África. El acuerdo en Burkina Faso recoge las demandas de los golpistas

Por Susana Moliner Delgado /Resumen Latinoamericano/ 22/09/15 · El documento propuesto por la CEDEAO para una salida de la crisis ha sido denunciado por dar la espalda a la ciudadanía.

Tras el golpe de Estado del general Diendéré, cercano al dictador Compaoré destituido en noviembre del año pasado, que tuvo lugar el 16 de septiembre, la Comunidad Económica de África Occidental (CEDEAO) ha enviado a Burkina Faso a los presidentes Macky Sall, de Senegal, y Yayi Boni, de Benin, para realizar labores de mediación.

Las negociaciones comenzaron el 19 de septiembre y esa misma noche fue anunciado un acuerdo. El documento firmado por los dirigentes africanos incorpora los principales reclamos de los golpistas y de los partidarios de Blaise Compaoré. Este acuerdo, aseguran los firmantes, da respuesta a un país profundamente dividido entre dos bandos que compiten por el poder en una lucha fratricida.

El movimiento ciudadano Le Balai Citoyen ha desmentido dicha idea de país dividido. Además, ha asegurado de que se trata de una ofensiva mediática para vender a la comunidad internacional la necesidad del antiguo régimen y obligar al país, de este modo, a aceptar el acuerdo. Para dicho colectivo, esta propuesta da la espalda a todo lo que el pueblo de Burkina Faso ha construido desde que en octubre del pasado año lograra volcar 27 años del régimen dictatorial del Blaise Compaoré.

burkin3Esta mañana, la capital del país ha despertado con la liberación del primer ministro de la transición Isaac Zida, hasta ahora en manos de los golpistas. Asimismo, los soldados del ejército de Burkina Faso, que apoyan al gobierno destituido, han planteando un ultimátum a los golpistas para abandonar el poder.

Según las imágenes difundidas en Facebook, parece que muchas de las ciudades de provincia han escapado al control de los golpistas. En Uagadugú el RSP controla aún una parte de la ciudad. Varias manifestaciones han sido convocadas por Balai Citoyen. Los sindicatos, muy representativos y combativos en Burkina han lanzado una huelga general. Los próximos días serán decisivos para una salida de la crisis protagonizada por la ciudadanía.

Comunicado de Balai Citoyen

La perversa película que se desarrolla ante nuestros ojos en Burkina

Yayi Boni (Presidente de Benín) nos ha anunciado una buena noticia. Y aquí esta, fea y cruel. La CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) acaba de proponer un vergonzoso acuerdo para salir de una crisis, que no existe. No hay protagonistas. Solo hay agresores, terroristas frente a la población civil que es masacrada y que resiste.

El pueblo de Burkina está a punto de ser castigado por haber desafiado el orden establecido. Los productores de esta serie de ficción son la CEDEAO, mafioso sindicato de jefes de Estado africanos e intereses franceses que apoyan el secuestro del pueblo realizado por la RSP (Regimiento de Seguridad Presidencial). Un secuestro realizado a las  órdenes del general que fue condecorado con la Legión de Honor por Sarkozy en 2008. Para ellos, el Burkina de la impunidad y la corrupción generalizada debe renacer sobre las cenizas del país de los hombres íntegros, del Burkina de Sankara.

Macky Sall y Yayi Boni deber haber regresado a sus casas contentos. La misión de distracción había sido cumplida, mientras nuestro presidente y su primer ministro siguen en manos de los secuestradores. En el acuerdo la RSP continua y ni siquiera se ha propuesto de ponerla bajo la orden directa del Estado Mayor de los Ejércitos.

Macky Sall et Yayi Boni no han dicho nada sobre los muertos que se amontonan en la morge ni sobre las decenas de ciudadanos gravemente heridos amontonados en los pasillos del hospital Yalgadoo.

El Général golpista Diendéré  representa bien su papel, exige y obtiene una redistribución de las cartas: la impunidad total y la restauración del sistema abatido.

Todo esto, sobrepasa al pequeño soldado y torturador de la RSP. Ellos no son más que un peón en este juego donde los maestros en la sombra tienen planificado desde hace tiempo el funcionamiento y formato de nuestros estados africanos.

Si no nos ponemos en guardia muchos de nuestros ciudadanos van a terminar aceptando el nuevo acuerdo como un mal menor, sin darse cuenta de lo que supone como vuelta al régimen derogado por la insurrección popular.

En breve los líderes religiosos y tradicionales manipulados por Blaise Compaoré se atreverán a pedirnos que los perdonemos,  el bla,bla,bla de “En nombre de Dios, de la Paz …….”,  olvidando que esos terroristas dispararon en casa de Mogho Naba (jefes tradicionales)  y martirizaron a los resistentes del Hotel Laico bajo la mirada cómplice del cuerpo diplomático.

En realidad no se trata solo de que se larguen Diendéré y su RSP, que no son más que peones al servicio de una organización transfronteriza globalizada y sofisticada, sino destruir la secta mafiososa que quiere acaparar los aparatos de nuestros Estados.

Por esta razón es necesario poner fin a esta perversa película producida por la CEDEAO que tiene como director a Macky Sall, Yayi Boni y a otros actores y figurantes, con sus Bubús bordados y sus trajes de chaqueta caros.

No debemos ser figurantes ni peones, nosotros debemos anticipar los golpes con antelación. Debemos cavar la tumba del imperialismo.

Adelante con la resistencia.

Balai Citoyen

Burkina Faso: dislocación de la mafia o reinvención del interés común

Un análisis de la crisis en Burkina Faso y del desafío de las sociedades africanas para reinventar sus instituciones.

, Dramaturgo y escritor
18/09/15 ·

burkinaConcentración de los integrantes del moviemiento ciudadano Balai Citoyen en la plaza de la Revolución en Uagadugú / BALAI CITOYEN

El golpe de Estado del cuerpo de seguridad presidencial en Burkina Faso, en la madrugada del 17 de septiembre, ilumina la bifurcación histórica en la que se posicionan la mayor parte de las sociedades africanas: la dislocación en grupos mafiosos o la posibilidad deinventar instituciones creíbles, que respondan al interés de sus ciudadanos.

Por su pureza, eficacia y, sobre todo por el desafío que marcó, la revolución ciudadana de Burkina Faso de octubre de 2014 fue un paso crucial en la construcción de instituciones representativas de la ciudadanía. Hoy su ex-presidente Blaise Compaoré obliga a sus ciudadanos obediencia a una Constitución para permanecer a pesar de ella.

Los estados y gobiernos salidos de la noche colonial son un corta y pega de instituciones nacidas en otro lugar, inauguradas bajo dominación extranjera.

Estos estados en los que nadie cree, ni sus agentes, ni sus administradores, ni sus mismos ciudadanos, son resultado directo de los intereses colonizadores. La privatización de sus derechos y bienes públicos es la base de su funcionamiento. Su implementación la asume desde el policía de cualquier esquina hasta el jefe de Estado.

La ciudadanía resuelve el día a día como puede, mientras la tía del presidente va a operarse al Hospital Americano de París o el primo del policía consigue fácilmente un tratamiento de antibióticos. Mientras, un tufo de verborrea democrática se instaura para mantener la ficción necesaria que permita ingresar las trasferencias en concepto de “ayudas al desarrollo” e incluirse dentro del sistema internacional.

Este juego indigno y patético de los poderes públicos para parecer un país democrático produce un efecto de enorme indignación en un país mayoritariamente joven. ¿Cómo un presidente que transformo la Constitución en su juguete personal puede señalar el camino a la juventud, numerosa, creativa y cada vez más urbana? ¿Qué credibilidad tiene para convencerlos de que respeten “la moral y la ley”?

Lo que ocurrió al pueblo de Burkina Faso en octubre 2014 es un claro resultado de este proceso. “Nosotros no jugamos más con la Constitución”, exclamaban durante las manifestaciones.

Estos acontecimientos, trágicos y gloriosos, han hecho dejar de considerar la Constitución como un cachivache institucional a la occidental, y transformarlo en una herramienta para el cumplimiento de un conjunto de reglas que se aplique a todo el mundo y la estabilización de un marco en el que la creatividad del pueblo pueda construir el edificio institucional que le conviene.

La guardia “presidencial” que detuvo al presidente de la transición, en el golpe de estado del miércoles 16 de septiembre cometido a un mes de las elecciones generales, parecía decir sin rodeos: “Queremos recuperar nuestra propiedad privada, el poder; nuestra legitimidad reside en la fortaleza de nuestra organización y en nuestras armas”.

Y de esta forma recordar al pueblo burquinabe que está bajo la amenaza de un grupo de 1.300 personas armadas que no se quieren dejar la fuente de alimento que representa el poder.

La historia reciente de Burkina Faso es un ejemplo de la bifurcación histórica ante la que se colocan las sociedades africanas medio siglo después de las independencias: la dislocación de sus sociedades en mafias rivales capaces, para mantener su territorio, de las crueldades más atroces, o de la invención de instituciones habitables capaces de ser interiorizadas y respetadas por la ciudadanía.

Boko Haram es posible. Nelson Mandela también lo es. El éxito del golpe de estado del equipo mortífero de la guardia presidencial de Burkina Faso es posible. Pero también lo es la capacidad creativa de la revolución de octubre y noviembre de 2014 para reanudar y apropiarse, de nuevo, de la historia.

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