Argentina Sindicales: Gobierno, sindicatos y empresas acuerdan ajustar con el salario/ Línea 60: quieren procesar a choferes/Gráficos piden expropiación de WorldColor y Donnelley/ Sin acuerdo en La Litoraleña

Resumen Latinoamericano/ 09 de diciembre 2015.-

Gobierno, sindicatos y empresas acuerdan ajustar con el salario

por Revista Venceremos – Para Resumen Latinoamericano

El nuevo gabinete anunciado por el gobierno de Macri ya está clarificando cómo serán los primeros meses del año para los trabajadores. Los miembros del nuevo gabinete, supuestos especialistas técnicos -y no políticos-, vienen en su mayoría de altos puestos ejecutivos en empresas multinacionales y del gran capital. Jorge Triaca como nuevo ministro de trabajo, apagando las ilusiones que guardaban los sindicalistas aliados de Macri de poder ubicarse en dicho ministerio. El secretario de trabajo, Miguel Angel Punte, es ex-gerente de recursos humanos de Techint.  Según Alfonso Prat-Gay, el titular del ministerio de hacienda, no se harán responsables de los aumentos en alimentos e insumos básicos que ocurrieron durante noviembre y los dejarán fuera de la negociación salarial. Los aumentos en algunos productos, desde noviembre hasta el cierre de esta edición (9 de diciembre) superan el 20%.

El “pacto social”

Un pacto social parte de la idea básica de eliminar la resistencia a medidas de ajuste. El nuevo gobierno no pretende simplemente ajustar, sino que espera convencer a toda la sociedad de que es la única manera posible de que el país salga adelante. Entonces, para que la Argentina vuelva a crecer, para que baje la inflación, que se reduzca la pobreza, etc.  debemos estar de acuerdo en que hay que sacrificar salario, feriados, condiciones de trabajo… Todo esto debe hacerse voluntariamente, a conciencia y por supuesto sin luchar ni resistirse, ya que es la única manera de que en el futuro podamos estar mejor. ¿No es el remedio peor que la enfermedad?

Las primeras ideas que bajaron desde el ministerio de trabajo fueron acerca de la necesidad de acordar precios y salarios, y atar las paritarias a la “productividad”  -ya no a la inflación y la recuperación de poder de compra del salario-. Se habló desde el moyanismo de un piso del 28%, pero para Macri esto sería poner el piso por encima del techo. Están ya anunciando un acuerdo tripartito, entre sindicatos empresas y gobierno, que implicará paritarias con piso y techo (una simulación de paritarias libres) acordadas a medida de las empresas y con la complicidad del sindicalismo, para que el freno a la inflación se consiga mediante la baja de salarios y no mediante el recorte en las ganancias o el control de los precios.

¿Por qué acepta esto el sindicalismo?

A los tradicionales dirigentes sindicales de siempre le interesan tres elementos que el macrismo tiene para negociar: 1) la plata de las obras sociales, que el Estado nacional viene negando a los sindicatos y que sería la mayor prenda de negociación con la cual el macrismo puede jugar; 2) la eliminación o modificación real del impuesto al salario y 3) la defensa del modelo sindical vigente frente a la avanzada del sindicalismo combativo y las expresiones independientes de la burocracia.

Estos tres elementos son suficientes para que una gran parte del sindicalismo esté dispuesta a reunificar sus centrales y encolumnarse, al menos durante un período, detrás del pacto social propuesto por el gobierno derechista. Hasta ahora, sin embargo, Macri incumplió su promesa de eximir el medio aguinaldo del pago de ganancias, culpando a la gestión anterior de dejarlo sin margen de maniobra. Moyano, gentilmente, se mostró comprensivo con esta resolución y aceptó que el cambio en el impuesto que pagan más del 10% de los trabajadores asalariados se posponga hasta el año 2016.

La unidad de las centrales

La unidad de las centrales obreras hoy en día parece ser más prioritaria para la UIA y para el gobierno de cambiemos, que para la clase trabajadora. Esto tiene sentido ya que desde el ámbito empresarial se ve la necesidad de tener garantizado un orden y un control  claro de lo que pase en las filas obreras. No se puede encarar un ajuste y un pacto social ordenadamente si el sindicalismo no se disciplina, si hay que negociar con varias fracciones en paralelo y satisfacer distintas dirigencias. El problema que entorpece la fusión es que hay resistencias y negociaciones en torno a quién será el que encabece la nueva central unificada. Moyano se vió muy fortalecido quedando como principal referente e interlocutor sindical hacia el macrismo, pero encuentra muchas resistencias como líder de una CGT que pretende reagrupar a Caló, Pignanelli, y los principales dirigentes de los gremios industriales, que aún sufren por la reciente derrota de su aliado Scioli.

Es de esperar que la reunificación se de en torno a un grupo de dirigentes, que expresen la correlación de fuerzas entre los sectores con mayor fidelidad, o bien con un solo dirigente pero que pueda ser aceptado por todos los contendientes y resulte más neutral que el propio Moyano.

Lo que se vive por lo bajo

La situación para los trabajadores viene cambiando ya desde hace tiempo, pero el cambio de etapa se hará más manifiesto en los próximos meses. El carácter de los conflictos está cambiando y poco a poco las luchas pasan a ser más defensivas cada vez. Si recapitulamos los últimos conflictos, vemos que las tendencias no son ya por luchas salariales para romper el techo paritario (como el caso de los obreros aceiteros de rosario) o medidas contra despidos políticos, discriminación a compañeros combativos, intentos de frenar comisiones internas, etc. Por el contrario y para peor, cada vez más frecuentemente escuchamos que fábricas están por cerrar o ya han cerrado sus puertas. Los casos de Cresta Roja, Donnelley, World Color, Paraná Metal, La Litoraleña, todos dan cuenta de que tanto económica como políticamente hemos entrado en una etapa distinta para las luchas obreras.

Entramos en una etapa de ofensiva de las patronales, que intentarán desarticular y anular todas las conquistas y la organización alcanzada. Sin embargo no estamos hoy igual a como estábamos en el 2001. Comparando la situación actual de los trabajadores con la del inicio de la década pasada, hoy estamos frente a una clase obrera mucho más numerosa, organizada y sindicalizada, con una pequeña pero real corriente combativa e independiente de la burocracia sindical. Sobre todo, un movimiento popular con memoria y capacidad de resistencia que fue adquirida a través de la lucha.

Hoy se están dando peleas por la expropiación del Hotel Bauen, que tuvo un impulso en el último período legislativo anterior al cambio de gobierno, pero debe sostenerse con firmeza y solidaridad; también los gráficos de Donnelley y Worldcolor, dos empresas que cerraron sus puertas, pelean por avanzar en la creación de cooperativas a partir de la expropiación. La litoraleña, una empresa panificadora, enfrenta el cierre con sus trabajadores garantizando los puestos de trabajo y poniéndola a funcionar como cooperativa.

Estos, y otros ejemplos de organización propia de los trabajadores que no dependen de capitalistas y/o sindicalistas que los “pongan en su lugar”, son pequeños ejemplos de lo que puede hacer una clase trabajadora que no regalará nada y está preparada para dar la pelea.

 

5 de diciembre

Línea 60: quieren procesar por “estafa” a choferes que no cobraron boletos a pasajeros

por Anred

Los jueces Alberto Seijas, Carlos Alberto González y Mariano González Palazzo sostuvieron que “no puede descartarse la hipótesis de administración fraudulenta ya que tal obrar de los conductores (no cobrar boleto a los pasajeros) podría representar una violación de los intereses confiados por la empresa que le ocasiona un perjuicio económico a ésta y, al mismo tiempo, genera un lucro indebido a terceros”.

A su vez los jueces descartaron lo dicho por la defensa de los choferes sobre que éstos “no se beneficiaran personalmente con la maniobra”, refutándolo con el argumento de que “el lucro indebido en la hipótesis lo obtendrían terceros, concretamente, los pasajeros que utilizarían el servicio sin pagar y en consecuencia guardarían para sí el precio del boleto”.

El expediente fue remitido a la jueza de instrucción Alicia Iermini, quien deberá investigar la conducta de los choferes de la línea que transporta diariamente a 250.000 pasajeros entre el barrio porteño de Constitución y la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar.

Esta “investigación” se suma al juicio de desafuero que la misma empresa Monsa inició recientemente contra cuatro delegados de La 60 que encabezaron la lucha en junio pasado. Lucha que terminó en un histórico triunfo de los trabajadores contra la prepotencia del grupo empresario, obligando a retroceder en decenas de despidos y a reconocer derechos hasta entonces negados.

Fuente: Anred

Gráficos pidieron la expropiación de WorldColor y DonnelleyGráficos pidieron la expropiación de WorldColor y Donnelley

Empleados gráficos de la ex Donnelley y WorldColor realizaron ayer un corte parcialde avenida Corrientes y Callao, para reclamar la “expropiación inmediata” de ambas fábricas a favor de las cooperativas que conformaron los trabajadores.

La protesta, resguardada por un importante operativo de la Policía Federal, comenzó pasadas las 8 y dejó liberado un solo carril al tránsito que se dirigió por la avenida Corrientes en dirección al Obelisco.

Los manifestantes, tras la concentración concurrieron a la Asamblea General de la Federación Gráfica Bonaerense en la avenida Paseo Colón 731 para “exigir un plan de lucha de todos los gráficos para enfrentar el ajuste del nuevo gobierno de Macri”.

“A pocos días del cambio de Gobierno, el Senado de la Provincia no trató el proyecto de ley de expropiación de la ex Donnelley. Éste ya cuenta con media sanción y podría perder estado parlamentario de no aprobarse antes de marzo, por lo que tendríamos que empezar de nuevo”, indicó Jorge Medina, trabajador de MadyGraf (ex Donnelley), a través de un comunicado.

“La situación de WorldColor es más difícil aún. Por el momento hemos frenado un posible desalojo, y la intención de la empresa Morvillo es sacarnos de las instalaciones”, completó Maximiliano Zuasnabar, obrero de la otra fábrica.

“Cientos de familias dependen de esta cuestión, por lo que es llamativo que en la convocatoria a la asamblea general del sindicato gráfico que se va a realizar este jueves no figuren estas cuestiones”, apuntó.

Sin acuerdo, La Litoraleña avanza en la cooperativa

Sin acuerdo, La Litoraleña avanza en la cooperativa

Trabajadores de la fábrica de tapas de empanadas y tartas La Litoraleña informaron que el responsable de la empresa “no quiere pagar los sueldos adeudados” y resolvieron seguir produciendo como cooperativa. El dueño pidió que desalojen el lugar.

Los 72 trabajadores autogestionados que comenzaron a producir el lunes pasado tras varios meses de conflicto con la firma rechazaron el pedido del fiscal Norberto Brotto que intimó a los “ocupantes del inmueble en cuestión de la calle Girardot 345, que procedan al desalojo voluntario”, según reza la cédula de notificación judicial.

Luis Baini, uno de los delegados que estuvo presente ayer por la mañana en la audiencia que se llevó a cabo en la Unidad Fiscal Norte, ubicada en avenida Cabildo 3067, dijo a Télam que “sólo nos pidieron que nos vayamos de la fábrica y nosotros nos negamos, vamos a seguir trabajando porque tenemos que llevar comida a nuestras casas”.

En la mediación, estuvo presente Rodolfo Conti, dueño de la empresa, quien según el trabajador aseguró “que va a pagar los cinco sueldos que debe ni los aportes sociales”.

“Sólo nos dijo que nos tenemos que ir, porque es su fabrica, él quiere empezar a producir con gente nueva y así no pagar nada de lo que nos debe, por eso decidimos seguir produciendo como lo venimos haciendo desde el lunes porque ya no podemos sostener esta situación hace cinco meses que no tenemos ingresos”, comentó Baini.

“No nos vamos a ir, queremos lo que nos corresponde, queremos trabajar a pesar que nos traten como delincuentes y nos pongan a la policía, no lo somos, somos trabajadores que necesitamos llevar el pan a casa”, señaló.

Hace cinco meses el dueño de la fábrica ubicada en el barrio porteño de Chacarita “dejó de pagar los sueldos”, de acuerdo a lo denunciado por los empleados.

“Cuando nos debía tres meses dejamos de trabajar y le dijimos que por lo menos nos pague un sueldo. Él respondió despidiendo a 29 compañeros”, explicó Pablo Díaz, uno de los delegados de los 72 trabajadores de la fábrica.

“Después del despido intentamos venir y trabajar por nuestra cuenta, autogestionados, y Conti fue a la Justicia y denunció que le usurpamos la fábrica. En un primer momento la Justicia falló en contra de la denuncia y dijo que era un problema gremial y no de usurpación, pero siguió haciendo denuncias hasta que encontró a este fiscal (Norberto) Brotto que ordenó poner una consigna policial en la puerta”, precisó.

Un hombre de Techint desembarca en el ministerio de Trabajo

Miguel Punte, gerente de RRHH del Grupo Techint, desembarcará en la Secretaría de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nación. Un cuadro técnico que se sumará a los confirmados Jorge Triaca y Ezequiel Sabor.

Poco a poco se van completando los casilleros del equipo que desembarcará en la cartera laboral de la mano de Cambiemos. Ahora se conoció que la Secretaría de Empleo, tercer cargo en importancia del ministerio, será para un hombre del sector privado, más precisamente del Grupo Techint.

Se trata de Miguel Punte, gerente de Recursos Humanos de la multinacional y un cuadro de neto corte técnico. Punte es, además, titular de cátedra en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en la carrera Relaciones del Trabajo y tiene una basta experiencia en el ámbito de las políticas de RRHH desde la mirada empresarial.

El hombre de Techint se sumará a los ya confirmados Jorge Triaca, como ministro y Ezequiel Sabor como secretario de Trabajo, y complementará a los dos designados que tienen una mirada más política que de gestión.

Punte actualmente está a cargo de la gerencia de RRHH de Ternium, la mayor empresa siderúrgica de América Latina y es un hombre de referencia en el área en el ámbito nacional e internacional.

La noticia no es muy buena señal para el gremio metalúrgico. Es que la UOM de Antonio Caló tiene una historia hostil con la firma el Grupo multinacional que suele derivar en planes de lucha que se despliegan cada año.

El desembarco del Grupo Techint con nombres propios en el gabinete de Mauricio Macri, se suma a los ya confirmados por las multinacionales: LAN, General Motors, Shell, JP Morgan, CitiBank, Telecom y Monsanto, entre otros.

Fuente: infogremiales

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