Venezuela: Con un comandante al frente

Por Marco Teruggi*/ Resumen Latinoamericano/ 12 de Dic. 2015.-  Marco Teruggi nos envía desde Venezuela una crónica que da cuenta de cómo ha impactado en el chavismo y en el pueblo que lo apoya, la contundente derrotas en la elecciones legislativas del 6 de diciembre pasado.

Ante nosotros se ha abierto un tiempo que se acerca como un disparo. Lo saben los movimientos sociales, las comunas, los chavistas de a pie, los cinco millones seiscientos mil votos nuestros, los chavistas que esta vez no votaron -un millón novecientos mil- y que de a poco y de a golpes irán sintiendo los vidrios bajo los pies. En cada declaración de la derecha quedan más claro sus planes, lo que se esconde detrás del cambio y la manito. Todavía faltan los actos, todos los intentos que harán. Ya tienen armada la lista de leyes a derogar, y el intento de revocatorio presidencial. Entre su inteligencia para construir hegemonía y su odio de clase enceguecedor estará parte de su dilema. Esto recién comienza, la etapa cambió, como si se le pudieran ver los huesos a la historia, al enfrentamiento de clase en su más alto nivel: la revolución enfrentada a la contrarrevolución. Solo dos salidas posibles.

Recién comienza, sí. El momento más difícil del proceso bolivariano. Marcado por el desgaste impuesto con la guerra económica. Los ataques mediáticos destinados a las neurosis de masas. Los miedos. Los flujos y reflujos propios de todo movimiento popular, la realidad de la organización popular que nunca será perfecta, ni acabada. Para diferentes etapas políticas corresponden diferentes formas organizativas. Y en estos 16 años chavistas han habido centenares de experiencias organizativas diferentes (realizar un listado histórico al igual que una radiografía actual demandaría un trabajo de largo aliento) para saldar deudas históricas y avanzar en los objetivos de la transición: la construcción del Estado comunal. Entre las cosas que han tenido en común, una ha sido resaltante: el diálogo directo -o el intento del mismo- con Hugo Chávez. Hablar mano a mano con él. Como fue el caso del Movimiento de Pobladores, para nombrar una imagen que emerge con claridad. Entre las razones de la búsqueda de ese diálogo estuvo siempre la confianza en el Comandante y el señalamiento de los círculos burocráticos, la las estructuras intermedias ineficientes, las resistencias por transferir, abrir, ceder.

Ese camino buscó continuar Nicolás Maduro. Con el Gobierno de Calle primero. Los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular después. Para mantener ese diálogo directo con los sectores organizados, para cogobernar, construir el vínculo entre poder instituido y poder constituyente, hacer más poder el poder popular. Por una necesidad suya y de la organización popular. No hay comuna que no pida ese puente, que no manifieste su dificultad/imposibilidad para trabajar con alcaldías, gobernaciones, gabinetes estadales de ministerios, ministros etc. De lo local a lo nacional, el salto por arriba de las estructuras intermedias, el corazón burocrático. Ese que ha resultado ser uno de los más cuestionados después del 6D. Porque la arrechera/bronca ha encontrado su punto de señalamiento, y ese es. Entre otros. Como también parte de la conducción del Psuv. No hay que adivinarlo. Se dice, en las calles, en las asambleas populares que se van multiplicando en las barriadas, campos y plazas Bolívar.

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