Argentina: Punteo de las lecciones que deja la victoria macrista

Por Sergio Mario Guilli / Resumen Latinoamericano / 23 de Nov. 2015  .-  Descripción: Los números dan un margen escaso pero decisivo a la victoria del Macrismo a nivel nacional, menos de 3 puntos. Los necesarios para ganar. Es la primera vez que el peronismo pierde electoralmente con un partido de derecha (que integra a los responsables de la debacle del 2001) luego de haber gobernado recomponiendo derechos populares y enfrentando al capital concentrado. La historia muestra que fue expulsado del poder por golpes de estado, fue proscripto por 18 años y cuando perdió fue con candidatos desprestigiados ante el pueblo por su perfil de derecha. El núcleo duro del voto kirchnerista no baja del 35%. El casi 49% de los votos obtenidos por el FPV (Frente para la Victoria) es destacable luego de 12 años de gobierno y CFK se va con una alta imagen en una parte de la población. Estos son elementos para plantear la legitimidad de la resistencia hacia el futuro. Pero el gobierno lo tiene una derecha totalmente alineada con el imperialismo, que tiene a su favor los medios, el capital concentrado nacional industrial y agrario, el capital financiero y el poder judicial para consolidar la mayoría alcanzada.

Configuración territorial del voto: El macrismo se hizo fuerte en las ricas provincias del centro del país, por donde pasa la medialuna sojera (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba) más Mendoza. En Buenos Aires, bastión de Scioli, casi empató, en Santa Fe ganó y en Córdoba hubo un 70 a 30%. Ciudad de Buenos Aires, victoria cómoda Los sojeros tienen acumulados al en silos bolsa el 42% de la soja del planeta al día después de la elección a la espera de una mega devaluación, lo cual significará un negocio descomunal. Lo que van a ganar los Fondos Buitres con el reconocimiento de su deuda está por verse. Con una mínima parte de esas ganancias, el poder económico con los que estos intereses pueden sustentar una campaña política es un factor importante. Fundamentalmente desde el macrismo se han hecho declaraciones que marcan un desprecio cultural hacia los habitantes del norte y del sur del país, donde ganó el FPV. El popular conurbano bonaerense votó a Scioli pero no alcanzó.

Los medios concentrados: Jugaron aportando un gran poder de fuego de demolición. El caso Nisman fue, como lo denunció la presidenta, fue una jugada de alto vuelo de servicios de inteligencia internacionales que durante años colonizaron a los servicios argentinos. Jaime Stiuzzo, principal referente de Nisman en la Secretaría de Inteligencia, está exiliado en EE.UU. Aportó a crispar a las capas medias que ya estaban en contra del kirchnerismo. Previo a las elecciones definitivas, el periodista Jorge Lanata, nave insignia del periodismo opositor, sacó al aire un informe ligando al candidato a gobernador de Buenos Aires, Aníbal Fernández, a asesinatos ligados al narcotráfico. El impacto de las constantes campañas hizo su efecto en las capas medias, identificadas con el primer mundo, y en la población de menor nivel cultural. La inseguridad fue un gran caballito de batalla. El rédito de estos 12 años es que el poder mediático acumulado por la oligarquía tiene en frente a casi la mitad de la población que no olvidará los caudales de mentiras que derrocharon durante estos años. Están expuestos.

Peronismo: Partido policlasista. Perón daba mensajes a la izquierda y a la derecha para que cada sector entendiera que jugaba en realidad “para su propio lado”. Logró desarrollar un partido que ocupa el centro de la escena nacional y que tiene una vocación nacionalista policlasista, aunque no está blindado contra la cooptación por parte del imperialismo, como lo demostró la década del 90 con Menem como su máximo referente. Este resultado adverso es un golpe identitario, es la primera vez que se pierde en las urnas sosteniendo un proyecto popular. Esto desarticula ciertas interpretaciones metafísicas sobre una conexión indisoluble entre peronismo y mayorías populares. El peronismo mágico del subsuelo de la patria sublevado deja lugar a otra realidad, donde el accionar de los punteros políticos deja entrever un mapa de canibalismo varios, tema tabú de los primeros análisis. El kirchnerismo trabajó para tomar posiciones dentro del Partido Justicialista (PJ) a través de su orgánica amplia Unidos y Organizados y dentro de U y O, especialmente, a través de su núcleo duro La Cámpora. La derecha peronista se fue con Sergio Massa, un candidato conocido por que aparece en los wikileaks yendo a pedir la escupidera a la embajada yanki. El maridaje PJ – La Cámpora denominado FPV (Frente para la Victoria) expresó el conflicto entre nuevas y viejas estructuras de mando estatales. Los viejos contra los jóvenes soberbios y los jóvenes contra los burócratas enquistados. Los ejes ideológicos de este debate están más desdibujados de lo que pareciera a primera vista. Volveremos a esto en el item canibalismo.

Logros y votos: ¿Cómo puede ser que pierda un gobierno que dio al pueblo una gran cantidad de beneficios? El impacto social de la Asignación Universal por Hijo, la estatización de las pensiones jubilatorias en manos de los bancos, ley de fertilización asistida, matrimonio igualitario, fútbol para todos, la estatización de YPF y Aerolíneas, la creación de universidades en el conurbano, el plan de incentivo el consumo para la clase media Ahora 12, han generado un importante consenso a favor. Sin embargo, los medios concentrados acallaron estos logros y se difundió entre los sectores populares que este gobierno “sostenía vagos” o que “las negras se embarazan para cobrar un plan”. El sostenimiento del mercado interno a través de políticas anticíclicas es un concepto extremadamente abstracto para grandes capas de la población al punto de que es difícil que el almacenero del barrio pueda entender que la población pobre sostenida en su poder adquisitivo por estas políticas, es la que le va a comprar. Una disociación lo lleva a identificarse con los rubios de ojos celestes y no con quienes sostienen su negocio. Otra conclusión es que los gobiernos populares no pueden sostenerse resaltando el pasado, porque los pueblos que obtienen benficios tienden a naturalizarlos y a exigir más. Para vencer, la política social tiene que ser masiva y sostenida porque es común ver los casos en que quien recibe un beneficio social vota a sus verdugos, alienado por los medios masivos que consume sin tener una red crítica para tamizar la información. Desde la elección de medio término del 2013 el gobierno tuvo una campaña que apuntó más al pasado que al futuro.

El macrismo: Llega al gobierno prometiendo liberalizar el dólar, reivindicación de la clase media y del capital concentrado. Esto implica volver al ciclo de endeudamiento y este es tal vez uno de los elementos más terribles, volver a endeudarnos con el FMI luego del tremendo esfuerzo que hizo este gobierno en pagar una deuda que no contrajo. Por otra parte, la población menos politizada solo ve los resultados a corto plazo, hay más dólares en la calle, y no las abstractas consecuencias, se dilapida el futuro del país. En energía pondrá a Aranguren, CEO de la Shell y en Agro a un representante de Monsanto. En política internacional plantea aislar a Venezuela. La esposa del instigador a la violencia Leopoldo López apareció en el bunker macrista la noche de la victoria. Ya habló de mirar a la Alianza del Pacífico. También el líder de la derecha boliviana.

La comunicación del macrismo: Mucho dinero se ha invertido en la campaña de Macri. Sin embargo, el coaching que recibió de parte de su asesor Duran Barba es un elemento destacable, sin llegar a convertirlo en un absoluto. Con el poder de desgaste de los medios a su favor, Macri asumió un discurso “de autoayuda”, abstracto y amable, sobre “la revolución de la alegría”. Se manejan con una teoría acerca de la comunicación política, que puede ser resumida en la idea de que la gente escucha la música y no la letra. En las mesas del PRO antes y de Cambiemos ahora no se entregan folletos explicativos, sino globos amarillos. En sus recomendaciones a un economista neoliberal que iba a ir a un debate, Durán Barba le pedía que no explique nada, sino que sonría, hable de su familia y salga con una contestación ligera cuando intenten acorralarlo. La idea es que el público tiene que ver al candidato sonriente, calmado, a gusto. Con esto evitará que al receptor se le gatillen mecanismos defensivos que lo pongan tenso. Sus palabras tienen que activar campos semánticos positivos y no disparar los mecanismos emocionales de alerta, la gente se olvidará de lo que dices, pero no de lo que le hiciste sentir. Evite disparar traumas! Desde ahí se pasa a ser una fuente de información confiable y los receptores levantan las defensas psicológicas. Los medios lograron poner a CFK a mostrar, a través de repetidas cadenas nacionales, un tono irónico, “superado” y confrontativo que la sacaba del centro de la escena y fue una de las causas de malestar en los sectores que había que ganar. El tema de las formas de comunicación está en el centro del debate. El lema Cambiemos funciona como un test proyectivo, donde cada uno puede rellenar el concepto con sus propios anhelos positivos en una población crispada por el bombardeo mediático. Otro concepto utilizado por la derecha fue el de la brecha. Las familias se pelean por política, con Macri no nos pelearemos más. Macri asumió el lugar de la síntesis, especialmente luego de perder por casi 10 puntos en las elecciones primarias. Ese mismo día sale con un cambio en el aire donde toma el discurso del gobierno y dice que va a sostener todas sus conquistas. luego de haber boicoteado, haber votado en contra de cada iniciativa, ahora decía que había aprendido y que iba a respetarlas. La gente lo creyó y eso permitió que el realismo mágico le jugara a su favor. La derecha insulta, desea la muerte de Cristina la “yegua montonera”, topadoras pasando por las villas, pero después se disfraza del Dalai Lama.

La jugada sorpresiva: El kirchnerismo planteaba una fuerte crítica al que luego sería su candidato Scioli, representante del ala derecha del movimiento. Era un candidato “buitres friendly” que iba a ser confrontado con el candidato de Cristina, Randazzo. A último momento lo baja y queda Scioli. Luego de proponerlo, la presidenta mantuvo un discurso de tensión con Scioli, diciendo que había que defender lo conquistado. Estupor y confusión en las filas propias. La consigna Abrazame hasta que vuelva Cristina muestra un primer síntoma de dificultad para conectarse con la nueva realidad de los jóvenes seguidores del kirchnerismo. Esto muestra puntos débiles que pueden mejorarse solo a través de los años de dura lucha política. Las primarias terminaban con un casi 10% a favor de Scioli. En provincia de Buenos Aires la candidata de Cambiemos, María Eugenia Vidal había hecho una buena elección, pero los 3 candidatos del FPV ganaban en la sumatoria de sus caudales electorales. Julián Domínguez, candidato con aceitados vínculos con el Opus Dei, había sido vencido por Aníbal Fernández, candidato más ligado a la presidenta. Hasta ahí venía el panorama. La jugada viene así. Entre las primarias y las definitivas todos “hacen la plancha”, poca campaña, pocas ideas, poca mística militante del lado del FPV, con una mórbida confianza en la segura victoria. Las encuestadoras, todas en masa, dan una victoria casi sin ballotage a Scioli y a Aníbal Fernández. Entonces, el factor sorpresa: Vidal gana en provincia y Macri aparece a 3 puntos de Scioli, lo que en una encuesta sería un empate técnico. Los medios habían jugado con la denuncia al candidato a gobernador Aníbal Fernández como ya habíamos puntualizado. El gran protagonista de la jornada fue el fuego amigo. Los seguidores de Domínguez, candidato a gobernador derrotado en las primarias, como su acompañante el anticomunista intendente saliente del populoso distrito de La Matanza, Espinoza, le quitaron el cuerpo a Fernández en la provincia. Cortes de boletas en todos los distritos. El pejotismo dice “Aníbal no era un buen candidato”. Pero ¿lo era acaso María Eugenia Vidal, quien se opuso a todas las leyes votadas por el kirchnerismo? Lanús, partido históricamente peronista, es un ejemplo de lo sucedido. Las huestes del intendente saliente, Díaz Pérez, jugaron en contra del nuevo candidato camporista Julián Alvarez, permitiendo a Grindetti, el candidato de Cambiemos una histórica victoria en un distrito peronista que fue destacada en una nota del domingo 22 de noviembre por el Wall Street Journal. Las acusaciones son cruzadas, de los cuadros mayores, por la soberbia de los jóvenes. La Cámpora, que los viejos no apoyan a los candidatos. Por cierto que Julián Alvarez no perdió ninguna ocasión para desairar en público al intendente saliente y para comportarse como un CEO de multinacional, desdeñando a los y las militantes que se le acercaban a brindar su apoyo. Algunos explican lo sucedido porque hubo internas en Buenos Aires y eso generó fricciones, pero luego explican que en el nivel nacional tendría que haber habido internas entre Scioli y Randazzo. Habrán existido corazones doloridos por la interna, que cortaron boleta considerando que la segura victoria tornaría inocua su anónima protesta. Pero el grueso del fenómeno habrá que buscarlo en los negocios que se jugaron en esta elección. La quinta columna ya había hecho su tarea de cara al ballotage.

La militancia silvestre: En este marco de confusión Macri toma el centro de la escena. No tenía por qué ser así, pero la falta de carisma de Scioli fue ostensible la misma noche de las elecciones definitivas, donde se le dejó a Macri el festejo victorioso. Ante esto, una importante parte del pueblo sale a pegar carteles hechos a mano, a hacer pintadas, a hablar en los subtes, trenes y colectivos, a volantear, a charlar con la gente. Los protagonistas son jóvenes militantes de organizaciones kirchneristas pequeñas y activistas independientes. Un detalle: el verticalismo y la carencia de debate ideológico que mostraron las organizaciones de Unidos y Organizados impidió un mayor contacto con la militancia. U y O fue una vía para la politización de amplios sectores de la juventud, al mismo tiempo, un corset. Un exclusivismo preocupado por el acaparamiento de cargos es contradictorio con la ampliación de la base social. Jóvenes militantes tienen el cinismo político de un anciano burgués. Las generalizaciones en este caso no harán justicia si no destacamos la actividad de muchos que desplegaron una gran voluntad militante. Queda la pregunta ¿Puede sostenerse un gobierno popular que dosifique homeopáticamente su mística y la recuperación de derechos, que defienda al capitalismo, que forme a sus jóvenes más en las artimañas políticas  que en lo ideológico? El PJ es el partido que tiene la tecnología del poder territorial, no se puede prescindir de él en un gobierno popular, pero ¿Cómo son las condiciones por las que el PJ, partido maleable, acostumbrado a ponerse donde da el sol para sostener cargos, pueda ser la base de un proyecto popular en el marco del sostenimiento de la lógica de mercado?

Ampliando el marco: En 2011 CFK gana con el 54%. Con tamaña victoria, cuando la militancia esperaba un cambio de velocidad hacia adelante, nos sorprende con la “sintonía fina”. Ya estaban los cambios de fondo, solo quedaban algunos cambios de pulido. Para que a todos les quede claro que no iba a utilizar un período de gran hegemonía para dar aires a su ala izquierda, mandó a votar la Ley Antiterrorista, instrumento legal que en manos de Macri va a cumplir un rol tenebroso. La estatización de YPF fue una gran medida, pero tomada con un retraso que hizo perder reservas al país. Se tomó cuando Repsol ya ocasionaba demasiado problema. Luego, la consigna de la “década ganada” generaba un marco de autocomplacencia que no era la mejor forma de presentarse. Mucho mejor hubiera sido plantearse que lo conquistado no era suficiente y que había que ir por mucho más, algo que se decía pero sin el suficiente énfasis. Allí, en el 2011, es donde el proyecto nacional y popular. empieza a desacelerarse en un proceso que termina en Scioli y en la victoria de Macri. Puntos débiles de la gestión kirchnerista: 1) escasa construcción de viviendas populares. 2) la complacencia con la cultura de las drogas. 3) un estilo de comunicación que a lo largo de estos 12 años se concentró en solo unos pocos referentes esclarecidos, políticamente correctos, clase media. Cumplieron una gran labor pero sus formatos se fueron desgastando con el tiempo. Para evitar que algún comentario se escape del libreto, se dejó al pueblo pobre al margen de la comunicación. Aun las conquistas más popularmente aceptadas fueron bajadas, careciendo de la necesaria movilización de las organizaciones de base. 4) Impuesto a las ganancias a los salarios más altos. Punto de irritación en la clase trabajadora (“me roban del salario para mantener vagos”), los ingresos por este concepto se podrían haber reemplazado por la quita de subsidios al pago de impuestos como el agua corriente, el gas, etc. sobre todo en las zonas de situación socio económica más estable.

Balances por derecha y por izquierda: No faltarán los que hablen del exceso de ideologismo de Cristina, ni de su incapacidad para negociar con dirigentes que huyeron para el lado de la derecha, hipotetizando sobre alianzas que no fueron, con dirigentes que terminaron en brazos ajenos. Nuestra reflexión es que los procesos populares deben ampliar su base de representados, consustanciarse, formar cuadros ideológicamente firmes para sostenerse frente a las tentaciones, no pegarse un tiro en el pie izquierdo, mantener alta la moral combativa, dar cauce a las heterogeneidades de abajo y espacio a sus espontaneidades. En eso el chavismo hasta ahora ha acertado y es un modelo a seguir. También es cierto que 500 años de gobierno colonial no pueden cortarse de cuajo sin un proceso de idas y vueltas.

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