Balotage Argentina 2015: Opinan “La Poderosa”, el FPDS, industriales libreros, trabajadores del INTA y Tendencia Guevarista

Retroceder nunca, Macri jamás

por Organización La Poderosa

 

¿Y ahora? ¿Y ahora qué pensamos? ¿Y ahora qué decimos? Lo mismo, lo mismo que gritamos y lo mismo que sentimos todas esas veces que nos quisieron etiquetar, antes, durante y después de votar: que llegó la hora de urbanizar, que basta de topadoras para dialogar, que no existe la teoría del derrame, que tampoco existe el SAME, que las Aerolíneas son argentinas, que Barrick Gold no viole más minas, que la memoria no está tan gorda, que unos locos reprimieron a pacientes del Borda, que una inmobiliaria gobierna la Capital, que creerse una especie aria les pega mal, que estatizar tiene banca en los barrios, que no vale nacionalizar para empresarios, que Granados unifica en el espanto, que uniformados significa Monsanto, que sobran cables pelados en el cielo villero, que sobran suelos rapados en el campo sojero, que no están vigentes ni el olvido ni el perdón, que no fueron accidentes ni Once ni Cromañón, que dan orgullo los satélites al espacio, que la Ley de Medios camina demasiado despacio, que Macri nos hizo fumar un Fino, que el peor pasado ya se nos vino, que se cagó en las problemáticas habitacionales, que cerró cientos de centros culturales, que intentó erradicar las villas, que las maquilló con pinturas amarillas, que nunca más una picana, que se lo avisen a la Metropolitana, que las Fuerzas dan miedo sin control popular, que Jorge Julio López no puede opinar, que la mano dura no sirve para nada, que Berni tenía la carapintada, que los feriados de carnaval no son joda, que los Derechos Humanos no pasan de moda, que las cárceles son para tiranos, que los tiranos también son seres humanos, que no es el precipicio un cepo cambiario, que hace falta transformar el servicio penitenciario, que los James y los Stiuso no se pueden dar a la fuga, que Scioli nos debe contar qué pasó con Arruga, que la Justicia no puede ser tan parcial, que los pobres somos los presos del Poder Judicial, que los CEOs no son gobernantes, que los europeos también son inmigrantes, que reivindicamos las casas de la cultura, que las comisarías no son centros de tortura, que hay valiosos referentes en varias plataformas partidarias, que no son valientes las construcciones sectarias, que necesitamos compañeros y camaradas para gritar, que soñamos la unidad del campo popular, que un container no cuenta como escuelita, que Niembro jamás devolvió la guita, que Shoklender debería hacer lo mismo, que la política en silencio se llama cinismo, que perdemos si nos chicaneamos, que ganamos si nos encontramos, que los diagnósticos mediáticos suelen ser estafas, que el precio del gas se mide en garrafas, que la Ley de Parques Nacionales debe respetarse, que la Asignación Universal por Hijo llegó para quedarse, que hacen trampa los dueños de los casinos, que no son “empleos” los talleres clandestinos, que el Canal de la Ciudad no se puede ni mirar, que Página 12 era más lindo cuando nos hacía pensar, que no somos expertos en inflación, que no sube el precio la tapa de La Nación, que se financia con sus rosquitas, que se morfa la ganancia de los canillitas, que los machos viven delegando deberes, que nos siguen matando mujeres, que Julio Roca no pudo con Juana, que somos sangre latinoamericana, que hay saberes perdidos en las materias que no tenés, que le sobran detenidos al Código de Faltas cordobés, que la política necesita dirigentes de abajo, que mataron a Verón por salir a pedir trabajo, que somos vanguardia en diversidad sexual, que no todos somos iguales ante el cacheo policial, que los feudos de la aristocracia no se van, que no es democracia el método Insfrán, que ansiamos vivir de nuestro sacrificio, que vamos a morir en las antípodas de Mauricio, que decirle “nene vago” queda muy corto, que se metan las encuestas en el orto, que vienen batallas de muchos ovarios, que no más murallas a pueblos originarios, que las Malvinas están acá adentro, que vivan Pakapaka y Encuentro, que los barras trabajan de chivos expiatorios, que la vida es un producto para los laboratorios, que los créditos hipotecarios no son para cualquiera, que podríamos ahorrar con la renta financiera, que faltan insumos en los hospitales, que siguen muriendo pibas en abortos marginales, que nuestras convicciones no están en venta, que guardamos las grabaciones de los 90, que la pasta base mata, que el cliente también hace a la trata, que no somos bienes de ningún presidente, que Clarín siempre miente, que las cloacas todavía se hacen rogar, que la conciencia no se puede enrejar, que jamás le diremos gracias al menemismo y que nunca, pero nunca…

Nunca en la vida, votaríamos al macrismo
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A la industria editorial no le da lo mismo

COMUNICADO del sector editorial y librero: ante el próximo balotaje presidencial acompañamos la fórmula Scioli-Zannini

Nosotros, editores, libreros, distribuidores, escritores, traductores, correctores, imprenteros, gráficos, diagramadores, encuadernadores y demás trabajadores de la industria del libro formamos parte de un sector productivo de nuestro país que, tras sufrir durante casi 25 años distintas políticas económicas devastadoras que lo colocaron el borde del colapso, se ha recompuesto en los últimos 10 en el marco de políticas económicas y de producción que se gestaron desde el Estado Nacional.

Como ejemplo, durante 1997 se produjeron 43 millones de ejemplares de 11.000 títulos, y en 2002, 32 millones de ejemplares de 9.500 títulos. A partir de ese año la producción de títulos no dejó de crecer, a medida que el sector generaba miles de puestos de trabajo en imprentas, encuadernadoras, editoriales, distribuidoras y librerías, algunas reactivadas, otras profesionalizadas y muchas creadas desde cero. Así, en 2014 se produjeron en la Argentina 130 millones de ejemplares de 28.000 títulos.

Pero, además de los números, lo que creció exponencialmente fue la producción en términos de conocimiento y autonomía cultural. En el último período se incrementó en la Argentina la producción local y especialmente la traducción del inglés, el portugués, el francés, el italiano, el esloveno, el ruso, el chino, el japonés, el alemán, etc. Textos literarios, ensayísticos y científicos han sido seleccionados y traducidos aquí como no ocurría desde que en los años 80 la edición local comenzó a declinar. Esta reactivación ha dado, además, trabajo calificado a traductores y correctores, y ha generado procesos de exportación desde la industria editorial argentina.

Asimismo, a través del Programa Sur a la traducción, se tradujeron obras de escritores argentinos y se vendieron derechos, con el consiguiente ingreso de divisas, al italiano, francés, hebreo, inglés, portugués, etc.

Con las políticas sostenidas de compras del Ministerio de Educación y de la Conabip, los libros de editoriales argentinas llegaron a miles de hogares gratuitamente, y a estudiantes y bibliotecas populares de todo el país.

El sector editorial se fortaleció, se expandió la bibliodiversidad, se potenció la producción local de conocimiento con la posibilidad cierta de publicación. Del lado de la demanda, se abrieron nuevas librerías, nuevas bibliotecas.

El sector está lejos de la edad de oro de la edición argentina, que se dio entre 1938 y 1955. Sin embargo, resulta claro que ha salido de la anomia a la que había sido condenado desde mediados de los años 70 y con las políticas de los 80 y los 90, que facilitaron la excluyente concentración de la industria editorial en pocas manos. Con esa estructura concentrada llegó la industria a la crisis y quebranto general de la economía argentina de 1999 y 2000, que llevó a la pérdida de miles de puestos de trabajo en imprentas y editoriales, cuyos trabajadores pasaron a engrosar las filas de desocupados. Lo que ocurrió después y redireccionó la matriz productiva del sector fue que la edición argentina no se limitó a reabsorber a parte de esos trabajadores. En lugar de eso, se multiplicó la cantidad de pequeñas y medianas casas editoriales profesionalizadas que pasó de alrededor de 350 en 2002 a 717 en 2014.

Hoy, ante la perspectiva de una devaluación o liberación del mercado cambiario, disfrazada de política de shock, sumada a la apertura de las importaciones, como proponen la fórmula y el equipo económico de Macri y Michetti, desde la industria editorial manifestamos nuestra alerta. En primer lugar, nuestro tiempo de retorno de inversiones es superior a los seis meses, por lo que una devaluación de este tipo sencillamente licuaría las inversiones pasadas y las ganancias, y la posibilidad de reinvertir, y resultaría en un parate para la cadena de pagos. Es indudable, lo hemos vivido, que los precios de imprenta, los más voluminosos de nuestra producción, sufrirían un desfasaje en relación con las ventas por cobrar. Por otro lado, desde nuestra experiencia prevemos que estas medidas implicarán inmediatamente la entrada como avalancha de los excedentes de stock de las editoriales españolas, que están a la espera del “asalto” al mercado del libro argentino para compensar sus déficits derivados de las crisis económicas en ese país. Esto conducirá inevitablemente a un achique del sector, incluyendo despidos y cierres de pequeñas empresas.

Aunque sabemos que las políticas destinadas a las industrias culturales de la actual administración todavía tienen muchos temas pendientes, somos conscientes de que el trabajo hecho no puede de ninguna manera malograrse. Desde el macrismo no se propone nada consistente para las industrias culturales que, como la editorial, ha logrado un esforzado desarrollo, y la experiencia en la CABA es desalentadora. En términos de industria, y no sólo de “cultura” como valor intangible, el eslogan “cambiemos”, una consigna vacía de contenido y lista para todo uso, se transforma en una verdadera amenaza a nuestra actividad.

Los abajo firmantes no hemos tenido en estos años posicionamientos políticos homogéneos, en absoluto. Hemos participado juntos de la experiencia y el aprendizaje de reactivar un sector que parecía definitivamente perdido. Hemos vivido de hacer libros, hemos conseguido y dado trabajo, hemos aprendido a producir, hemos propuesto y exigido mejoras, y, fundamentalmente, hemos salido de la anomia de la cultura, en abstracto, como bien común, para constituir un sector productivo.

En esta coyuntura acompañamos la fórmula de SCIOLI-ZANNINI con la firme convicción de seguir trabajando para no ceder en nada de lo conquistado, y llamamos a las organizaciones gremiales del sector y a colegas editores y trabajadores de la industria editorial a darle el voto a esta fórmula en las elecciones del próximo 22 de noviembre.
Asimismo, convocamos masivamente a participar del acto a realizarse el día DOMINGO 15/11 A LAS 14 HORAS, EN LAS PLAZAS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL.

ADHESIONES:

EDITORIALES
Mansalva
Blatt y Ríos
Paradiso
Las Cuarenta editorial
Trabajadores de Ediciones Colihue
Editorial Libretto
Gog y Magog
Beatriz Viterbo
Cuenco del Plata
Editorial Conejos
Alto Pogo
Editorial Iván Rosado
Años Luz Editora
Paisanita Editora
Belleza y Felicidad
Editorial Casanova
Editorial Santiago Arcos
Ediciones VOX
Eloísa Cartonera
De la campana (Librería y Editorial)
Spiral Jetty
Un Faulduo
La copiadora manuscrita
La luz artificial
27Pulqui
SantosLocos
Audisea editora
Tammy Metzler
La Marca Editora
Mil botellas
Argonauta
Colihue
Ediciones Godot

LIBRERÍAS
Norte
Gambito de Alfil
La Internacional Argentina (Librería y Editorial)
Santiago Arcos
Buchín Libros
Club editorial Río Paraná (Rosario)
El juguete rabioso (Rosario)
El lugar (Rosario)
Malisia (La Plata)
Mi casa
Capítulo II (La Plata)
Expolibro (Villa María – Córdoba)
La Cebra
Rubén Libros (Córdoba)
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Trabajadores del INTA decimos NO a volver al pasado

Los abajo firmantes, trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), preocupados por la suerte de nuestra Institución y de nuestro país si llegara a ganar el frente “Cambiemos” que propone políticas de ajuste y endeudamiento, clásicas del neoliberalismo, queremos dejar clara nuestra posición frente al balotaje del próximo 22 de noviembre.

El INTA fue creado el 4 de diciembre de 1956 con la finalidad de “impulsar, vigorizar y coordinar el desarrollo de la investigación y extensión agropecuaria y acelerar la tecnificación y el mejoramiento de la empresa agraria y la vida de la familia rural”. Desde sus inicios el INTA cumplió un rol decisivo en la generación y difusión de tecnología agrícola y ganadera, contribuyendo eficazmente al mejoramiento de la empresa y de la vida rural, alcanzando un sólido reconocimiento de los productores de todo el país.

La década de los ‘90 fue muy dura en el INTA, con momentos de gran penuria económica y despidos de personal. La política de racionalización del Estado llevada a cabo en esos años por los gobiernos neoliberales, condujo a un fuerte recorte de sus recursos. El 30 de diciembre de 1990 cerró sus puertas para volver a abrir un mes después, el 1 de febrero de 1991, con una estructura diferente y una reducción del 30% del personal. No sólo se achicó el presupuesto, sino que también se produjo una redistribución en los rubros de ejecución presupuestaria; con una reducción de los gastos operativos que resintió la calidad de la investigación. Esta situación comenzó a revertirse a partir del año 2003 con el ingreso de becarios, a los cuales se financió su capacitación a nivel de Maestría y Doctorado, se regularizó la situación laboral de los trabajadores precarizados, se elaboró el Plan Estratégico Institucional 2005-2015 en el cual se detallaron las líneas de acción que guiaron el accionar del INTA en este década y se volvió a invertir en investigación y extensión, se crearon nuevos institutos, estaciones experimentales y agencias de extensión para atender las problemáticas del sector rural en regiones donde no estaba presente.

Los abajo firmantes, trabajadores del INTA, con divergencias en nuestras posturas institucionales y políticas, entendemos que nuestra Institución tiene aún muchos aspectos que mejorar, pero coincidimos que ante el actual escenario político que nos plantea el balotaje el próximo 22 de noviembre permanecer ajenos resulta irresponsable.

Entendemos que el candidato y el equipo de gestión del frente Cambiemos, encarnan las políticas neoliberales que devastaron tanto al INTA como al resto de las instituciones públicas de Educación y Ciencia y Tecnología (CyT) junto con el resto del patrimonio e instituciones del país en la década de los ’90.

Es por eso que, de cara al balotaje próximo, nuestra posición es clara: convocamos a votar por el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, quien en su campaña electoral reafirmó que mantendría lo hecho y mejoraría las políticas actuales de CyT a fin de continuar el camino del desarrollo nacional.

¡NEOLIBERALISMO NUNCA MÁS!

Argentina, 29 de octubre de 2015

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LA POSICION DEL FRENTE POPULAR DARIO SANTILLAN-PUEBLO EN MARCHA
“FRENTE AL BALOTAJE SEGUIMOS LUCHANDO POR LA ALTERNATIVA POLÍTICA QUE FALTA”
El próximo 22 de noviembre habrá, por primera vez, un balotaje para elegir presidente en nuestro país entre dos candidatos que han dado muestras en sus gestiones de que no gobiernan en favor de los intereses del conjunto de nuestro pueblo.

Como parte de la izquierda surgida al calor de las luchas contra el neoliberalismo en el continente, vemos con preocupación que la elección sea entre dos candidatos que expresan una ofensiva conservadora en la región, que han demostrado con la elección de sus ministros, sus propuestas frente al coloquio de IDEA y su campaña que buscarán el apoyo de los sectores económicos dominantes a costa de los sectores populares con una salida conservadora ante la crisis económica.

¿Cómo llegamos a este escenario de balotaje con dos expresiones que no nos representan?

Que la elección sea entre estos dos candidatos nos hace conscientes de las limitaciones que hemos tenido las organizaciones populares y la izquierda en su conjunto para poner en pie un proyecto de país que transforme radicalmente este sistema y que permita expresarse unitariamente en las calles y en las urnas para construir un cambio social de fondo en la Argentina y que tenga al pueblo como protagonista.

Que tras doce años de kircherismo, el candidato del FPV sea Scioli y peligre el “proyecto nacional y popular” es responsabilidad de quienes, en estos años, han decido gobernar por arriba, intentando desmovilizar el pueblo trabajador, sosteniendo su poder en los gobernadores y el PJ, sin tocar los intereses de fondo de las clases dominantes. La alianza, aun con sus problemas, con los sectores económicos dominantes, con el poder del agronegocio y sin tocar los intereses del capital, la propuesta de un capitalismo serio o con inclusión, dejaron como saldo un candidato en la provincia de Buenos Aires, responsable del asesinato de militantes populares que terminó derrotado por el PRO y un candidato a presidente que no logró entusiasmar ni a propios ni ajenos.

Scioli no representa ni podría representar nunca lo intereses del pueblo trabajador. En la provincia de Buenos Aires ha impulsado políticas contra los de abajo, ha tejido alianza con los sectores económicos y ha reprimido las movilizaciones populares. En estos años hemos denunciado a Scioli y su policía Bonaerense, la misma que desapareció a Luciano Arruga y que reprimió las manifestaciones populares. Quienes luchamos por los derechos humanos hemos rechazado a los Berni, Casal y los Granados que buscan reforzar la narcopolicía represora como forma de control social. Rechazamos a quien ha sido reactivo a los intereses populares y ha dispuesto las fuerzas represivas para dar respuesta a los reclamos más básicos. Sin embargo, frente al escenario de balotaje, hostil y desfavorable de cualquier manera para los proyectos populares, entendemos que una porción de nuestro pueblo lo vote, con expectativas defensivas, contra Macri.

Macri significa a nivel regional alinearse con la derecha golpista venezolana, Uribe y la Alianza del Pacífico, en oposición a cualquier política de integración latinoamericana.

Lo enfrentamos en la Ciudad de Buenos Aires desde hace ocho años, donde su ex jefe de la Metropolitana fue responsable de 3 asesinatos en el desalojo del Indoamericano que nunca respondió ante la justicia. Quienes nos organizamos por vivienda digna luchamos contra su política de desalojos violentos, de abandono en las villas, de expulsión de los vecinos de la ciudad. Sufrimos la criminalización de nuestros compañeros judicializados por pelear por sus derechos, la persecución a los trabajadores ambulantes y de la economía popular, el recorte de los programas para defender los derechos de las mujeres, la persecución a nuestros docentes. Ante todas estas políticas, nos hemos organizado y movilizado en la calle.

Entendemos que el espacio que impulsa a Macri como presidente expresa de manera clara y sin contradicción alguna los intereses de la derecha en Argentina, en un abierto rechazo a los procesos más progresivos y radicalizados de América Latina y el Caribe. En este sentido, no votamos y rechazamos su candidatura. De ser electo presidente, no cabe duda alguna de que estaremos frente a un modelo neoliberal, excluyente y reaccionario, al cual volveremos a enfrentar desde las calles junto a nuestro pueblo.

Ni Scioli ni Macri nos representan. Por eso, entendemos que, gane quien gane, la tarea estratégica es preparar la movilización social para resistir el giro conservador y construir una alternativa política emancipatoria. Más allá de los diferentes posicionamientos tácticos frente al balotaje, después del 22 de noviembre debemos seguir trabajando para generar en la Argentina la alternativa que falta, haciéndonos cargo de las limitaciones propias y construyendo, junto al conjunto de las organizaciones populares, la unidad necesaria para la etapa y las tareas que se nos vienen.

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Los capitalistas votaron el lunes

POR TENDENCIA GUEVARISTA

El lunes, las acciones de las principales empresas que cotizan en la bolsa (tanto de Nueva York, como en Buenos Aires) subieron su valor entre un 4,40% y un 17%, mientras que el dólar llamado blue se reacomodaba hacia abajo, expresando el beneplácito del “mercado” (los dueños de los grandes consorcios capitalistas) con los resultados obtenidos por Macriel día anterior.
No es que desconfiaran de Scioli o de Massa, sino que en ello se conjugaban por lo menos dos cuestiones: la primera, que Macri es uno de los suyos, nacido, criado y educado como todo miembro de la clase dominante; mientras que Scioli y Massa–aunque también están al servicio de la burguesía imperialista- provienen de la pequeña y mediana burguesía. La segunda cuestión es que “estos resultados” abren la posibilidad, para las clases dominantes, de enterrar –aunque sea transitoriamente- el ciclo populista burgués que las masas impusieron con su lucha.
Sin embargo, el “triunfo” de Macri ha puesto sobre la mesa la crisis política, tanto en lo institucional como en el PJ. En lo institucional, porque la primera lectura del resultado del 25 de Octubre es la crisis de representatividad, algo que se suponía venía a cerrar el kirchnerismo. La competencia de promesas entre Macri y Scioli de estos días son producto de esa crisis.
Con estos resultados el stablismenth logró presidente con menor grado de autonomía política y más sujetos a las presiones de las corporaciones; pero suma –al problema de la falta de representatividad- el de la gobernabilidad, pues el ajuste y devaluación que exige la burguesía imperialista, en el caso de terminar gobernando Macri, no contará con una estructura e identificación política de masas capaz de contener, y desviar, las aspiraciones del pueblo trabajador, cuestión que si lo tiene el PJ. Vale recordar que –entre otras cosas- por eso sólo el peronismo (menemismo) fue capaz de completar los planes que la propia dictadura cívico/militar del 76, y el radicalismo del 83, no pudieron terminar.
La crisis hacia dentro del PJ ya está lanzada, basta tener presente las declaraciones de Aníbal Fernández, Bonafini, Horacio González, Verbitzky, Caló, etc, etc, para tener una dimensión de la misma. Esa crisis tiene un componente central: quien comandará de aquí en más el peronismo. Si CFK quiere continuar al frente del PJ no puede aparecer al lado de un perdedor, menos cuando Massa está disputando ese papel, de allí su pliego de condiciones a Scioli como a Macri, y cuando amenaza convertirse en el árbitro del 22 de noviembre próximo.Es a la luz de esta táctica política que deben leerse las declaraciones de Bonafini, González y Fernández, centralmente. Además, el triunfo de Macri le dejaría alguna chance, a Cristina, de ser jefa del PJ y de la oposición. En cambio un triunfo de Scioli terminaría licuando su poder, asentado fundamentalmente en el manejo de la caja.
Eso ya quedó demostrado con la negociación e incorporación de La Cámpóra a la ola naranja, como con la composición del gabinete que anunció Scioli.
En el campo de la clase obrera y el pueblo fue importante la elección hecha por el FIT, con 800 mil votos para presidente y más de un millón para legisladores. Es de destacar la buena perfomance en los centros urbanos industriales: CABA 106.310 votos (5,50%); Pcia de Bs. As. 390.000 votos (4,51%); Mendoza 123.225 (12%); Córdoba 119.243 votos (5,67%); Neuquén 27.898 (8,31%); Salta 42.255 (6,64%); Santa Fe 71.909 votos (3,84%) y Tucumán con 25.391 votos (3,22%).
Es necesario señalar el papel del corte de boletas que logró imponer la propaganda por el llamado “voto útil”, cuestión que explica la diferencia entre los votos a presidente y a legisladores en el FIT. Aun así, aunque pequeño, ese millón de votos indica un importante y sostenido avance en la influencia de masas por parte de la vanguardia socialista, pues significa que un millón de trabajadores y jóvenes hacen suyo un programa con reivindicaciones democráticas y socialistas, a pesar de que dicha propuesta no fue siempre levantada -en la propaganda- por los principales referentes políticos del FIT.
Los resultados del 25 de octubre ratifican, además, la debacle política de las corrientes que disputan la orientación política de la clase trabajadora, como son el nacionalismo revolucionario, el stalinismo, el llamado “progresismo”, el social-cristianismo y aquellos grupos juveniles que decían identificarse con el guevarismo. Sus concepciones políticas/ideológicas se han mostrado como abiertamente pro-burguesas, llevado a que estas organizaciones y grupos (más crudamente expuesto en el PC y todos sus desprendimientos) terminaran renunciando a la independencia de clase y apoyando (con la remanida frase del “mal menor”) a una de las fracciones políticas de la burguesía financiera local.
Tanto los compañeros de Quebracho y aliados, como los de Reconstrucción Guevarista o el FER, deberían reflexionar autocríticamente sobre sus posiciones para retomar la senda antiimperialista y socialista; so pena de seguir la ruta del PC y sus desprendimientos, como la de Libres del Sur y Barrios de Pie, que han emprendido definitivamente la senda de la socialdemocracia europea; o sea, la de ser sostén de la burguesía financiera.
Perspectivas y tareas: estas elecciones mostraron un importante avance en la conciencia política de las masas, aún en el marco de las concepciones ideológicas burguesas, como también una simpatía creciente con la vanguardia socialista. Esto se desprende de comparar los números alcanzados hoy con los de las presidenciales de 2011. Se pasó de 503.372 votos a 800.000 en el marco de una feroz campaña burguesa por el “voto útil”; de allí la equivocación de los compañeros que llamaron al voto en blanco, porque el núcleo del problema (para la burguesía) es el crecimiento orgánico de la izquierda, mucho más cuando las condiciones internacionales y locales de la burguesía exigen de un ajuste. De ese crecimiento y participación han tomado nota los referentes políticos de la burguesía, que por un lado hacen un show de travestismo político y demagogia, mientras por otro preparan la represión (ver gabinete que anuncia Scioli, con Granados, Casal y Berni en las áreas de “Seguridad”).
Tanto las promesas de Macri, de no sacar los planes y de abrazarse con Moyano, como las de Scioli, de otorgar el 82% a los jubilados y de sacar el impuesto a las ganancias a una franja importante de trabajadores, son un reflejo de lo dicho líneas más arriba. Ambos candidatos compiten en promesas que saben no cumplirán y que significarán una pronta desilusión de millones de mujeres y hombres del pueblo. Desilusión que, además, estará en el marco de un ajuste en los ingresos de los trabajadores, de un crecimiento de la desocupación y de la caída aún mayor de la salud y educación pública; o sea, un aumento en el deterioro en las condiciones de vida del pueblo trabajador.
No al chantaje. Ante esta singular situación, de masas que votan mayoritariamente (a uno u otro de los candidatos del ajuste) con la esperanza de no perder las conquistas obtenidas e incluso ir por más, adquiere mayor importancia ese millón de voluntades por un cambio. De esto han tomado nota los ideólogos de la burguesía, que buscan (en la segunda vuelta) chantajear al activismo antiimperialista para aislar a la vanguardia socialista y dar legitimidad (en nombre de las “mayorías”) a los planes de ajuste y represión que preparan.
Por ello, vuelven a equivocarse quienes llaman a votar a Scioli en nombre de“evitar” un posible mal mayor. Ambos, Scioli como Macri, defienden los intereses de la misma clase social, y basta ver lo hecho estos últimos 8 años en Capital Federal, como en Provincia de Bs. As., para darse cuenta de ello. Sólo lo diferencian pequeños matices, los mismos que podían diferenciar a Videla de Benjamín Menéndez en el 76.
Lo que no comprenden, ni podrán comprender, los compañeros del nacionalismo revolucionario (por no pararse desde el marxismo revolucionario, o sea, desde la lucha de clases), es que la política no la producen ni la diseñan hombres aislados, sino que la política es la resultante de los intereses y lucha de determinadas clases sociales. Y hoy en Argentina, como resultado de la contrarrevolución del 76, sólo hay dos clases sociales capaces de producir política: la clase obrera y la burguesía financiera (fusión del capital bancario, industrial y terrateniente); el resto de los grupos sociales sigue a una u otra de esas clases. Por ello, como decimos en nuestro documento central, asumiendo las investigaciones de Fernando Azcurra,“la vida social, económica, política y cultural de la Argentina, es dominada por los monopolios del “viejo” establisment (como) del nuevo socio” (la burguesía media que desde el 1er peronismo evoluciona y se convierte también en monopólica).
Es por ello que (continúa Azcurra), “el proletariado desestabilizador y con veleidades de “liberación”……bajo la dirigencia peronista se “domestica” y se “democratiza”……. (abriendo el camino) de la consolidación burguesa monopólica, ejercida con la máscara de la democracia política….y a cargo de politicastros pequeñoburgueses, liberales unos, populistas otros….”
Y remata Azcurra: “ajuste, adecuación, perfeccionamiento de la maquinaria estatal…..y no reforma (de la misma, ) es el objetivo de esta etapa de la dominación burguesa”.
Y tanto Scioli, como Macri, Massa, Stolbitzer o Saa coinciden en esto de perfeccionar la maquinaria del Estado como forma de continuar garantizando la explotación y opresión del proletariado y el pueblo trabajador, como también el sometimiento de la nación al capital transnacional. De allí que sea tan perjudicial para la nación, las masas trabajadoras y el incipiente proletariado socialista, el llamado de algunas organizaciones y compañeros a votar a Scioli con el pretexto de frenar la derecha.
En las elecciones del 22 de noviembre lo correcto hubiera sido la convocatoria a rechazar el chantaje de la burguesía mediante un voto programático con las principales medidas a tomar para que sea cierto un cambio de fondo (estatización del sistema bancario y del comercio exterior; no pago de la llamada deuda externa; congelamiento de precios y alquileres; aumento general de salarios) para que sectores de la masa trabajadora vaya haciéndose carne de cuales son la medidas prácticas a tomar por un gobierno revolucionario para sacar a la Argentina del estancamiento y acabar con la explotación y la corrupción. Desenmascarando que en la disputa Scioli/Macri no hay dos países en juego, sino uno sólo, el de la dependencia, el de la entrega del país a los pulpos imperialistas, el de la súperexplotación de la clase obrera y la opresión de todo el pueblo.
De allí que el 22 lo principal sea impulsar el rechazo a cualquiera de las dos fórmulas, ya sea con el voto programático, el voto en blanco o la no concurrencia. Lo importante, lo cardinal, es no prestarse a legitimar los planes reaccionarios de ambos candidatos.
Allí radica la importancia de avanzar en la organización política socialista de los trabajadores y el pueblo, en barrios, fábricas y escuelas, para defender lo obtenido hasta aquí, pero fundamentalmente para avanzar en la emancipación de la clase obrera y la nación toda. Para ello es cardinal que ese millón de voluntades expresadas en las urnas encuentre un canal organizativo que le permita desplegar y ejercer su fuerza en política.
El FIT -tal cual se ha manifestado hasta aquí- no es ese canal. Para ello se requiere romper con la estrecha visión meramente electoralista y atreverse a llamar a construir un movimiento de masas socialista.
Y en esto adquiere una gran importancia la formación política/ideológica de nuestros militantes, tanto para la tarea del desarrollo de la construcción propia, como para impulsar la constitución de diferentes niveles de acuerdos con las fuerzas que nos identificamos con el socialismo y el comunismo y que, a nuestro entender, está dado por un primer nivel cuyos acuerdos están en torno al desarrollo de un Partido revolucionario de los trabajadores; un segundo nivel por la coordinación/unidad de los destacamentos guevaristas; y un tercer nivel por la constitución de ese movimiento de masas de carácter socialista (o Partido de los Trabajadores) a partir de la concreción de Comités de Base de ese gran Movimiento, donde coincidamos con las distintas vertientes del arco del trosquismo.
Tenemos una clase obrera y un pueblo ávido de cambio; abierto a políticas y propuestas revolucionarias. Está en nosotros el contribuir, cotidianamente, a crear la organización política capaz de cambiar de raíz la Argentina.

Ni con Scioli ni con Macri, Con la lucha y la Revolución socialista.
31/10/2015

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