Colombia. Llegó la hora de los pueblos: Es un Paro por la paz y contra el modelo económico

Por Equipo Periferia / Resumen Latinoamericano/ 26 de Mayo 2016 .- 

El movimiento social articulado en la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular y muchos otros sectores de la sociedad preparan una nueva jornada de paro, que invita a construir paz con justicia social y a cambiar el modelo económico. Periferia habló con algunos dirigentes nacionales articulados en la Cumbre Agraria sobre lo que se viene.

Las razones para movilizarse: Un contexto ajeno a los anhelos de paz con justicia social

De acuerdo a lo expresado por Jimmy Moreno, Vocero Nacional del Congreso de los Pueblos, el contexto político actual hay que reflexionarlo en dos ámbitos: el latinoamericano y el nacional, en donde Colombia se la juega en términos de Paz y Movilización. No es posible entender el panorama de nuestro país sin analizar los intereses del imperialismo norteamericano que hoy sostiene de una manera más agresiva una estrategia para recuperar el control de América Latina, y para ello aplica un diseño que destruye a los gobiernos democráticos, alternativos y al conjunto del movimiento popular. “En esa reflexión vemos la importancia de que los movimientos sociales y populares logremos unificarnos en torno a una acción continental que defienda estos procesos alternativos y democráticos… pero que tenga una perspectiva estratégica para sostener los avances alcanzados. Esta debe ser la hora de los pueblos para asumir un protagonismo mayor en los procesos de cambio y la defensa de lo alcanzado, porque la política del capitalismo nos afecta a todos”.

Según Moreno, Colombia se encuentra rezagado en el contexto de cambios de la región, ya que aún no se ha podido construir un gobierno alternativo y democrático, y el contexto resulta más complejo pues el país enfrenta una crisis económica profunda que refleja cómo el capitalismo a través del modelo neoliberal viene en un proceso de degradación de la vida, de los territorios, del planeta, pero es capaz de imponerse ante las crisis y usar estrategias de reacomodo de sus intereses intensificando el modelo en los territorios.

También está el tema de la paz, pues si bien es cierto hay unos procesos de negociación con la Insurgencia, que es respaldado por la Cumbre Agraria, esta señala que el Gobierno Nacional impulsa un modelo de paz contrario a los intereses de las grandes mayorías. “El Estado en medio de la negociación viene profundizando la política minero energética y la crisis económica; el Plan Nacional de Desarrollo está bajo los requerimientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, y eso  tiene que ver con imponernos reformas tributarias, más impuestos, más despojo de nuestros territorios, más privatizaciones, entre otras cosas”, complementa el líder social.

Según el vocero, el contexto es de profunda vulneración de los derechos humanos y falta de garantías para la lucha social y política; “hechos como los del primero de mayo del hombre que le estaba disparando a efectivos del ESMAD, resulta ser un montaje para tratar de criminalizar la protesta social y coincide con el avance de la ley de seguridad ciudadana, que se discute en el Congreso de la República, y el nuevo código de policía que les da facultades para violar nuestros derechos civiles y políticos. Por otro lado, el paro que hicieron los paramilitares el 1° de abril fue parte de una estrategia política y militar, que no solo demuestra su reactivación sino el control sobre unos territorios y la recuperación de otros”.

 Un Paro por la defensa de la vida y para construir paz

Para Luís Acosta, coordinador Nacional de la Guardia Indígena y miembro de la dirección de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, el contexto en el que se desarrollará la Minga Nacional Agraria campesina Étnica y Popular, que es el nombre que ha tomado la jornada de paro, es peligroso:  “El momento político es de alto riesgo porque aunque aparentemente la guerra se ha disminuido en nuestros territorios, es una guerra silenciosa, de penetración de los proyectos económicos de las transnacionales y de repoblamiento de los grupos paramilitares. Es un momento de cambio de estrategia en donde los medios juegan un papel fundamental de confusión de la gente, aquí uno no sabe cuál es el enemigo, porque nos quieren mostrar que ellos los de la burguesía se pelean entre sí, pero seguramente es una mentira. También es un momento interesante de mucha esperanza”.

La jornada del 30 de mayo según el vocero indígena es una oportunidad para levantar un grito de resistencia, “es un campanazo de alerta, un momento para decirles: aquí estamos unidos los pueblos, y es un momento para desenmascarar esa guerra silenciosa y hacerle frente a las políticas del régimen, que son de guerra y violencia en los territorios. El sistema está entero, no es cierto que va a haber paz, hay una situación de desigualdad y esa brecha entre ricos y pobres se distancia cada vez más. Es un momento para la pedagogía, para que la gente entienda que el modelo económico es el causante de las desigualdades, y que la salud, la educación, la vivienda, la alimentación, los servicios públicos, etcétera, se hayan convertido en un negocio. Es un momento para abrazarnos y compartir con nuestros hermanos afros e indígenas en la lucha. Movilizarse por la defensa de la vida es el mejor ejemplo de construir paz”.

Que se cumpla lo incumplido; que participen los pueblos

Esa realidad de país expuesta por los líderes de la Cumbre Agraria, es compartida por otras organizaciones sociales y políticas, por los camioneros, víctimas, mujeres y sectores sindicales. Por eso vienen impulsando la realización de una nueva jornada de movilización de carácter indefinido a partir del 30 de mayo de 2016. Dicha jornada tiene como propósito central confrontar el modelo neoliberal que como lo expresaron los líderes sociales es un modelo de saqueo, de despojo de los territorios, de empobrecimiento de las comunidades. El paro también permite generar escenarios de articulación para mejorar las condiciones de la lucha social y popular. En ese sentido el Paro, o la Minga como también se ha llamado, adquieren un carácter político porque confronta políticas nacionales del Gobierno, y un carácter reivindicativo porque busca alcanzar unos acuerdos  mínimos para avanzar hacia propuestas de cambios y transformaciones a favor de las comunidades.

Según lo expresa Miguel Ángel Cassiani Chico, dirigente Nacional de ANAFRO y del Proceso de Comunidades Negras (PCN), “el Paro Indefinido o Minga busca presionar al Gobierno Nacional para que cumpla los acuerdos que se han hecho con la Cumbre. De estos escasamente han cumplido con algunos proyectos económicos para la reactivación del campo en favor de las comunidades negras, campesinas e indígenas y eso no se ha cumplido a cabalidad teniendo en cuenta que está plasmado en un documento firmado con el Ministerio de Agricultura desde hace casi dos años, y esa falta de cumplimiento es la que nos da pie para volver a movilizarnos para exigir el cumplimiento de los acuerdos”.

Los indígenas tienen, además, propósitos adicionales, uno de ellos es el fortalecimiento de la Guardia Indígena. Su coordinador nos explica: “La Guardia es una iniciativa que retomaron nuestros pueblos de la resistencia milenaria; es una realidad que busca mantener la defensa del territorio y el equilibrio y la sana convivencia de nuestro pueblo. No utilizamos armas, pero sí autoridad. Somos miles y por esto requerimos recursos, financiación para profesionalizar y especializar a la guardia, su funcionamiento, su formación técnica, física y académica, todo lo que esta requiera para desarrollar su labor de defensa del territorio, el agua, la comida y el buen vivir de las comunidades, dentro de la ley y la constitución que contempla la Jurisdicción Especial Indígena; la Guardia Indígena es una verdadera realidad de paz y sería de gran apoyo en los territorios en estos momentos que se van a firmar los acuerdos de paz. El guardia presta seguridad desde la vida, desde lo humano y no desde lo militar armado”.

Según Juvenal, consejero de la ONIC, el pueblo indígena tiene 28 mesas de negociación con el Gobierno y 1402 acuerdos incumplidos. Por eso ellos han recorrido cada palmo de su territorio, a nivel nacional, para impulsar la participación de los diferentes pueblos indígenas  en la preparación y ejecución de esta jornada. Para ellos es fundamental que sus pueblos conozcan las razones de su lucha y lo hagan con el espíritu, el cuerpo y el corazón. Serán miles los que participen en el Paro.

Romper la marginalidad, que nos sumemos todos y todas

Las diferentes voces del Movimiento Social manifiestan que uno de sus propósitos es convocar al conjunto de la sociedad, a los millones de colombianos y colombianas que están cansados de soportar las injusticias de un modelo económico y político que los hunde cada vez más en la miseria y la exclusión.

Para Sandra Solano, Vocera Nacional de Confluencia de Mujeres para la Acción Pública “el espacio de la Cumbre es un espacio de unidad que hay que seguir fortaleciendo desde las diversas organizaciones y desde el movimiento social en general. La tarea es salir a enamorar a la gente de este escenario y de la movilización; en esa actitud estamos todos los sectores que aquí confluimos, pero sobre todo para hacer una convocatoria muy amplia que recoja las luchas territoriales, que recoja las luchas de sectores y organizaciones que no hacen parte de este proceso, y esa es la gran tarea desde los territorios y desde los sectores también”.

Por su parte el dirigente nacional de ANAFRO señaló que “venimos haciendo muchas reuniones sectoriales dándole a conocer a los procesos que no están vinculados en la Cumbre Agraria, de la importancia no solo de este espacio sino de que nos movilicemos todos los sectores, incluso procesos independientes que han estado más solos y mucha gente que está suelta. Queremos que se involucren en este gran proceso nacional porque la Cumbre es un proceso para que Colombia entera tenga las garantías que el Gobierno nos debe brindar”.

La Paz con Justicia Social, una tarea de los pueblos

Al igual  que jornadas de movilización anteriores, este nuevo momento también busca abrirle caminos a la construcción de la Paz con Justicia Social y como una tarea que corresponde al conjunto de la sociedad. En palabras de Jimmy Moreno, “un objetivo central es la participación en clave de Paz, el Gobierno tiene la oportunidad de sentarse con las comunidades a negociar el conflicto social que tenemos y en esa perspectiva, en la Cumbre hemos dialogado sobre la importancia de poner sobre la agenda la participación vinculante de las comunidades. En esa línea venimos unificando el pliego y diseños de movilización, en la perspectiva de la confrontación al modelo y la construcción de paz desde las apuestas populares”.

“Una de las exigencias – expresa Cassiani- es que nosotros como etnias negras, indígenas y campesinos, tengamos una representación propia en las mesas de negociación, ya que allí se está hablando del campo que es donde nosotros estamos, y lo que vemos es una afectación desde ya en un escenario de “postconflicto” por el modelo que existe. Eso es lo que nos tiene preocupados y por eso exigimos la representación en esos escenarios de dialogo”. Luis Acosta sostiene que el Paro, la movilización, por sí sola es un acto de paz, “son los ejercicios legítimos de proteger la vida; para los pueblos indígenas la paz es la vida misma de la gente, no se puede entender como una coyuntura. La paz es que haya agua, alimentos. El paro es para defender el agua y confrontar a los que quieren acabar la vida de la naturaleza, y como el modelo la quiere acabar hay que derrotar el modelo”.

De igual manera para Sandra Solano “esta movilización nos va permitir mirar nuestra correlación de fuerzas y ampliarla también. En ese sentido la acción de movilización busca generar presión al Gobierno colombiano para que se siente a negociar con el pueblo; aunque ya con la Cumbre se ha sentado, hay un montón de acuerdos incumplidos por parte del Gobierno Nacional, y   es importante que la movilización sea un elemento de presión pero también de cómo vamos cualificando fuerzas y llamando al conjunto de la sociedad colombiana”.

En suma esta nueva jornada hay que entenderla como un respaldo a los procesos de paz que buscan una solución política negociada al conflicto armado, económico, social y político. Es una jornada que quiere derrotar el modelo económico, que busca que las decisiones sobre el manejo del país no las tome solo el Gobierno Nacional sino el conjunto de la sociedad, como corresponde a una democracia. Esta Minga, según los líderes sociales se debe aprovechar para difundir esa perspectiva de paz con justicia social y ambiental, una paz con cambios y transformaciones. Una paz construida con participación activa de las comunidades, que presione al Gobierno Nacional a sentarse a negociar los conflictos sociales que golpean a la Nación.

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