Argentina. La historia desconocida de Rodolfo Walsh que reveló la causa ESMA

Por Maia Jastreblansky /  Resumen Latinoamericano / Casapueblos-AEDD /10 de Julio 2015.- Se armó una cadena testimonial impresionante”, dijo la abogada de la familia Walsh.

“Lo que más me interesa de ello es que se llevaron el último cuento que mi padre había escrito «Juan se iba por el río». Durante el juicio les pedí a los represores en la cara que me lo devolvieran”, señaló Patricia Walsh a este medio.

Gracias a los testigos del juicio, salieron a la luz datos inéditos sobre los meses previos a su homicidio; el predio en donde podrían estar sus restos.

La causa ESMA no sólo hizo justicia con la familia de Rodolfo Walsh al condenar a prisión perpetua a los responsables de su muerte. También echó luz sobre aspectos desconocidos sobre los meses previos a su desaparición. Además, les dejó una esperanza: la posibilidad de descubrir el paradero de sus restos.

Tras el golpe de marzo de 1976, Walsh había pasado a la clandestinidad como Norberto Pedro Freyre, gracias a una cédula apócrifa que le había facilitado un amigo policía. Ya había falsificado su identidad por la de Francisco Freyre cuando investigó los fusilamientos de José León Suárez (relatados en Operación Masacre) pero, llegada la Junta Militar, decidió cambiar su nombre de pila y camuflarse bajo un aspecto senil.

A pesar de su disfraz, el 25 de marzo de 1977, en la esquina de San Juan y Entre Ríos, un grupo de militares le hizo una emboscada, lo acribilló e hizo desaparecer su cuerpo.

En el veredicto dictado el pasado miércoles por el Tribunal Oral 5°quedó probado que Walsh fue asesinado por el Grupo de Tareas (GT) 3.3.2. de la ESMA, un hecho por el que fueron condenados, entre otros, Alfredo Astiz y Jorge “El Tigre” Acosta. Lo que hasta entonces figuraba como “desaparición”, pasó a llamarse “homicidio”.

“Se armó una cadena testimonial impresionante”, dijo la abogada de la familia Walsh

Pero además en el juicio pudo comprobarse que parte del GT, bajo el comando directo de Acosta, venía siguiendo la pista de Walsh desde septiembre de 1976, y que personas sin vínculo con el periodista fueron detenidas y torturadas con la intención de obtener datos. En tanto, gracias a las declaraciones de sobrevivientes, la Justicia ordenó preservar un predio en donde podrían estar los restos del escritor.

“Por lo pronto, no nos podemos quedar con la duda así que reclamamos que se hagan peritajes en ese terreno”, señaló la hija del periodista, Patricia Walsh en diálogo con LA NACION. Su abogada, Myriam Bregman, explicó acerca del juicio: “Fuimos reconstruyendo espacios en blanco. A partir de un testimonio pedimos más testigos y se armó una cadena testimonial impresionante”.

La casa del Delta

Uno de los hechos que salieron a la luz fue el operativo que el “Tigre” Acosta llevó a cabo en el Delta del Tigre. Allí Walsh había adquirido dos casas de fin de semana, “Lorelei” y “Liberación”.

A esta última se dirigieron los militares bajo orden de la Marina a buscar al periodista el 19 de septiembre de 1976. Al llegar se encontraron con la casa vacía, situación que no les impidió irrumpir violentamente. Se trata del famoso “allanamiento” de la casa de Tigre al que el periodista se refiere en el primer párrafo de la Carta Abierta a la Junta Militar.

“Sólo con el tiempo algunos entendieron que fueron detenidos porque buscaban a mi padre”, dijo la hija de Walsh

En una propiedad vecina residía un matrimonio que al momento del operativo recibía la visita de otra pareja. Los cuatro fueron capturados y trasladados encapuchados en lancha-colectivo hasta la costa y luego hacia la ESMA. Allí fueron sometidos a torturas y vejaciones, interrogados sobre el paradero de Walsh, a quien no conocían. Luego de unos días, fueron liberados.

El matrimonio vendió su casa y jamás quiso regresar al lugar. “Sólo con el tiempo estas personas comprendieron que habían estado en la ESMA, porque asociaron los ruidos de los aviones y los murmullos, y que en realidad buscaban a mi padre”, relató Patricia Walsh.

La reapertura de la investigación los motivó a brindar testimonio en el juicio que finalizó el pasado miércoles. Tras su declaración, durante las audiencias, el “Tigre” Acosta reconoció ante el Tribunal haber encabezado la operación.Lorelei, una de las casas de Walsh en el Tigre // Foto: Luciano Zito – LUPA FILMS.

El botín de San Vicente

A los represores además, se les imputó el delito de “robo con armas, en lugar poblado y en banda”, en perjuicio de los bienes de Walsh. Cuando en marzo del 1977 el periodista fue capturado, llevaba un maletín con el boleto de compra venta de un terreno en San Vicente.

Allí se dirigió el grupo de tareas para realizar la tarea que se hacía con la mayoría de los desaparecidos: llevarse un botín. Los militares ingresaron en su casa de San Vicente y la vaciaron de pertenencias, que fueron depositadas en el llamado “Pañón” de la ESMA, donde se acumulaban los bienes de las víctimas.

“Lo que más me interesa de ello es que se llevaron el último cuento que mi padre había escrito «Juan se iba por el río». Durante el juicio les pedí a los represores en la cara que me lo devolvieran”, señaló Patricia Walsh a este medio.

El campo de deportes, una sospecha a despejar

En uno de sus párrafos de la sentencia que leyó el tribunal se hace mención a un campo de deportes sobre el cual se pide “preservar la prueba”. Se trata del predio “Cabo Primero Ernesto del Monte” que la Armada posee en el barrio de Núñez.

Allí hace 19 años se realiza un torneo deportivo del que participan los miembros de las Fuerzas Armadas. Fútbol, voley y atletismo son algunas de las disciplinas que se practican en la competencia, cuya última edición tuvo lugar en septiembre último.

Según lo que indujo la hija de Walsh a raíz de los testimonios, ese podría ser paradero de los restos de su padre. Dos de los sobrevivientes, aseguraron además haber visto al cuerpo Walsh ser trasladado en camilla en el sótano del llamado casino de oficiales, el espacio central de alojamiento y tortura de los secuestrados de la ESMA.

“No me puedo quedar con la duda del paradero de sus restos”, manifestó Patricia Walsh

“Los testigos dijeron que las víctimas que fueron cremadas eran enterradas en ese lugar. Mi padre fue baleado por lo que hay grandes posibilidades que sea su caso, a diferencia de otros cuyo destino fueron los «vuelos de la muerte»”, relató Patricia Walsh.

Ese podría ser además el lugar donde se enterró el cuerpo de Raimundo Villaflor, protagonista del libro de Walsh “¿Quién mató a Rosendo?”, según el reclamo que también hizo su hija, Laura Villaflor. Ambas mujeres harán mañana una nueva presentación judicial sobre el tema.

“Es grave hacer de cuenta que no sucedió nada y llevar a ese lugar a practicar deporte sin explicar lo que allí sucedió”, manifestó Patricia Walsh. Tras la disposición de la Justicia, espera que el Equipo Argentino de Antropólogos Forenses (que ha recuperado cientos de cuerpos de personas desaparecidas), haga los rastrillajes pertinentes en el lugar.

fuente:  Casapueblos-AEDD

 

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