El tour mediático de la oposición venezolana
Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, “il manifesto”, 05/05/2016 .- Puertas abiertas, en Italia, a los representantes de la MUD
6 de mayo 2016.-Que la propaganda sea un fuerte motor de la política en cada latitud, es un hecho: para nobles o menos nobles causas. Sorprenderse, no ayuda. Ver a la grande prensa a remolque de una sola campana, hasta el punto de voltear los términos de la cuestión, todavía causa efecto. Posible- nos preguntamos- que a nadie le venga en mente de verificar las informaciones que se transportan, los curriculum de los personajes y las pertinencias de sus afirmaciones? En cambio no. La visita en Italia de algunos representantes de la oposición venezolana ha sido auspiciada en caja cerrada y sin un mínimo de contraste, sea a niviel mediático que político.
Protagonistas de una kermesse que durará algunos días, Leopoldo Lopez Gill, Vanessa Ledezma y el sociólogo Tomás Paez. Apoyados por un grupo de empresarios y de fuertes lobbies internacionales, el grupo ha organizado también un encuentro en un grande hotel romano, al cual han participado un centenar de personas.
En una atmósfera “coppoliana” , entre un premio al “buen papá” e invocaciones a la Vírgen de Coromoto, entre una lagrimucha y un chiste razista, desde la mesa pasa una secuela de afirmaciones falsas o atolondradas, dignas de los tiempos en los que los comunistas “se comían a los niños”. Difícil escapar a un efecto distanciante, frente a un Lopez Gill transformado en un sufriente querubín, perseguido por una feroz dictadura. El pedigree del conferencista de Voluntad Popular es el de un exponente de la alta burguesía venezolana, que por veinte años ha estado en la dirección del periódico El Nacional.
Figura entre los firmantes del Decreto Carmona, con el que el jefe de la local Cofindustria, Pedro Carmona Estanga, llevado al poder por un golpe de estado, suspendió todas las garantías institucionales y dió lugar a una enérgica represión: fue durante el golpe contra el presidente democráticamente electo, Hugo Chavez, en abril del 2002. Un golpe decidido en Washington y orquestado por la oligarquía local con la complicidad de las altas jerarquías de la iglesia católica: que duró sólo dos días porque el pueblo llevó a su legítimo representante a su puesto.
En aquellos días, Leopoldo Lopez, hijo de Gill, entregó a la historia una serie de performance nada pacíficas. Entre estas, el secuestro del personal de la Embajada Cubana, perpetrado junto al futuro candidato presidencial, Henrique Capriles Radonski.
Actos que, como demuestran numerosos videos, Lopez ha repetido durante las violencias en las plazas del 2014, que han provocado 43 muertos y más de 850 heridos: la mayor parte de las víctimas (fuerzas del órden) han sido asesinadas con disparos de arma de fuego, otros (trabajadores que regresaban a sus casas en la noche) han sido decapitados por los hilos de fierro tendidos para hacer caer a los motorizados. Víctimas provocadas por la campaña lanzada por Lopez hijo, Antonio Ledezma y Maria Machado (“la salida”) para echar por la fuerza a Maduro del gobierno. Todos grandes amigos de Washington y destinatarios de sus anuales financiamientos, directos o disimulados (como la Red Democrática Universitaria de Tomas Paez).
En efecto, nadie a hecho misterio de que las organizaciones de apoyo en el exterior sean “nacidas en Miami”: donde actua el gran perturbador de la economía venezolana (el lugar del cambio paralelo Dolar Today), donde termina buena parte del río de dinero sustraído por las grandes empresas al gobiero para inversiones que no se hacen nunca, y donde han huído banqueros fraudolentos y golpistas que la coalición de Lopez quisiera amnistiar.
Paez y Lopez han acusado a Diosdado Cabello de dirigir un cartel mafioso. Y sinembargo en los Panama Papers figuran numerosos nombres de la oposición (uno por todos, el jefe de la coalición parlamentaria, Julio Borges), pero no el de Cabello y su companeros. Y las confesiones de un destripador inscrito a Voluntad Popular exponiendo todos los trapos sucios (y violentos) de la oposición.
Pero las acusaciones a Cabello han tomado forma en Miami y en Madrid, donde los Lopez han obtenido ciudadanía gracias también a las consonancia vistas en la idea de “soberanía” con la corona española. Tumbar la estatua de Colón –ha escrito Lopez Gill- es igual a las estatuas tumbadas por el Isis en Palmira, porque Bolívar y Miranda eran españoles.
Que luego de la “feroz tiranía” dirigida por Maduro sea pasada a través del consenso de las urnas, tanto que la oposición ha vencido las parlamentarias, poco importa. Y los políticos detenidos por hechos gravísimos, aunque si como Ledezma están ya al arresto domiciliar, son “prisioneros políticos” barbaramente torturados: aunque si –como testimonian videos y documentos – gozan de todas las garantías. Aunque si “la tumba” – un subterráneo donde torturaba la policía política junto a los anticastristas de Miami – ha existido sólo durante la IV República: durante el Consenso de Washington que Lopez y los suyos quisieran restaurar.
Traducido por Gabriela Pereira
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