La voz indispensable de las madres de Ayotzinapa

Resumen Latinoamericano/Marita Sanchez/Entre líneas, 9 de marzo de 2015 – “Sólo queremos vivir en paz, sin explotación del hombre por el hombre, queremos igualdad entre hombres y mujeres, respeto a lo diferente, y que decidamos juntos nuestro destino, el mundo que queremos del campo y la ciudad.” Subcomandante Insurgente Moisés.

A 5 meses de los hechos de Ayotzinapa, una foto del país de México nos muestra que la lucha contra el narcoestado y por la igualdad de género debe ser una sola. En un país en que los ataques contra las activistas políticas y mujeres periodistas no cesan, las madres de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa son el símbolo de que la voz femenina es necesaria.

El 16 y 17 de septiembre desaparecieron 43 estudiantes sin ninguna justificación, dejando una fractura irreparable en el tejido social mexicano. En ese momento la noticia se hizo masiva en los medios de comunicación de todo el mundo, develando una realidad que hasta ese momento se encontraba silenciada.

La desaparición de los 43 estudiantes hizo recordar a las peores épocas que atravesaron los países de América Latina, durante las dictaduras militares. Meses después, las primeras planas de los diarios alineados con el gobierno Mexicano –nacionales e internacionales- fueron suplantadas por imágenes de los paseos de Enrique Peña Nieto junto con la realeza británica.

Hasta el día de la fecha en que el poder mediático avanzó sobre la banalización de los hechos de Ayotzinapa, organizaciones, estudiantes, familiares y movimientos sociales no han dejado de reclamar que de una vez por todas se haga justicia por los 43 estudiantes. En este contexto la participación  de mujeres activistas, periodistas, y luchadoras sociales, como tantas otras veces, resultó indispensable.

Sobre todo el de las madres de los normalistas, que el sábado 7 de marzo dieron una conferencia por el Día internacional de la mujer, y se refirieron a el papel que deben asumir las mujeres frente a la situación que se vive en México.

En un foro llamado “Las mujeres y Ayotzinapa” activistas sociales y las madres de los 43 estudiantes normalistas, denunciaron que la igualdad de género en México no es aún una realidad y demandaron la unidad para enfrentar la “injusticia y la represión social”. Asimismo se remarcó que la desaparición de mujeres y los feminicios no han disminuido en el último tiempo.

“Seguimos con la convicción de continuar la lucha a cinco meses de su ausencia. Queremos dejar muy en claro al gobierno federal que no tenemos miedo. Por eso les pedimos que no dejen de unirse y organizarse, porque ellos saben dónde están nuestros hijos” afirmó Carmen Cruz, madre de Jorge Aníbal Cruz Mendoza, uno de los 43 estudiantes normalistas que aún permanecen desaparecidos.

Una mujer que no lucha es una anomalía

La denuncia contra el sistema patriarcal, y contra el actuar sanguinario del Estado Mexicano,  deben ser una sola, puesto que éste excluye a las mujeres de la participación política y del mercado laboral pero no las excluye a la hora de represión y del abuso sexual.

Sin ir más lejos, a unos pocos días de la celebración del día internacional de la mujer, cinco profesoras que se encontraban exigiendo en Acapulco el pago de sus salarios, fueron abusadas sexualmente por parte de la Policía Federal.

Menos de la mitad de las alcaldías en México están encabezadas por mujeres, y menos de la mitad de ellas participan en el mercado laboral, y si lo hacen, cobran un salario menor, sin embargo,  las mujeres son víctimas de la criminalización de la protesta.

Esto último se evidencia en que  tal como lo indicó la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM), durante el 2014 se registraron más de 300 agresiones contra mujeres que se dedican al periodismo o  a la defensa de las garantías básicas, cantidad muy cercana a la que se registró en los cuatro años previos.

Entre otros motivos, los resultados pueden estar relacionados con la reactivación de la movilización popular que ha tenido lugar 2014, como consecuencia del caso de Ayotzinapa.

Si un ícono de la violencia contra la mujer por parte del Estado, fue la represión de Atenco en 2006, cuando el actual presidente Enrique Peña Nieto era gobernador del Estado de México, y decenas de mujeres  fueron vejadas, humilladas y violadas por efectivos policiales, no se puede esperar nada menos de la actual coyuntura política.

Mujer bonita es la que lucha

México es el país con más caso de trata de mujeres de América, y también el que tiene al Narcotráfico entre uno de las principales actividades de la economía. Narcotráfico, explotación sexual, discriminación hacia la mujer y desapariciones se sostienen mutuamente en un círculo sin final. Por eso resulta importante que en la lucha contra el Narcoestado, no sea solo el activismo masculino el que se pronuncie en contra, sino también el femenino.

Lo que pone de manifiesto la elite gobernante mexicana al permitir el ataque hacia las mujeres, no es más que su propia debilidad. Un gobierno que, al igual que en las peores épocas de las dictaduras en el continente, secuestra mujeres y hace desaparecer a sus hijos, no es otra cosa que un gobierno que no aguarda ningún tipo de esperanza para las próximas generaciones.

Como las madres de Ayotzinapa, Nestora Salgado, la Comandante Ramona (EZLN), y todas las mujeres luchadoras, es preciso que las mujeres del país se predispongan a ser parte de un cambio, que no podrá realizarse sino es a través de la liberación del hombre por el hombre y de la mujer por la mujer.  En el día internacional de la mujer, esa debe ser la bandera.

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