La verdad sobre la exhumación de los restos de Camilo Torres

26 ene. Resumen Latinoamericano / Colombia Informa.- La exhumación de los restos del cura, sociólogo y guerrillero Camilo Torres Restrepo, causó revuelo entre simpatizantes y detractores de las ideas de cambio social por él promovidas. Hay muchas dudas sobre el destino de sus restos, justo en el marco del aniversario número 50 de su muerte en combate.

Según detalló el Padre Jesuita Javier Giraldo, en la mañana de ayer “se llevó a cabo una diligencia de exhumación en el panteón militar de la Quinta Brigada de Bucaramanga porque, desde hace un tiempo, hay indicios de que ahí podrían haber ocultado los restos del padre Camilo Torres”. La tumba exhumada indicaba el nombre de Mario Cáceres, un Cabo Segundo, que figura con fecha de muerte del 14 de octubre de 1965.

Giraldo aclaró que no es seguro que los restos encontrados sean los de Camilo, a la vez que recordó las declaraciones del General Álvaro Valencia Tovar a propósito: “El General dijo públicamente que él había entregado los restos al hermano de Camilo, Fernando Torres, un médico que siempre vivió en Estados Unidos.  Ciertamente hubo un carteo, una correspondencia entre el general Valencia y Fernando, pero también hay indicios de que el general quiso convencer al país de que él había entregado los restos. Eso no es cierto, hay una carta del mismo Fernando del año 2001 en la que, después de las declaraciones del General, Fernando lo desmiente”.

Lo único cierto, para Giraldo, es que se cree que el destino de los restos fue controlado por el general Valencia y que hay algunos indicios de que en el panteón militar pueden estar los restos. “Familiares de Camilo y personas muy allegadas, que desde hace muchos años han suspirado por la entrega de los restos, hicieron una acción legal, una petición formal a la Presidencia de la República para que se permitiera explorar el osario, que se tomaran unas muestras y se confrontaran con los restos de la madre de Camilo y para ver si corresponden”, indicó.
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Para el abogado Leonardo Jaimes, también presente en la exhumación, más que un gesto de buena voluntad de parte del Presidente Juan Manuel Santos en relación al camino hacia los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional –ELN-,  “es una obligación del Estado, un derecho de la familia y de la sociedad en general si asumimos que Camilo es un símbolo para América Latina y para el mundo”. En su criterio, el episodio de la exhumación es “el inicio de un proceso de dignificación, más que un gesto de buena voluntad es una obligación entregar los restos del padre Camilo Torres Restrepo”.

El papel de Camilo

Javier Giraldo resaltó que la memoria de Camilo es muy importante dentro de la historia de Colombia: “Su vida causó un impacto profundo en el mundo académico, en el mundo religioso, en el mundo social y también en los movimientos guerrilleros, es una vida muy polifacética pero muy coherente, tiene un mensaje y un compromiso muy radical con un cambio del país hacia un nuevo modelo de sociedad más justa, más humana, entonces él se convirtió en un símbolo de alguien que se juega la vida hasta las últimas consecuencias por buscar una sociedad más justa”.

En su criterio, el tema de sus restos compete no solo a la familia (ya quedan muy pocos familiares vivos), sino a quienes están interesados en que Camilo tenga un espacio de referencia para su memoria: “En nuestra tradición cultural la tumba es el contacto simbólico de la familia, de los amigos con la persona que fallece y mucha gente reclama el espacio de Camilo, tener el referente de su vida, de su memoria, de su existencia física”.

En los últimos 50 años se han presentado muchas manifestaciones para reclaman los restos de Camilo, empezando por su mamá, quien acudió ante el papa Pablo VI en su visita a Colombia: “Ella  escribió una carta muy conmovedora pidiéndole al papa que le ayudara a rescatar los restos. También le escribió al presidente de esa época, el Carlos Lleras Restrepo con fundamentos legales; acudió al derecho de petición y citó artículos de la Constitución y la legislación colombiana. El presidente ni siquiera le respondió. Hay un clamor que ha atravesado cincuenta años”, manifestó el Padre Giraldo.

Ilegalidad, incumplimiento y mentira

El paradero real de los restos de Camilo es un secreto que Javier Giraldo calificó de ilegal: “En la petición que se hizo se citaron tratados internacionales que han sido violados como, por ejemplo, los convenios de Ginebra de 1949, firmados por Colombia en 1960. Hay toda una jurisprudencia del Comité del Pacto de las Naciones Unidas, que es la entidad que vela por el cumplimiento del pacto internacional de derechos civiles y políticos y que ha examinado las denuncias de otros países en donde se presentó el ocultamiento de restos y produjo sentencias en donde se condenó a esos países. En ellas, se asegura que el ocultamiento de restos es equivalente a la tortura, que esta proscrita en el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos”.

Por último, el Padre insistió en que este proceso apenas está iniciando: “Las pruebas científicas son demoradas pero por lo menos se ha iniciado ese proceso para descartar si todos los indicios que apuntan a este sitio son válidos”.

Fotografías aportadas por Equipo Jurídico Pueblos y Colectivo Frente Unido

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