Hace 126 años nació “el que ilumina”, Ho Chí Minh, patriota independentista vietnamita

Poeta, político y presidente (1954-1969) de la República de Vietnam / Desde 1959, hizo frente a la invasión de EEUU, derrotándolo después de década y media, y de 5 millones de vietnamitas masacrados

Resumen Latinoamericano/19 de mayo de 2016.- Hace 126 años, nació el líder del movimiento independentista vietnamita, Ho Chí Minh, insigne revolucionario y marxista, quien fuera fundador del Partido Comunista de ese país, y presidente del mismo entre 1945 y 1969.

Además de participar en la formación de la República Democrática de Vietnam, organizó el Ejército Popular de Vietnam y el Frente de Liberación Nacional (Vietcong), durante la cruel y despiadada guerra que provocó EEUU en esa nación sur-asiática.

Ho Chí Minh nació en la región de Annam, en el centro de Vietnam, el 19 de mayo de 1890. Su verdadero nombre era Nguyen Sinh Cung, pero la clandestinidad en que vivió siempre le obligó utilizar innumerables apodos para escapar de la persecución policial. El nombre de Ho Chí Minh significaba “el que ilumina”; otras veces se hizo llamar Nguyen Ai Quoc, “el patriota”, o Nguyen Tat Thành.

Este líder se enfrentó a los imperios que explotaban a su nación. En 1938 entró en contacto con Mao Zedong en China, desde donde pasó a Vietnam en 1941, para participar en la lucha contra Japón y contra la Francia de Vichy, en el marco de la Segunda Guerra Mundial (1939-45). En 1941, condenado a muerte por las autoridades coloniales francesas, debió huir para refugiarse en la Unión Soviética.

En 1943 tomó el mando de la insurrección nacional vietnamita contra los franceses, adoptando el nombre de guerra de Ho Chi Minh (“el que ilumina”).

En 1945 vio reconocida formalmente la independencia de la República Democrática de Vietnam, pero, al terminar la guerra mundial, con la derrota del Japón, los vencedores decidieron en la Conferencia de Postdam dividir a Vietnam en dos zonas: la República Democrática de Vietnam al norte, dominada por Ho Chí Minh, y una zona de ocupación británica en el sur, que luego Inglaterra cedió a Francia en 1946.

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Los franceses provocaron otra guerra, al negarse a reconocer al nuevo Estado independiente del Norte e intentar recuperar por la fuerza el control de sus antiguas colonias de Indochina. La guerra se saldó con el triunfo norvietnamita tras la batalla de Dien Bien Phu (1954), que obligó a Francia a reconocer la existencia en Indochina de cuatro Estados independientes: Laos, Camboya, Vietnam del Sur y Vietnam del Norte, este último bajo gobierno de Ho Chi Minh.

Vietnam socialista contra agresiones de EEUU

En 1954 se estableció en Vietnam un régimen socialista alineado con la Unión Soviética, que impulsó una profunda reforma agraria y se esforzó por impedir la corrupción y el abuso de poder, manteniendo un liderazgo carismático basado en compartir las decisiones políticas y en mantener un estilo de vida austero y popular. o Chpi Minh prosiguió su lucha revolucionaria por la reunificación de Vietnam, prestando apoyo desde el norte al movimiento guerrillero comunista del sur (Vietcong), que se enfrentaba a una dictadura sostenida por la ayuda militar de Estados Unidos.

A partir de 1959, Vietnam tuvo que hacer frente a la invasión de los Estados Unidos, que abiertamente apoyaba a las autoridades del sur, en una guerra que duró década y media, dejó cinco millones de vietnamitas muertos y tres millones de personas víctimas de los efectos tóxicos del agente naranja. En esa guerra, EEUU lanzó más de siete millones de toneladas de bombas y 100.000 toneladas de sustancias químicas tóxicas, más que las empleadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero la derrota norteamericana estaba escrita, y desde 1968, el presidente norteamericano Johnson abrió negociaciones de paz con Vietnam del Norte, que se completarían bajo el mandato de Nixon.

Victoria y siembra:

Sin embargo, el líder y fundador del movimiento, Ho Chi Minh, murió antes del fin de la guerra, sin llegar a ver la retirada estadounidense (1973), el hundimiento militar de Vietnam del Sur (1975) y la reunificación del país bajo un régimen comunista (1976). En su honor, las autoridades vietnamitas pusieron el nombre de Ciudad Ho Chi Minh a la antigua capital de Vietnam del Sur, Saigón (1975).

Cuando en 1975, seis años después de la muerte de Ho Chí Minh, los combatientes vietnamitas derrotaron a las tropas estadounidenses, sus carros de combate portaban pancartas con el mensaje: “Tú siempre marchas con nosotros, tío Ho”.

El cantautor chileno Víctor Jara dedicó a la figura de Ho Chi Minh su tema El derecho de vivir en paz. También el venezolano Alí Primera, el cantor del pueblo, honró su memoria con la canción Inolvidable Ho Chi Minh.

El 2 de septiembre de 1969, Ho Chí Minh murió en su casa de Hanói, tras sufrir un paro cardíaco. Contra sus deseos de ser cremado, el gobierno ordenó que fuese embalsamado. Su cuerpo se exhibe en un impresionante mausoleo ubicado en la plaza Ba Dinh de Hanói.

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Vietnam: el país que soñó Ho Chi Minh

Las imágenes y noticias que llegan desde Vietnam, confirman que esa nación es hoy muy diferente y que el sueño de Ho Chi Minh de construir un país diez veces más hermoso ya se hizo realidad

Por  | 19 de mayo de 2016

La tierra que soñó el Tío Ho se distingue hoy, en el aniversario 126 de su natalicio, por su vertiginoso ascenso y capacidad de transformación. Foto: Osvaldo Salas

Hace 43 años, cuando se produjo la retirada completa de las tropas de Estados Unidos, Vietnam era un país donde más de 25 millones de personas vivían en la miseria.

Las imágenes y noticias que llegan desde Vietnam, confirman que esa nación es hoy muy diferente y que el sueño de Ho Chi Minh de construir un país diez veces más hermoso ya se hizo realidad.

Gracias a la aplicación de la política de Renovación (Doi Moi), el por ciento de la población que vivía bajo el umbral de pobreza pasó de un 58 % a un 14,5 % y Vietnam logró un ritmo de crecimiento que lo coloca en el club de los países emergentes.

La tierra que soñó el Tío Ho resalta hoy, en el aniversario 126 de su natalicio, como ejemplo para todos los revolucionarios del mundo y se distingue por su vertiginoso ascenso y capacidad de transformación en un corto periodo de tiempo.

Treinta años después la mayoría de las metas de entonces se han cumplido y el modelo de los vietnamitas, de referencia mundial, busca ahora nuevos impulsos.

Durante la celebración del XII Congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV), se esbozaron los nuevos objetivos que el desarrollo socioeconómico de la nación impone y se reafirmó la industrialización del país como una las grandes ta­reas para los próximos años.

Según han declarado, los vietnamitas se sienten orgullosos de haber cumplido el deseo de su máximo guía, y ahora se proponen  construir un país 50 o 100 veces más hermoso y próspero.

Cuando Ho Chi Minh nació, el 19 de mayo de 1890 en la provincia de Nghe An, Vietnam llevaba 30 años bajo la ocupación francesa. El yugo colonialista al que estaba so­metido el pueblo se contraponía con los deseos de independencia y libertad de un joven que muy pronto tomó conciencia del cambio que deseaba para el futuro de su tierra.

Para esa nación, de 93 millones de habitantes, convertirse en un país industrializado constituye una de las prioridades de esta nueva etapa del desarrollo.

La política económica di­señada por sus autoridades y aprobada en el XII congreso partidista, proyecta las rutas por las que navegarán en los siguientes años.
Debido a la obra de renovación, que logró estabilizar el ritmo de crecimiento de su economía alrededor del 7 %, Vietnam pasó de ser una nación pobre a una de in­greso medio.

Para lograr el propósito de la industrialización, marcado para el 2035, la nación del sudeste asiático deberá registrar, como mínimo, un ritmo de crecimiento similar o superior al alcanzado en años recientes.

Renovar la estructura económica, lo que implica el uso de los recursos de manera más eficiente; elevar la productividad y fortalecer la es­tabilidad macroeconómica, así co­mo desarrollar los recursos hu­ma­nos para mejorar la competitividad en un mundo permeado por la tecnología son, a primera vista, al­gu­nos de los retos esenciales planteados por los vietnamitas para consolidar su progreso.

Más allá del avance financiero, a lo largo de la historia, el empeño por resolver los problemas sociales ha sido parte del proceso de renovación de Vietnam. En la actualidad los Objetivos de Desarrollo del Milenio, trazados por las Naciones Unidas, aparecen como puntos clave en su camino hacia la prosperidad.

La erradicación de la pobreza, enseñanza primaria universal, re­ducción de la mortalidad infantil y la conservación del medio ambiente, entre otros, constituyen temas esen­ciales para el gobierno, conocedor de que solo así podrá emular a los países industrializados.

El Tío Ho, a lo largo de su vida, venció a los franceses y combatió a los estadounidenses. La muerte se lo llevó antes de tiempo y no pudo ver el triunfo sobre los yanquis y la reunificación de su patria.

Consciente de que sus hijos sabrían construir el país anhelado, en su testamento solo lamentó no poder seguir acompañándolos. “Du­rante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria, a la Revolución y al Pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no hay nada que sienta más que no poder servirlos más tiempo”.

De aquí al 2035, cuando se cumplan 50 años de la Renovación que cambió al país por completo, el mun­do comprobará si se cumplió o no el nuevo empeño de la nación de Ho Chi Minh. La mayoría de los expertos convidan a confiar en el éxito de un Vietnam industrializado, no solo por la buena salud de sus indicadores económicos, sino también porque la humanidad cuen­ta con sobrados ejemplos de lo que ese pueblo es capaz de hacer.

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