Argentina: ¿Qué hacer frente al balotaje Scioli-Macri? Entre el voto en blanco y el no a Macri.

 

Por Mariano Casco, Resumen Latinoamericano, 4 de noviembre 2015.- El balotaje que se realizará en Argentina entre Daniel Scioli y Mauricio Macri en las próximas semanas adquiere un carácter histórico. Veamos, pues, lo que representa cada candidato y cuáles son los posibles caminos para todos aquellos que apostamos a un futuro emancipador.

Por primera vez en la historia electoral moderna de nuestro país un partido de derecha podrá llegar al poder sin necesidad de un golpe militar o de elecciones fraudulentas. Durante todo el siglo XX, a la gran burguesía argentina, aliada al imperialismo británico primero y al norteamericano después, le costó construir organizaciones partidarias que respondan directamente a sus intereses. Por ello, esta fracción de la clase dominante recurrió numerosas veces a golpes militares para intervenir en la realidad nacional. Evidentemente con el desprestigió que obtuvieron las fuerzas armadas luego de 1983 los sectores más concentrados del poder económico tuvieron un grave problema, dado que su posibilidad de incidir en la realidad política quedó disminuida. Esa importante dificultad para los sectores dominantes es la que está intentando resolver el partido Propuesta Republicana (PRO) de Mauricio Macri. Y con la obtención de la provincia de Buenos Aires hace unos días junto con el balotaje que disputará en unas semanas, está dando un paso gigante en zanjar tal problemática.

Por su parte, el contrincante de MM en el Balotaje, Daniel Scioli, se enmarca en la tradición del nefasto peronismo liberal. Postura política-económica que se hizo con el gobierno una vez muerto Perón en 1974. Isabel de Perón, unos meses después de ser presidenta, puso en el Ministerio de Economía a Celestino Rodrigo que llevó a cabo un brutal ajuste económico que impactó directamente en las condiciones de vida del pueblo argentino. El mismo se conoció con el nombre de “Rodrigazo”. Producto de ese ajuste es que se realizó una de las principales movilizaciones obreras en la historia argentina. Pero, la principal figura de la tradición política en la cual se inscribe Scioli es el innombrable Carlos Saúl, responsable de uno de los peores ataques a las condiciones de vida del pueblo argentino. Por último, es necesario agregar que Scioli dirige actualmente una coalición que tiene sectores distintos en su interior. Encolumnados detrás del peronismo liberal aparecen los agrupamientos tibiamente reformistas que dirigieron el país los últimos 12 años. Que haya organizaciones distintas (pero para nada antagónicas) dentro de dicha fórmula hace posible que existan ciertos límites en sus intentonas privatistas. También posibilita que cualquier ajuste que realice el ex motonauta tenga mayores costos políticos.

Como se puede ver, el futuro que nos depara no es para nada prometedor. Sea cual sea el resultado del balotaje se vienen momentos de ajuste. Uno de los principales responsables del oscuro futuro que se avecina es indudablemente el kirchnerismo. Tanto porque terminaron poniendo a un liberal como cabeza de fórmula, como porque no se opusieron al PRO a lo largo de estos años. Hay varios ejemplos de esto último, basta advertir que los kirchneristas en la ciudad de Buenos Aires le votaron casi todas las leyes al macrismo creando el famoso “pacto PRO-K”. En este sentido, vale destacar que la intención de convertir al Hospital Borda en un shopping fue votada por prácticamente todo el arco político que comulga con el actual gobierno nacional.

Frente a la situación política que se nos impone surge un interrogante de primerísima importancia para todos aquellos que buscamos una argentina sin explotados ni explotadores, ¿Cómo enfrentar el ajuste que se viene? Está fuera de duda que debemos empezar la resistencia desde ahora, interviniendo en el balotaje de una manera de ponerle el mayor límite posible al gobierno que se venga.

El voto en blanco

Del Caño ha pedido a su electorado votar en blanco. Su llamado no fue acompañado de ninguna convocatoria concreta a los trabajadores y los sectores populares para organizarse e intervenir frente a la situación –exceptuando, claro está, que se sumen al PTS-.

La principal línea argumental del diputado por la provincia de Mendoza se encuentra en demostrar que Scioli es alguien de derecha y que su proyecto no es para nada de izquierda, siquiera progresista, cuestión que es más que evidente. Pero el debate no debe estar puesto en cual es “menos peor” si Scioli o Macri, sino en cuál es la situación que nos deja cada uno. Se trata de intervenir en el balotaje para encontrarnos lo mejor posicionados para enfrentar el ajuste que se viene y nadie puede dudar que la manera más dificultosa será teniendo un partido que encarna el proyecto de sociedad de la última dictadura militar en la presidencia de la nación.

La propuesta de voto en blanco le quita importancia histórica a la elección. No se trata de una elección a Jefe de Gobierno (como lo fue Filmus-Macri en su momento), ni es una disputa por el aparato pejotista entre Menem y Kirchner como en el 2003. Tampoco es el objetivo establecer una ley universal que diga que hay que votar en cualquier momento a un candidato que dispute con el PRO, sino que se trata de realizar un análisis concreto de esta situación concreta. Y en este sentido, el objetivo primordial debe estar puesto en desbaratar la más feroz apuesta organizativa de la derecha argentina de los últimos tiempos.

Una salida

Si el voto en blanco no es un salida, la misma está en convocar a una gran campaña anti-macrista y de denuncia del neoliberalismo en todas sus formas articulado con el voto utilitario a Scioli. Tanto embellecer a Scioli como ocultar la responsabilidad del kirchnerismo sobre la actual situación es un error. Lo esencial en estos momentos es ponerle un freno a la intentona macrista.

Hay que retomar el ejemplo del año pasado de la izquierda colombiana (que está a años luz en organización y en radicalidad de la izquierda argentina). Ella logró torcer la elección entre Santos y Zuluaga con una estrategia similar. Y de esa manera evitaron un recrudecimiento de la guerra hacia el pueblo y una continuidad de los diálogos de paz, a la vez que demostraron la relevancia de las fuerzas políticas de ese signo en la vida de dicho país. Refiriéndose a dicha situación Andrés Felipe Parra Ayala decía: “La pregunta de si votar o no por Santos en la segunda vuelta no debe resolverse defendiendo o atacando la idea del menos peor. Lo que está en juego no son dos personas, sus ideas y cualidades morales, sino dos situaciones”. Es necesario retomar dicha experiencia.

Quienes elegimos “votar con la nariz tapada” para que no gane Macri no estamos optando por el ajuste de Scioli, y no nos va a sorprender cuando éste lleve a cabo uno, estamos optando por la situación que nos permitirá enfrentar mejor los embates de la burguesía. Por ello mismo, finalizamos diciendo que evitar que gane Macri no será más que un elemento defensivo que deberá estar asociado con la más amplia movilización del campo popular. La calle, en definitiva, será el principal escenario de lucha de la Argentina que se viene.

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