Paraguay. Campesino acusado por la masacre de Curuguaty reivindica la tierra para vivir, y pide justicia y nulidad del proceso al que están sometidos.

Resumen Latinoamericano / 10 de Agosto 2015 .-   “Roipotágui un pedazo de tierra péicha oreguereko hikuái”.

Adalberto Castro, uno de los campesinos acusados por la masacre de Curuguaty, ratifica su inocencia respecto a los cargos de invasión de inmueble, asociación criminal y homicidio doloso en grado de tentativa que enfrentan tras ser desalojados por reclamar las tierras de Marina Cue, un inmueble que había sido destinado para los fines de la reforma agraria pero que hasta la actualidad está usurpada por la empresa privada Campos Morombí.

Adalberto –quien es hermano de Néstor y Adolfo, acusado y fallecido en la masacre, respectivamente– pide que se solucione el problema de la tierra, uno de los principales cuestionamientos al proceso, pues abogados sostienen que Campos Morombí, al no ser propietaria de las tierras, no tenía derecho a solicitar el desalojo y que, por lo tanto, todo el procedimiento es nulo.

El labriego reivindica la necesidad de la tierra para vivir, justicia para los 17 fallecidos y que se anule el juicio. Adalberto pide a la ciudadanía que los acompañe porque son inocentes y no criminales, tal como son presentados.

“Roipotágui un pedazo de tierra péicha oreguereko hikuái (Por querer un pedazo de tierra nos tienen así)”, concluye.

El juicio a los doce campesinos acusados fue suspendido en cuatro ocasiones. La última, en julio pasado, fue por la renuncia masiva de los procesados a seguir siendo defendidos por los abogados Guillermo Ferreiro y Vicente Morales.

El nuevo abogado, Víctor Azuaga, pidió un plazo de 15 días para estudiar el expediente y además recusó al tribunal de sentencia por la preopinión de presidente, Ramón Trinidad Zelaya, quien al rechazar el otorgamiento de más tiempo alegó que la prensa y la ciudadanía pide saber la sentencia. Según sostuvo Azuaga, los demás jueces, Benito Ramón González y Samuel Silvero, avalaron con su silencio la conducta del presidente del tribunal.

Procesada por la masacre de Curuguaty pide justicia y libertad

Mujeres están acusadas por la fiscalía por supuestamente haberse mostrado con sus hijos en brazo para tomar desprevenidos a los policías.

Dolores-2zn9ljhc0qjja0x0wnp5oqDolores López Peralta –acusada por invasión de inmueble ajeno, asociación criminal y homicidio doloso en grado de complicidad– cuenta que el día de la masacre, el 15 de junio de 2012, no pudo ver lo que pasó, pues no se encontraban en el punto donde se desató el tiroteo. Luego al salir del bosque, fue detenida y posteriormente liberada, aunque luego fue arrestada nuevamente.

Dolores estuvo nueve meses presa en la cárcel de Coronel Oviedo hasta que una huelga de hambre de sus compañeros en reclamo de la prisión domiciliaria para las mujeres embarazas logró el levantamiento de la prisión preventiva, donde sufrió muchas necesidades a raíz de que no podía salir a trabajar.

Su reclamo es por la justicia y la libertad porque es inocente y además necesita salir a trabajar para brindar el sustento a sus dos hijos. Pidió ayuda a todo el pueblo ratificando su inocencia y la nulidad del juicio que deben enfrentar, que se encuentra temporalmente suspendido tras el cambio de los abogados defensores y la recusación contra el Tribunal de Sentencia por haber preopinado adelantando una condena contra los 13 procesados.

El fiscal Jalil Rachid acusa a las mujeres de haber hecho de “señuelos” mostrándose con sus hijos en brazo para supuestamente crear un ambiente de confianza en los más de 300 policías a fin de tomarlos desprevenidos y proceder a emboscarlos.

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