PERÚ. En zonas cocaleras la militarización producirá más violencia y corrupción

Por Yázzer Gómez Carbajal/ Resumen Latinoamericano/ Mariategui Info/ 23 de Abr. 2015.-El balance de la guerra contra las drogas que Washington implementa en Perú, la militarización de las zonas cocaleras, la pobreza de los campesinos cocaleros en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), la intensificación del sicariato en las ciudades, así como los posibles escenarios de continuar con la misma política represiva sin tomar en cuenta que la solución pasa por medidas sociales y económicas, que favorezcan a los más necesitados. Mariategui.info conversó de todo esto con Roger Rumrrill, periodista y escritor peruano, uno de los principales investigadores en América Latina sobre la Amazonía.

Campeón mundial

Más de 30 mil hectáreas de hoja de coca han sido erradicadas en todo el Perú durante 2014 –según cifras de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) http://goo.gl/BO4Ccs -, esta cantidad ha sido destacada en repetidas oportunidades por el presidente Ollanta Humala en diversos foros y presentaciones, como un triunfo de su gobierno en la “Guerra contra las drogas” que realiza de manera conjunta con los EEUU, país que apoya con asesoramiento técnico, logística y unidades aéreas.
Para Roger Rumrrill este discurso no se condice con la realidad porque el Perú ocupa hoy el primer lugar del mundo en producción de cocaína con alrededor de 500 toneladas métricas de cocaína por año.
“Estas frases triunfalistas de logros históricos de la erradicación, no están viendo el correlato de la erradicación porque resulta que tienen efectos negativos como es en el caso del VRAE”, destaca Rumrrill.
Foto: Xinhua / Septiembre 2014. Decomisan 7.6 toneladas de cocaína en Trujillo, Perú, propiedad de narcos mexicanos.
El informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC Perú 2013 http://goo.gl/qGQs9c), señala que además de la erradicación y la disminución de la superficie de sembríos de hoja de coca, al mismo tiempo ha habido un crecimiento de la hoja de coca seca. Es decir, a más erradicación mejor precio de la hoja de coca seca y también de las drogas, porque también ha subido el costo de la pasta básica de cocaína y de la cocaína en las zonas de producción.
“La guerra contra las drogas en el Perú es una guerra que no tiene éxito, que nos ha ubicado en el primer lugar como productor de cocaína, además hay una tendencia muy peligrosa de militarización –acabo de verificar eso en el VRAE-, el gobierno está militarizando de manera sistemática con las instalación de bases, pero la parte social y económica está muy débil”, denuncia el investigador peruano.
Militarización
Según Rumrrill “esta estrategia militarista es un gravísimo error, porque la erradicación y la militarización son dos recetas del enfoque norteamericano. Es el mismo y uno de los más graves errores que se ha cometido en México, desde la época del presidente Felipe Calderón Hinojosa y también por parte del actual mandatario Enrique Peña Nieto, ellos siguen una estrategia militarista y el resultado es más violencia, más corrupción, más abuso de los derechos humanos”.
Por lo tanto esa tendencia que ahora notamos en el VRAE y también en la triple frontera de Caballococha, Loreto (Colombia-Brasil-Perú), donde el gobierno ha declarado Estado de Emergencia y está ubicando unos 3 mil efectivos en esa zona de frontera pero paralela a esa militarización, -asegura el investigador de la Amazonía- no hay mecanismos, no hay programas de desarrollo en esa zona que, me han contado la militarización y el Estado de Emergencia han hecho caer la economía y ha puesto en una condición muy difícil de tipo social a las poblaciones de la frontera.
Foto: elcomercio.pe. Según Rumrrill la militarización producirá más violencia y corrupción.
Asimismo, agrega que el Perú es el mayor productor mundial de cocaína en este momento por encima de Colombia y de Bolivia, y parte de este lamentable primer lugar, se debe a los errores que han cometido los gobiernos de Fujimori, Toledo, García y Humala.
Violencia y sicariato
La militarización sería una tendencia muy peligrosa para el Perú porque nos podría conducir a una mayor violencia donde se impondría el sicariato – se está intensificando en el Perú –  como ya ocurrió en Colombia y en México.
El caso mediático del atentado a Gerald Oropeza, comercializador de pasta básica y cocaína,es un aviso de lo que se nos viene con el sicariato.  
Rumrrill invoca al gobierno a que cese este proceso de militarización sin descuidar naturalmente el combate policial y jurídico al narcotráfico, pero –afirma – se debe poner más énfasis al tema social y económico, que es importante, sobre todo lo que corresponde a las áreas de producción cuando los campesinos por falta de otras alternativas se dedican a la siembra de hoja de coca.
Reconversión improductiva
El gobierno anunció un plan de reconversión productiva en el VRAE, al respecto Roger Rumrrill asegura que este  a no ha funcionado, según lo que él ha visto en el VRAE y lo que ha conversado con los líderes de la FEPAVRAE (Federación de Productores Agrarios del Valle de los ríos Apurímac y Ene).
Afirma que no ha funcionado por lo siguiente: “el gobierno para no utilizar la palabra erradicación ha utilizado el término “reconversión productiva” que suena mejor en términos económicos, sociales y políticos, pero es al final de cuentas un programa de erradicación con otro nombre”.
Entonces el gobierno ha planteado, una especie de préstamos, que más se parece a un subsidio, de 500 soles mensuales por cada hectárea erradicada. Es decir, si un campesino erradica su hectárea de hoja de coca, ellos pueden recibir durante tres años un préstamo de 500 soles al mes, que multiplicado por doce meses anuales y multiplicado por tres años viene a ser 18 mil soles. En esa hectárea erradicada el campesino tiene que sembrar no coca, sino palmito, cacao, café u otros cultivos legales”.
Mientras no haya opciones comerciales realistas y competitivas para que cultiven los campesinos, la hoja de coca siempre será la mejor elección.
Agrega: “Hasta el momento sólo han aceptado un porcentaje mínimo de agricultores que no tienen coca en su mayor parte, pero la base de la FEPAVRAE -estamos hablando de entre 10 mil a 15 mil cocaleros- no han aceptado por la siguiente razón, simplemente han hecho un cálculo económico.
Un campesino cocalero cosecha un promedio de 100 arrobas de hoja de coca por trimestre, es decir, la hoja de coca produce cuatro cosechas al año y cada cosecha que ocurre cada tres meses de una hectárea, le produce más o menos cien arrobas, una arroba inglesa  tiene once kilos, al precio actual de cien soles, hemos calculado con los campesinos un ingreso de siete mil soles, incluyendo el pago de los costos, es más o menos quince mil.
Si tú multiplicas siete mil soles por trimestre y cuatro cosechas al año, estamos hablando de 28 mil soles y si multiplicamos esos 28 por tres años,  no hay punto de comparación, porque el subsidio-préstamo del gobierno le produce 16 mil soles y la producción de hoja de coca le `produce como 70 mil soles, es una diferencia muy grande”.
Propuesta campesino cocalera
Rumrrill resalta otro factor importante, que es que en las zonas donde se ha erradicado la hoja de coca la tierra se vuelve infértil,  ya no crece lo que se siembra, si  lo hace es con mucha dificultad o tal vez porque las tierras están muy pobres o muy estériles. Por lo tanto, no han aceptado el plan de reconversión y más bien han planteado uno alternativo de cinco puntos que le parecen correctos.
Las campos de cultivo donde se realizan los operativos de erradicación forzosa, dejan infértil o inservible la tierra.
“Por ejemplo han dicho que quieren un catastro de cuanta hoja de coca hay en el Perú, cuánta va al narcotráfico y cuánto compra ENACO. Ese es un pedido que tiene años y el Ministerio de Cultura nunca lo ha hecho.
Punto dos, han planteado que se desmilitarice el VRAE, tercero han pedido más apoyo social y otras demandas más que me parecen justas y el gobierno hasta el momento no ha respondido, más bien lo ha hecho con amenazas. Entonces, el plan de erradicación de reconversión productiva y de combate contra las drogas no aparece como un escenario positivo”, advierte el investigador peruano.
* Yásser Gómez Carbajal. Periodista. Editor de Mariategui.info

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