Buenas noticias sobre Venezuela

Por Guillermo Cieza, Resumen Latinoamericano, 22 febrero 2016.- Como  no faltan las malas noticias sobre Venezuela, voy a tratar de resaltar algunas buenas. La distancia limita los elementos de análisis, pero también permite mirar desde una perspectiva diferente, con menos enojos  y ansiedades.

En cuestiones de contexto advierto  cambios favorables que pueden aportar a mejorar la salud del proceso bolivariano que es calificado  según distintas opiniones  como “hospitalizado en sala general”, “en terapia intensiva” o en” fase terminal”.

1) La primera buena noticia es que parece confirmarse la recuperación de los precios del petróleo. El acuerdo Rusia, Arabia Saudita, Catar y Venezuela al que se sumó Irán  expresa una nueva etapa de compromisos de los grandes países petroleros, que empezarán a actuar en un escenario signado por la importantes pérdidas que están recibiendo las inversiones en fracking.. Parece evidente que la baja de precios ya tocó el piso y se empieza a producir un rebote cuyos alcances son difíciles de dimensionar. Algunos especialistas pronostican que los precios se recuperarían este año por encima de los 45 dólares y que las grandes alzas se producirían en el año próximo, pero en un mundo donde los fondos de inversión son muy volátiles, el pronóstico de un futuro de alzas puede adelantar los plazos

2) La segunda  buena noticia es que a partir de marzo y con continuidad en abril y mayo se esperan en Venezuela lluvias por encima de lo normal, con una mejora que se irá  trasladando desde Occidente hacia Oriente. El dato es importante porque el país ha vivido un periodo inédito de tres años consecutivos de sequía, que afectan las plantaciones y el conjunto de la producción agropecuaria.

Mas lluvia significa mayor producción agropecuaria, y mayores volúmenes de oferta que disminuyendo la escasez,   crea condiciones para que se detenga la escalada de precios de los alimentos.

3)  La tercera buena noticia es que se ajustaron los precios de la gasolina y no se incendió el país como pronosticaban algunos agoreros. Puede discutirse la dimensión del ajuste, si fue mucho, o si fue poco; pero lo importante es que se rompe el mito de que el gobierno no puede aumentar la gasolina porque se produce un Caracazo.

4) La cuarta buena noticia es que todavía la oposición no ha podido unificar una estrategia para derrocar al gobierno. Han pasado casi dos meses de que asumieron y han actuado en forma espasmódica oscilando entre los grandes anuncios de botar al presidente en seis meses y  no hacer nada apostando a que la guerra económica siga desgastando al gobierno.  Por lo menos habría que apuntar que ya han perdido los dos primeros meses donde no han podido  avanzar  generando hechos masivos en las calles, ni como movilizaciones  políticas opositoras, ni como explosiones sociales. Tampoco han puesto en marcha los mecanismos para promover un Referéndum Revocatorio.

5) La quinta buena noticia es que el chavismo no implosionó  después de la derrota electoral del 6D. Se han producido cambios en el gabinete, se han  construido nuevas relaciones de fuerzas cupulares donde hubo ganadores y perdedores, hay desconcierto, malestar, pesimismo, pero no se han producido fracturas importantes, ni ninguna fracción  importante del chavismo, ni de las Fuerzas Armadas ha salido a desconocer el liderazgo del  Presidente.

6) La sexta buena noticia es que en el pico mas bajo de su crisis el país conserva niveles de empleo altos. Empleos con sueldos devaluados, con un crecimiento de la informalidad, pero empleos que al fin de cuentas están impidiendo que familias queden totalmente desamparadas o puedan ser manipuladas para salir a la calle por hambre. .

 

Todas estas buenas noticias no pretenden desmentir lo evidente.

Esta claro que el proceso bolivariano esta en la mira del imperio, y que para desestabilizarlo ha desatado una infernal batería comunicacional, financiera y económica. Derrocar al presidente Maduro es una prioridad de primer orden en la agenda norteamericana y de sus socios europeos, y si no lo han hecho es porque el nuevo orden internacional les dificulta una intervención militar directa, y porque hacia lo interno no han podido quebrar a las fuerzas armadas, ni fragmentar al  núcleo duro del chavismo.

Esta claro también que el proceso venezolano no ha podido pudo concretar la última gran preocupación de Chávez de llegar a un punto de no retorno en  el avance al socialismo. Peor aún, ha retrocedido en esa dirección.

El recorrido de Miguel Pérez Abad un empresario que en pocos años se convirtió de mero apoyo táctico, como nexo con algunos empresarios que no adversaban abiertamente con el proceso, a personaje incorporado al mayor nivel de decisión, como  Viceministro de Economía Productiva y  Ministro de Economía, da cuenta de este retroceso.

La dramática convocatoria del Comandante  Chávez de “Comunas o Nada” con el Golpe de Timón, parece burlada con la reaparición en el gabinete de personajes reconocidos por su desconfianza en el poder comunal.

El reconocimiento de lo que es indisimulable  no nos conduce inexorablemente a diagnosticar que la revolución está perdida.

Creo que hay una visión catastrofista que no se corresponde con la memoria histórica del pueblo venezolano y con la gesta independentista a la que frecuentemente se asocia.

¿En cuantas oportunidades  pareció que la independencia  estaba pérdida, salvo para Simon Bolívar y su círculo de extrema confianza?

No hay más que repasar esa gesta para advertir que los procesos históricos son zigzagueantes, con sus alzas y sus bajas, y determinados en última instancia por las decisiones de los pueblos.

En el momento mas duro del proceso bolivariano, donde la concertación de la baja de precios del petróleo, el azote climático, la ofensiva mediática y económica, mas los lastres de la matriz económica petrolera rentista y la matriz  política rentista clientelar han provocado el desastre de la derrota del  6D,  no se ha provocado una desbandada de las fuerzas chavistas, ni el Presidente ha proclamado públicamente su  rendición, ni ha renunciado.

Advierto que se plantea un escenario de 11 de abril de 2002, sin contemplar que puede producirse un 13 de abril. Este mismo pueblo que  fue desbordado en el primer round de la guerra económica y no pudo impedir la conquista de la Asamblea Nacional por parte de la derecha,  es el mismo pueblo que rescató a Chávez, que derrotó al paró petrolero y venció a las guarimbas.  Todavía no  ha dicho su última palabra.

Sobre lo que puede hacer o dejar de hacer el pueblo advierto que en cierta intelectualidad de izquierda hay un cierta reversión,  un regreso a la etapa prechavista, mas pendiente de las acciones y opiniones del círculo cercano, que de la confianza en lo que puede generar el protagonismo popular, en lo que Aquiles Nazoa llamaba “los poderes creadores del pueblo”. Ese retroceso se expresa en  variantes que no son ajenas a  la izquierda prechavista: el apego al burocratismo, o al  derrotismo ilustrado.

Por fuera de esos análisis pesimistas (no hay mayor pesimista que un burócrata),  conozco numerosas iniciativas de movilización popular que se están apuntando pequeñas victorias en la guerra económica, triunfos populares visibles como haber impedido el desalojo de los trabajadores de “Proletarios Uníos”. Ex Brahma, en el Estado de Lara,  y algunas iniciativas que expresan confluencias de grupos y movimientos populares tratando de reducir la distancia entre las organizaciones de base y los dirigentes del alto gobierno que no han renunciado al horizonte socialista. Esta en germen una recuperación de la iniciativa política por parte del chavismo popular que sigue resistiendo desde las comunas, los consejos de fábrica y las empresas recuperadas, que sigue militando cotidianamente en los territorios, los lugares de trabajo y estudio.

Apoyar ese río subterráneo con militancia, parece ser la tarea mas importante en estas horas difíciles.

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