Desde Argentina: solidaridad con los pueblos de Turquía, que luchan por un país democrático y en paz

Por Unión Cultural Armenia / Resumen Latinoamericano/ 21 de Sept. 2015.-  El constante crecimiento que viene protagonizando la izquierda y el progresismo en Turquía, principalmente los amplios sectores vinculados a las diversas minorías nacionales y sociales, entre ellos el pueblo kurdo –que representa casi el 20% de la población de Turquía- preocupa cada vez más a los sectores retrógrados que se mantienen en el poder desde hace varias décadas.
Si bien es cierto que los sucesivos gobiernos se caracterizaron por tratar de hacer ver que las cosas cambiaban a pesar de que todo seguía igual para los trabajadores y las minorías, éstos, con su abnegada lucha, lograron avances concretos y fueron protagonistas de algunos importantes logros para beneficio de las mayorías oprimidas.
Contribuyó decididamente a este crecimiento de los sectores populares el cese de fuego y el acuerdo de paz, logrados por iniciativa de la comandancia del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y también la nueva propuesta del máximo líder del pueblo kurdo, Abdullah Ocalán, el “Confederalismo Democrático”, que pregona la construcción de un nuevo país sobre la base de la convivencia pacífica y la adminitración compartida por representantes de las distintas nacionalidades y de otras minorías que habitan el país.
El 13,5% de los votos obtenidos en las últimas elecciones por el Partido Democrático de los Pueblos de Turquía (HDP) –que por primera vez logró que una fuerza de izquierda, y pro-kurda, atravesara la restrictiva barrera del 10%- fue una clara demostración del avance consistente de las fuerzas que luchan por la construcción de una Turquía democrática y socialista.
Sin embargo, los sectores conservadores, fundamentalistas y militaristas en el poder de la mano del AKP liderado por el presidente Erdogán, al no haber logrado llegar a un acuerdo con el partido socialdemócrata (25%) y con el nacionalista (17%), parecen dispuestos a todo con tal de no perder el control del país y sus privilegios.
A su ya conocido rol de aliado regional del imperialismo norteamericano y europeo, a su coqueteo permanente con el genocida Estado israelí, a la alianza con los sectores reaccionarios que intentan derrocar al presidente sirio Bashar al-Asad y al apoyo –a veces escondido, pero real- a los fundamentalistas del Estado Islámico, el gobierno turco ahora le agregó, por un lado, el ataque abierto a las fuerzas kurdas y a los sectores de izquierda y progresistas del país, y, por el otro, una actitud permisiva para que grupos nacionalistas actúen con total impunidad, agredan y ataquen objetivos de las minorías nacionales y otras.
Durante varios días, desde el lunes 7 de septiembre, hordas nacionalistas (fascistas) turcas intentaron ingresar al “Kamp Armén” (Campamento Armenio) y atacaron con piedras, palos y cadenas a quienes montaban guardia en el lugar, pero finalmente los jóvenes armenios lograron hacerlos huir. No contentos con esa acción, varios grupos se dirigieron a los barrios armenios intentando sembrar el pánico con la rotura de vidrios y el ataque a distintas propiedades comunitarias y particulares.
También incendiaron y destruyeron más de 40 locales del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) –entre ellos, su Comité Central- y más de 300 casas y comercios pertenecientes a familias kurdas.
Desde la Unión Cultural Armenia de la República Argentina condenamos el accionar de estos grupos fascistas, denunciamos al gobierno de Erdogan por su inacción ante la barbarie y por su política discriminatoria y antipopular, y exigimos el cese inmediato de la agresión y la represión permanentes al pueblo.
Asimismo, llamamos a las instituciones de nuestra colectividad, a las organizaciones políticas, de derechos humanos, profesionales, sociales, juveniles, estudiantiles y gremiales de la Argentina, a denunciar públicamente al gobierno fascista turco y a expresar por distintos medios su solidaridad activa con los pueblos de Turquía, quienes aglutinados en el HDP enfrentan un nuevo intento gubernamental por acallar las voces disidentes a través del miedo, a semanas de las próximas elecciones del 1° de noviembre.
Devolución inmediata del “Kamp Armén”
y de todas las propiedades expropiadas a las minorías nacionales.
Cese de la política de turquificación de la población del país.
Derogación de todas las leyes discriminatorias. Respeto a la diversidad y al derecho
de los pueblos a desarrollar libremente su identidad nacional.
Libertad a Abdullah Ocalán y a todos los presos políticos
por luchar por la democratización de Turquía.
Unión Cultural Armenia
Buenos Aires, 15 de septiembre de 2015

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