“Provocación febril”: Comando Sur, al borde de la confrontación con Venezuela
En su nuevo artículo publicado en el portal de la Fundación de la Cultura Estratégica, Nikandrov recuerda un reciente episodio del programa de televisión del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, en el que el parlamentario venezolano abordó el tema del nombramiento del nuevo consejero político de la Embajada de EE.UU. en Caracas, Willard Tenney Smith.
El presidente del Parlamento venezolano alertó de la relación de Smith con los servicios de inteligencia de EE.UU. y sugirió que el nuevo funcionario ha llegado a Venezuela con una intención predefinida. Asimismo, advirtió que sus actividades serán observadas y denunciadas en el caso de no corresponderse con su cargo diplomático.
En opinión de Nikandrov, esta declaración pública del político venezolano, hecha en tono de ultimátum, tiene una explicación muy sencilla: “la llegada de Smith a Caracas coincidió con la intensificación de las estructuras del Comando Sur de Estados Unidos en el perímetro de la frontera venezolana”.
El punto crítico más cercano son las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre
La inteligencia militar estadounidense, que opera bajo el techo de la Embajada “ha sido reforzada por un profesional”, que en el pasado coordinó operaciones especiales y que llegó a Caracas acompañado de un “grupo de apoyo”, cuyos miembros tienen experiencia correspondiente y han ocupado cargos técnicos en la Embajada, explica el periodista.
Apuesta por la confrontación
Nikandrov advierte que “en Washington están apostando por un escenario de confrontación en Venezuela” y que la administración de Obama sigue comprometida con desestabilizar al Gobierno bolivariano y apartar del poder al presidente Nicolás Maduro.
“El punto crítico más cercano son las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre”, asevera el escritor, que explica que enlas elecciones siempre hay riesgo de un conflicto, y la lucha política entre el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la oposición —la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)— “no es una excepción”.
Por otro lado, prosigue el periodista, la propaganda proestadounidense en el país “va en aumento para producir una ilusión ‘del régimen condenado’ en una parte del electorado”.
“Todo el arsenal” para desestabilizar el Gobierno
“Para conseguir la desintegración del gobierno, los servicios de inteligencia de EE.UU. utilizan todo el arsenal de medios probados”, alerta el autor del artículo insistiendo en que “el pico de las actividades subversivas está previsto para principios de diciembre”.
El periodista afirma que, sea cual sea el resultado de los comicios, habrá un intento de organizar disturbios masivos en las principales ciudades del país.
Willard T. Smith, el nuevo agente yanqui operando en Venezuela
Por otro lado, los sabotajes contra el sistema de energía eléctrica de Venezuela, emprendidos para desestabilizar el país de cara a las elecciones, “ya se han convertido en algo común y corriente”, lamenta Nikandrov citando al ministro de Energía Eléctrica venezolano, Luis Motta, quien denunció una serie de actos del sabotaje en el Sistema Eléctrico Nacional.
Asimismo, el ministro informó que de “manera inusual” se habían venido aproximando al área de influencia en Venezuela aeronaves de inteligencia de los EE.UU. basadas en Curazao, incluido un avión de tipo RC-135 y uno de carga de tipo C17 Globemaster.
La atención de los dirigentes militares venezolanos también fue captada por la reubicación del portaaviones George Washington y una impresionante flota de escolta de San Diego, California, a la zona del Canal de Panamá. “Se espera que el 5 o el 6 de diciembre, la escuadra empezará ejercicios en las aguas del Pacífico con miras a posibles ‘eventos destructivos’ en Venezuela”, sostiene Nikandrov.
A su juicio, otra señal de que el Comando Sur está preparando “provocaciones armadas” son los frecuentes casos de detección de paramilitares colombianos en la frontera.
Finalmente, el analista llama la atención a las reuniones entre Tenney Smith y su equipo, por un lado, y los miembros de la oposición radical y de las ONG, por el otro, en la Embajada de EE.UU. en Caracas o en las universidades.
En opinión del analista, estos encuentros tienen como objetivo reclutar a las personas para las protestas callejeras y, aunque se esconden detrás de los nombres de “conferencias, foros y debates”, el propósito de toda esta “actividad febril” de la Embajada es “el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro”.
El Willard de la embajada se fumó una lumpia
Por: Eduardo Rothe | 08/11/2007
Según Willard el acuerdo bilateral sobre el tráfico se cortó porque los generales comprometidos en el negocio se sintieron afectados por la presión antidroga gringa y porque Chávez reprocha a los Estados Unidos el golpe del 2002, una acusación en la que Willard “no cree”… seguramente por las mismas razones por las que el Vice Cheney cree que Chávez es presidente del Perú.
Un trabajo difícil y frustrante, dice Willard de su cargo en la embajada de Caracas, porque los funcionarios venezolanos no le paran y el único que lo llamó fue para pedir visa para un familiar.
Pero no todo está perdido en América Latina dijo Willard y citó el caso de México (donde el narcotráfico domina regiones enteras y asesina a funcionarios, policías y obispos) como un “éxito” en colaboración antidroga. No porque el gobierno combata la pobreza y la miseria que inciden en el asunto, ni porque mejore la efectividad de las fuerzas militares y policiales y aumente el volumen de droga capturada como ocurre en Venezuela, sino porque en México gracias al Presidente Calderón “la cocaína es de menor calidad y el precio ha subido…” Sólo fumándose una lumpia o creyendo ciegamente en “la mano invisible del mercado” alguien puede creer como Willard que esa “es la única medida que cuenta” sobre la droga o que México pueda ser un ejemplo en la materia.
El artículo no dice si Willard explicó a los estudiantes que desde la invasión gringa a Afganistán, la producción de opio de ese país aumentó hasta cubrir el 90 % de la demanda mundial. Lo más probable es que tampoco loe dijo que Estados Unidos utiliza la lucha antidroga como una forma de insertarse en la administración y cuerpos de seguridad de otros países, léase espionaje e ingerencia.
Si leemos las torpes e irrespetuosas declaraciones del “diplomático” Willard sobre Venezuela, debemos alegrarnos de no tener un acuerdo antidroga con ellos. Ningún acuerdo bilateral podrá ser beneficioso para país alguno, en Latinoamérica o cualquier parte del mundo, hasta que una nueva administración desplace a la banda terrorista actualmente instalada en Washington.
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