del Estado, enfocándose especialmente, “en mantener el valor de la libra libanesa frente al dólar estadounidense”.

Ambos funcionarios reflejan la preocupación común que sobrevuela los diferentes sectores de la economía nacional. Esta situación es producto de la incapacidad que han reflejado los parlamentarios al no generar un candidato de consenso para ocupar la presidencia –hace dos años que la presidencia de Líbano se encuentra vacante- y el consecuente bloqueo de la actividad parlamentaria, escenario que se traduce en una falta de políticas que atiendan a las necesidades de la economía libanesa.

A pesar de este gran condicionante, al cual debe sumársele la entrada de un millón y medio de refugiados producto del conflicto armado que se desarrolla en la República Árabe Siria, según tradingecomics.com la actividad económica creció a un promedio de 2 puntos anuales desde el 2010, pasando el PBI de 40.08 a 45.73 mil millones de USD en 2014. Asimismo, la balanza comercial en el mes de mayo del 2016 cerró con un saldo negativo de 1,373 millones de USD, sin representar grandes alteraciones en comparación con los primeros meses del corriente año.

Desagregando los datos mencionados en el párrafo anterior, las principales partidas de PBI son: las remesas provenientes del exterior –20% del PBI en base a datos del Banco Central- y el turismo que en el primer trimestre del 2016 generó ingresos por 1355 millones de dólares. Además, según el Ministerio de Asuntos Agrícolas del Líbano, el sector agrícola significó el 4,7% del PBI, teniendo también un rol relevante sobre la tasa de empleo nacional, ya que ocupa al 10% de la PEA, y a ello se le suma el rol activo en el mercado externo a nivel regional –el 73,7% de las exportaciones libanesas de frutas y vegetales tienen como destinos principales: Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Jordania.

Asimismo, otras actividades demostraron una interesante performance en los últimos años. Por ejemplo, de acuerdo con Executive Magazine “la industria del Cine libanés empleó a 1000 personas de forma directa sin incluir el trabajo terciarizado”. Además, el Ministerio de Turismo está desarrollando vínculos con la Embajada en Francia para impulsar diez coproducciones cinematográficas en Líbano. Por otra parte, el sector de servicios no financieros (transporte y gastronomía) vislumbró un claro dinamismo.

Pese al análisis de los diferentes sectores económicos libaneses, para incentivar el crecimiento a tasas con niveles más altos es necesario elegir un presidente que establezca las directrices de la matriz productiva, porque la economía del país no puede depender de una libra libanesa estable frente al dólar estadounidense.

Por otra parte, la presencia de una autoridad presidencial tiene una incidencia determinante sobre el comercio exterior, en este sentido Riad Salameh declaraba en la entrevista para CNBC, “actualmente todas las visitas al país están relacionadas con la crisis de los refugiados y no con la posibilidad de generar oportunidades comerciales”. Demostrando la preocupación por la inserción económica internacional.

Coincidiendo con la autoridad máxima del Banco Central, en una nota publicada el día 2 de junio por el periódico Asharq Al Awsat, el ministro de economía de Líbano, Alain Hakim, sostuvo que “muchas crisis se habrían resuelto con rapidez si tendríamos un Presidente”.

Resumiendo, la economía de Líbano necesita un presidente que transforme circunstancias en oportunidades, potencie el desarrollo de los diferentes sectores, establezca una agenda de inserción económica internacional y desarrolle la cooperación necesaria para resolver los grandes problemas estructurales de la matriz económica, especialmente el transporte, la electricidad y las telecomunicaciones

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