Argentina: Falleció el coronel (r) y luchador popular Horacio Ballester, uno de los fundadores del Cemida

 

Resumen Latinoamericano / Telam/ 29 de octubre 2015.-Con la muerte del coronel retirado Horacio Ballester, ocurrida el sábado pasado a los 88 años, desaparece una figura central del reducido núcleo de militares que rechazaron el terrorismo de Estado, y que tras la restauración democrática de 1983 se agruparon para dar una voz diferente dentro de los cuerpos armados.

Junto a los coroneles también retirados José Luis García, Carlos Gazcón, Gustavo Cáceres, Jaime Juan Cesio y Augusto Rattembach, entre otros, Ballester fundó en noviembre de 1984 el Centro de Militares para la Democracia en Argentina (Cemida).

Años después, lo explicó en estos términos: “Al subir el gobierno constitucional en 1983 las únicas voces militares que se escuchaban, de personal en actividad o retirado, eran favorables a la dictadura y nuestras voces opositoras carecían de eco periodístico”.

Surgió entonces la idea de crear una ONG de militares democráticos y así nació el CEMIDA, que obtuvo un eco impensado ya que una bomba colocada a los pocos días en sus oficinas de Libertad 94, que aun ocupa en la actualidad, los hizo famosos mundialmente.

Para entonces, el núcleo inicial ya se había robustecido con la incorporación de un puñado de oficiales subalternos dados de baja por su rechazo a la dictadura y algunos altos oficiales retirados, como los generales Ernesto López Meyer y Jorge Leal , conquistador del Polo Sur y primer presidente del Cemida, que fue designado por voto de los asociados.

Ballester se había incorporado al Ejército como infante en 1943 y participó del golpe contra el presidente constitucional Arturo Illía en 1966, hecho que calificó luego como un “tremendo error”.

Participante de la rebelión militar de 1972 contra el dictador Alejandro Lannusse con epicentro en las unidades de Azul y Olavarría, fue dado de baja y recién fue reincorporado en 1973 pero sin volver a la actividad.

La proximidad del inicio del Juicio a los Comandantes hizo pensar a muchos que el Cemida era sólo una maniobra del presidente Raúl Alfonsín para darse respaldo entre los hombre de armas pero ellos nunca lo sintieron así y criticaron aspectos de la reoganización castrense para la que nunca fueron consultados.

Ballester era considerado a mediados de los 70 como un “nacionalista peruanista”, pero más allá de su diverso origen político e ideológico, el grupo se identificó de inmediato con la preservación del régimen democrático, que las rebeliones carapintadas mantuvieron en vilo hasta los 90.

Tanto Ballester como García declararon en 1985 en el Juicio a las Juntas Militares y luego lo hicieron en decenas de juicios por crímenes de lesa humanidad explicando como “peritos” detalles de la organización castrense que, amparada por la “doctrina de la seguridad interior”, permitió la aplicación sistemática del terror.

Ambos participaron luego de misiones de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos para investigar crímenes masivos de población civil en países centoramericanos y Haití.

A partir del 2009, Ballester se desempeñó como perito en las megacausas Campo de Mayo y Esma y en el 2012 declaró en el juicio por el fusilamiento de 22 guerrilleros detenidos en la Base Naval Almirante Zar de Trelew, convirtiéndose 40 años más tarde en el primer militar en admitir que la explicación castrense de la masacre era “insostenible”.

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